Omar Cuiriz / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Vistiendo por primera vez saco, camisa y pantalón de vestir, Diego Urik dijo este 11 de enero de 2023 que quería utilizar su derecho a declarar y que lo hacía por voluntad propia y de manera espontánea. La sala número 3 del Poder Judicial, ubicada en el Tutelar de Menores, lució con bastante visita del imputado, contrario a la gran mayoría de audiencias pasadas en las que asistía únicamente su padre y algún otro acompañante. En esta ocasión, varios hombres y mujeres allegados a Diego escucharon sus confesiones, además del nutrido grupo de abogados que lo acompañan. Diego dejó su silla ubicada siempre detrás de la defensa y se colocó en la mesa de los declarantes, a unos pasos de la mirada de la señora Verónica Villaseñor, madre de la víctima. El juez Ariel Montoya Romero le cuestionó si declararía con la verdad. Sí, respondió. Sin titubear, seguro y con voz clara, Diego por primera vez habló a la familia de Jessica González Villaseñor: “Ofrezco de corazón mi más sentido pésame, yo tengo una hermana menor y me imagino el dolor que han sentido en estos dos años. Señora (refiriéndose a la madre) entiendo que ustedes estén buscando cierto tipo de paz y que yo me quede 50 años en prisión, pero esto no podrá ser porque el verdadero asesino sigue libre”. De manera fluida, como la de alguien que practica lo que va a decir, Urik se dijo víctima desde los 18 años cuando fue inculpado de haber asesinado a Jessica: “Me cortaron mi vida, mis aspiraciones, yo tenía sueños y todo se fue de golpe. Yo tengo una familia muy unida, una madre que me enseñó valores, un padre que me inculcó el estudio”. Después de ordenadamente (1) pedir disculpas, como primera parte de su declaración; (2) decirse víctima y (3) hablar de los valores que obtuvo en casa, manifestó una fuerte declaración en contra del Ministerio Público al señalar que han buscado inculparlo implantándole pruebas falsas, incluso que han llegado a torturarlo y que “la Fiscalía está armando un caso buscando un culpable y yo he pagado un crimen que no cometí”. Después comenzó a (4) relatar -de manera breve- cómo conoció a Jessica: “La conocí cuando yo tenía 15 años en una fiesta y a pesar de que la veía poco tiempo ella fue una buena mujer, linda conmigo. Ella me dijo que yo le gustaba porque tenía un físico atractivo y porque se veía que me iba bien en la vida, pero yo le dije que sólo quería una amistad”. Contrariado todas las versiones de familiares directos de Jessica, personas cercanas e incluso de amigos de él, Diego aseguró que la última vez que vio a Jessica fue a finales de julio -alrededor de dos meses antes del feminicidio- cuando ella se graduó de la escuela y fueron a celebrar con más amigos. Tras estas declaraciones, Diego prosiguió (5) a contar –también de manera ordenada- lo que presuntamente estuvo haciendo el día 21 y 22 de septiembre de 2020 cuando se registró la desaparición de la joven maestra, confesando que “el infierno comenzó cuando recibí una llamada de un familiar de Jessica para preguntarme si no la había visto y yo le dije que no; la persona me comunicó con alguien de la Fiscalía, quien me dijo que necesitaba que fuera a rendir una declaración y yo le dije que sí, que sólo me bañaría”. Confesó que en seguida le marcó a la pareja de su mamá para contarle lo que pasaba y él me contactó con un abogado, mismo que presuntamente le dijo que no fuera a declarar y que mejor se fuera de Morelia. “Se me hizo raro que el abogado me dijera que me fuera de Morelia porque yo no había hecho nada, pero me dijo que si iba a la Fiscalía me iban a torturar hasta que aceptara que yo era culpable. Pasaron las horas y vi mi cara en todas las redes sociales diciendo que yo había matado a Jessica y recibí amenazas y cuando vi que estaban publicando mi dirección, preferí irme a dormir casa de mi papá. A la mañana siguiente vi que ya estaban compartiendo imágenes de mis tres amigos Diego Sayago, Jaír y Hanna y recibí una llamada de la mamá de Sayago para decirme que la Fiscalía se habían llevado a su hijo por un asesinato”. Según Diego, en ese momento sintió que corría peligro y se fue a Jalisco. DIEGO DICE QUE LO TORTURARON El imputado dice que una vez que la Fiscalía lo encontró en el estado de Jalisco y fue trasladado a Morelia, le pusieron una bolsa en la cabeza y lo golpearon y que si no declaraba culpable le iba a ir peor. También dijo que una vez en el Cereso lo seguían torturando. Además, declaró que una vez le pidieron hacerse una prueba COVID, en la que le sacaron sangre que –según Diego- fue usada con fines genéticos. Y alega también que el celular encontrado en su celda fue implantado por un policía, “eso quiere decir que la Fiscalía está armando un caso y quieren que yo sea culpable”, dice. ¿JAIR PRESUNTO SOSPECHOSO? Según Diego, la Fiscalía tiene bajo presión a Diego Sayago, Jaír y Hanna y que por esa razón los tres han declarado en su contra “con mentiras”. Diego hizo –otra vez de manera estructurada- una declaración sorpresiva y grave. El presunto asesino dice que él presentó a Jaír con Jessica en el mes de julio de 2020, y que Jair se sentía atraído por ella. Prosiguió diciendo que junto a sus abogados tuvo acceso a datos conservados que señalan que Jair estuvo con Jessica desde las once de la mañana hasta las tres de la tarde del 21 de septiembre y agregó que Jair se dirigió al fraccionamiento de Diego alrededor de las cinco de la tarde, sin que el imputado estuviera en su casa. Cabe destacar que testimonios como el de la mejor amiga de Jessica, los hermanos de esta y los mejores amigos de Diego han detallado el transcurso que hicieron la víctima y el presunto feminicida durante los días 21 de 22 de septiembre de 2020, además de pruebas como videos y fotografías y que contrarían la versión de que dio este día el imputado. DICE QUE ESTUVO CON OTRA MUJER Respecto a los videos que ha presentado el Ministerio Público en audiencias pasadas, en los que se ve el carro de Diego siendo conducido cerca de la casa de Jessica, el imputado dijo que ese 21 de septiembre sí se vio con una mujer para mantener relaciones sexuales en un hotel ubicado en el periférico, al que asistía frecuentemente. Ante cuestionamientos posteriores de los representantes de la familia de la víctima, Diego dijo que no revelaría el nombre de la mujer con la que se vio porque era una mujer casada, mayor y como era un caballero no quería causarle problemas en su matrimonio. Diego dijo que estuvo poco tiempo y que después se fue a su fraccionamiento para encontrarse con Jair y Siego Sayago, donde estuvieron un rato y luego se fueron al casino y que al regresar a su casa se encontró con su amiga cercana, Hanna. El imputado fue tratando de explicar su versión ante cada video y prueba presentada por la Fiscalía y cada testimonio como el de su amiga. Mientras Hanna detalló cada situación que sucedió la noche y madrugada del 21 y 22 de septiembre, como el recorrido en la camioneta de la mama de él en la que fue tirando objetos que tenía en una bolsa negra, Diego se limitó a refutar que habían salido a fumar marihuana y que para que el olor no se impregnara en el automóvil dio varias vueltas. MIS ABOGADOS ME HICIERON NO DECLARAR “Señor juez, tal vez surjan dudas de por qué no he declarado en estos dos años, pero fue porque mi abogado en ese entonces me dijo que me declarara culpable para tener un juicio abreviado, pero no acepté porque yo no hice nada y luego otro abogado me dijo que no tenía las pruebas de que yo estuve en el hotel con otra mujer”. Diego dijo que hasta ahora sus últimos abogados, le dijeron que tenía que declarar y solicitar pruebas en el hotel y en lugar donde dejé a la mujer. Insistió en que la Fiscalía quiere hacerlo culpable y que le ha implantado pruebas falsas en su casa y en la celda, refiriéndose a prendas con sangre y al teléfono encontrado. Finalizó diciendo que todo lo dicho hasta ahora en su contra no es verdad y rogó al juez a que aceptara su declaración. JUEZ NO ADMITE LAS PRUEBAS Tras la declaración Diego fue abordado por sus mismos abogados para que señalara que Jair le dijo que estuvo en la casa de Jessica. Versión que contraría a la del hermano de ella, Cristo González Villaseñor, quien ha declarado que toda la mañana estuvieron juntos en su casa. Posteriormente el imputado fue abordado por la defensa de la familia de la víctima en un intenso debate entre ambas partes, sobre todo por la intención de la defensa de Diego por solicitar que el juez admitiera pruebas nuevas y pruebas de refutación, pues acusan que el Ministerio Público ha venido alterando pruebas. El juez Ariel Montoya Romero se tomó poco más de una hora para analizar dicha solicitud y finalmente determinó que el proceso está diseñado por etapas y que es obligatorio apegarse a lo que marca la Ley, que sí bien se puede ofrecer pruebas nuevas e investigaciones posteriores, se debe respetar la forma y términos que son irreversibles y que en este caso no eran aplicables por lo que no las admitió. Por último dijo que será el próximo 26 de enero cuando se lleva a cabo la audiencia para escuchar los alegatos y en un lapso de 24 horas posteriores, convocaría para dar a conocer su fallo. A la afueras de la sala donde se llevó acabo la audiencia, la señora Verónica Villaseñor dijo que no: "Diego es el asesino de mi hija, llevo más de dos años con las pruebas en la mano, pasamos meses investigando y tenemos más de cien pruebas, él dio una declaración de puras pruebas falsas".