Javier Favela / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla propuso al Congreso reformar el Código Penal para imponer hasta 20 años de prisión a los abusadores sexuales de menores de edad. En el delito penal de abuso sexual no hay cópula entre el agresor y la víctima, pero sí manoseos, besos sexuales, coito interfemoral, toma de fotografías en poses sexuales o exhibicionismo pornográfico, jamás con consentimiento y muchas veces con violencia. El mandatario propuso agravar la sanción penal cuando el pederasta aplique violencia física o psicológica o cuando se aproveche de tener superioridad jerárquica sobre la víctima. Tratándose de menores de edad, el Ministerio Público deberá perseguir el delito de oficio, con penas que irían de 9 a 20 años de cárcel, incluyendo multas de hasta 240 mil pesos. En los delitos de violación y abuso sexual, el Poder Judicial del Estado tendría que incrementar la pena (“en dos terceras partes”) cuando el agresor sea el padre, algún hermano, el padrastro, el amasio o el tutor, con pérdida de los derechos sucesorios sobre la víctima. Según la propuesta del Ejecutivo contra la pederastia, mayor rigor sancionatorio recibirían entrenadores deportivos, maestros y funcionarios públicos. La pena agravada (“en dos terceras partes”) también se impondría cuando el ataque sexual se haga en grupo o en lugar solitario, así como en el interior de taxis, combis o autobuses. Adicionalmente, los jueces aplicarían la sanción incrementada cuando la víctima tenga discapacidad o precariedad económica, cuando sufra un embarazo no deseado o adquiera una enfermedad incurable. El Ejecutivo busca actualizar el tipo penal de abuso sexual infantil y endurecer las sanciones, con la expectativa de coadyuvar en la reducción de la incidencia delictiva mediante el ejercicio de la acción penal y la imposición de penas disuasivas, mandando un mensaje de cero tolerancia a la pederastia. Michoacán registró 598 denuncias por abuso sexual y 180 querellas por acoso sexual durante los 10 primeros meses del 2023, según cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Casi 10 mil menores de edad sufrieron violencia sexual en México entre los años 2019 y 2022, según registros de la Secretaría de Salud sobre atención en hospitales. El 92 por ciento de las víctimas de violación sexual eran jovencitas. Tres cuartas partes de las víctimas de violencia sexual tenían entre 12 y 17 años. México ocupa el primer lugar entre los países de la OCDE en abuso sexual de menores, en pornografía infantil, violencia física y en homicidio contra menores de edad. Los abusos y la explotación de menores ocurren en entornos cercanos, en la casa o la escuela. Se catalogan también como abuso sexual: los frotamientos, instar a niños a tener sexo entre sí, contactarlos vía internet con propósitos sexuales, obligarlos a desnudarse o hacer invasión física del cuerpo sin penetración. El abuso sexual infantil es ejercer una posición de poder sobre el cuerpo de niños y de adolescentes, sin tener cópula, valiéndose de amenazas, de engaños o violencia. En tanto, el hostigamiento sexual es ejercer poder sobre una víctima subordinada y buscar una sexualidad de connotación lasciva. A su vez, el acoso sexual es abuso de poder con una víctima indefensa, aunque si bien es cierto no hay subordinación. Cabe referir que la violencia sexual contra hombres se ha visto incompatible con el rol masculino, con una carga psicológica insoportable al denunciar, por no haber prevenido la agresión y por no haber sido capaz de manejar las circunstancias del ataque.