IMÁGENES NUESTRAS | Ciudad Universitaria, casa del saber nicolaita

El espacio que hoy ocupa la máxima casa de estudios de Michoacán alguna vez fue un aeropuerto improvisado para las pequeñas aeronaves que llegaban a la creciente Morelia en la primera mitad del siglo XX.

Foto: Sam Herrera Jr.

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Con más de 100 hectáreas de extensión en la zona urbana de Morelia, Ciudad Universitaria de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) se mantiene como el corazón académico y crisol de pensadores del estado.

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El espacio que hoy ocupa la máxima casa de estudios de Michoacán alguna vez fue un aeropuerto improvisado para las pequeñas aeronaves que llegaban a la creciente Morelia en la primera mitad del siglo XX. Las imágenes aún en blanco y negro revelan el extenso predio con una pista de aterrizaje y poca infraestructura a comparación de los aeropuertos contemporáneos.

Del antiguo aeropuerto de Morelia aún quedan algunos vestigios, tales como la torre de control que hasta nuestros días funge como la infraestructura en donde opera Radio Nicolaita.

El recinto alberga más de 20 programas de licenciatura e ingeniería, institutos de investigación, decenas de programas de posgrado e incluso un edificio dedicado a programas de idiomas y cultura que aglomeran a miles de estudiantes todos los días.

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Desde las 6:00 de la mañana y hasta pasadas las 9 de la noche, son más de 30 mil estudiantes, profesores, investigadores, trabajadores y visitantes los que arriban diariamente a Ciudad Universitaria, en muchos casos desconociendo un tanto de la historia del recinto.

El proyecto para construir una sede central de la Universidad Michoacana surgió a partir del crecimiento de la matrícula en las primeras 5 décadas después de fundada, en el año de 1917.

La visión era clara: erguir una institución educativa moderna y dejar atrás los antiguos edificios heredados del Colegio de San Nicolás, ubicados en el Centro Histórico de Morelia.

Para el año de 1970 la universidad finalmente contó con el presupuesto necesario, así como con el predio para establecer las primeras aulas, edificios e infraestructura de Ciudad Universitaria. Con el paso de los años, poco a poco ha ido creciendo tanto la matrícula, la oferta académica como la infraestructura educativa, cultural y deportiva en el recinto.

Además de las extensas áreas de aulas con las que cuenta el recinto, también están habilitadas las conocidas canchas de frontón, basquetbol, futbol, futbol americano y el estadio universitario con capacidad de albergar poco más de 5 mil asistentes.

La vida estudiantil al interior de los muros de Ciudad Universitaria es casi una tradición que poco o nada ha cambiado en las últimas cinco décadas desde la construcción del recinto.

Las “tribus” de jóvenes divididas prácticamente por carreras, gustos, ideologías y pasiones se advierte en los pasillos, andadores, jardines y las mesas en dónde descansan en las horas libres o tiempos muertos.

Los temas de biología, ingeniería, construcción, electricidad, materiales, historia, filosofía, administración de empresas, contabilidad, economía, arquitectura y otros más se escuchan entre los entusiastas, a veces estresados y apresurados estudiantes.

Al ecosistema universitario de agrega el ya casi emblemático centro gastronómico de CU. Desde comida japonesa, tortas, tacos, enchiladas, antojitos y todo tipo de alimentos surten a los estudiantes, quienes en muchos de los casos llegan desde antes de que sale el sol y se retiran hasta que se oculta.