Juan Bustos / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. El gobierno federal está avanzando en su programa “La Escuela Es Nuestra” (LEEN), que busca mejorar la infraestructura escolar en el estado mediante la entrega de recursos a las escuelas. En conferencia de prensa, el delegado de los Programas de Bienestar, Roberto Pantoja Arzola, indicó que ya se han entregado recursos a casi 2 mil escuelas, de un total de 5 mil 400 que se espera que se beneficien del programa. En entrevista con La Voz de Michoacán, el delegado explicó que la entrega de recursos se realiza mediante la constitución de comités escolares de administración participativa y de Contraloría Social, que se encargan de supervisar la aplicación transparente de los recursos en la construcción y mejora de la infraestructura escolar. Pantoja Arzola reiteró que estos comités han sido fundamentales para garantizar la transparencia en la aplicación de los recursos y para lograr que el dinero rinda al máximo. Agregó que el programa La Escuela Es Nuestra ha permitido la construcción de aulas y techumbres en muchas escuelas de Michoacán a un bajo costo, en comparación con lo que hubiera costado si lo hubiera construido el Instituto de Infraestructura Educativa que, sin embargo, atendía directamente a los planteles y en menor tiempo, además de aseguraba la calidad de las obras y la revisión del recurso, de lo cual adolece por completo el esquema actual, que deja en manos de las propias comunidades el destino de los proyectos. Importa más lo barato que la calidad El funcionario federal justificó su postura con el supuesto caso de un aula que se construyó con trescientos mil pesos, pero que si lo hubiera construido el instituto hubiera costado más de un millón y medio de pesos. Vale la pena destacar que esta comparación no es necesariamente cierta y, en cambio, sí puede ser notable el cambio de calidad en las construcciones cuando no son realizadas por profesionales. Uno de los rubros en donde más hay pendientes en educación en la entidad en la actual administración es la infraestructura, donde ni siquiera las escuelas afectadas por los mismos han sido atendidas en tiempo y forma. “El gobierno planea realizar dos entregas más de recursos, una en junio-julio y otra en septiembre-octubre, para concluir el programa en todas las escuelas beneficiarias”, argumento Pantoja Arzola. Indicó que el papel fundamental que han tenido los padres de familia en la ejecución del recurso y en garantizar la transparencia en la aplicación del mismo. “El programa LEEN representa un importante esfuerzo del gobierno de Michoacán por mejorar la calidad de la educación en el estado y por fortalecer la participación de la sociedad en la toma de decisiones y en la supervisión de los recursos públicos”. Reiteró que la intención es que este programa contribuya a reducir la brecha educativa y mejorar las oportunidades de los niños y jóvenes de Michoacán. “Hemos observado un esfuerzo importante por parte de los padres de familia y la comunidad en general para garantizar que el recurso rinda y se aproveche de manera eficiente. Por ejemplo, en Los Trigos, una comunidad de Zinapécuaro, constatamos la construcción de un aula con solamente 300 mil pesos (sic)”, reveló. Siguiendo con sus suposiciones, agregó que también habrían observado techumbres construidas con solo 600 mil pesos que de otra manera hubieran costado más de 2 millones y medio, apostando más al costo de la obra que a la calidad y durabilidad de la misma. Cabe recordar que a nivel nacional el Instituto Nacional de Infraestructura Educativa (INIFED) fue desaparecido en la actual administración y, de igual forma en la entidad, el Instituto de Infraestructura Física Educativa del Estado Michoacán, tras su desaparición, señalaba los riesgos de dejar las obras en manos de particulares que no conocieran las disposiciones en torno a la construcción de este tipo de espacios. Sí ha golpeado a la infraestructura El rezago desde entonces en infraestructura educativa ha sido evidente, con poco avance en mantenimiento, rehabilitación y construcción de nuevas aulas o escuelas, como testifican casos que esta casa editorial ha documentado, incluyendo la desatención por más de medio año a los planteles afectados por el terremoto de septiembre de 2022, además de varias denuncias de las mismas comunidades educativas sobre obras defectuosas e incluso manejos opacos de los recursos. Esta situación plantea un riesgo para la seguridad de los estudiantes y del personal docente, ya que la falta de supervisión y control podría dar lugar a la construcción de estructuras deficientes o inseguras. Además, podría llevar a un gasto ineficiente de los recursos públicos, ya que la falta de supervisión podría dar lugar a construcciones que no cumplan con los estándares de calidad necesarios y, por lo tanto, tendrían que ser remodeladas o reconstruidas en un futuro cercano.