Jorge Manzo / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. El asilo político al que han recurrido los cientos de víctimas de la violencia que han sido documentadas en la Tierra Caliente se ha convertido en un fenómeno que no había aparecido en México, y sólo se tenían datos certeros en Europa de los años 70, durante la Guerra Fría, o que existían en países asiáticos por la persecución, o en África, por la ideología religiosa, advirtió la abogada Claudia Valle Baca. “Hoy en día ese problema de solicitar asilo político mexicano en Estados Unidos es un fenómeno que está creciendo día a día y es un problema real que no se había tomado en cuenta en estas dimensiones”, confesó la maestra en amparo, quien pronosticó que ese problema se mantendrá mientras continúe la violencia en los municipios de Aguililla, Tepalcatepec, Buenavista y Apatzingán. “Hoy en día podemos ver en las noticias de viva voz que te dicen dejé todo porque nos van a matar. Dejé todo porque llegaron y nos dijeron, salté y me tuve que salir y se quedó mi patrimonio, se quedaron los animales, se quedó todo porque tengo. ¿Qué es lo que hago? Voy a Estados Unidos porque además no puedo pasar por las políticas propias de Estados Unidos. ¿Y qué es lo que hago? Busco el asilo político”, describió. La también profesora universitaria reconoció que la migración es un movimiento inherente al hombre por naturaleza, y esa movilidad trae derechos, sin embargo, muchos de estos están desbordados, entre ellos, el de tránsito, que puede ser al interior o al exterior. En Michoacán, la migración interna se está presentando con fuerza, pues habitantes de otros municipios están llegando a Morelia. “Pero ¿qué es lo que está pasando ahorita? Que hay mucho migrantes centroamericanos supuestamente, pero ya están mezclados porque hemos visto que hay migrantes africanos. Hay migrantes haitianos e incluso migrantes del otro lado del mundo, de Asia”, alertó la especialista, quien reconoció que esta migración tanto de extranjeros como de mexicanos está complicando la precariedad económica. “En Morelia no hay empresas, no hay fábricas. Y entonces, ¿qué es lo que pasa? Que lleguen todavía más personas a Morelia complica la situación y entonces hoy tenemos que en cada crucero ya no está el indígena que vendía muchos muñequitos, sino que encontramos a haitianos, centroamericanos, gente de África incluso que no vende nada, simplemente piden. Y ahí está el problema, porque empieza a crear miedo entre las personas”, expresó. Reconoció que es difícil pensar en resolver el problema, pues es complicado, puesto que los derechos humanos hablan de que se tiene que garantizar el acceso al agua, a la vivienda, a la salud, sin embargo, por citar sólo un ejemplo en este último segmento el Estado está colapsado. Cuestionó: “¿Entonces de qué manera van a pagar y garantizarles estos servicios?”. Lamentó que los mexicanos ven más lastimados sus derechos, y consideró que los migrantes vienen a ocupar los espacios que el nacional no quiere, y lo hace por menos dinero, por más horas y menos derechos, a pesar de que también posee los mismos. “No le importa si le das seguro, si le pagas menos del salario mínimo, siempre y cuando tenga trabajo”. Convocó a reestructurar las instituciones encargadas de proteger los derechos de migrantes y de todos los segmentos.