La inseguridad tiene un impacto muy fuerte en la democracia, señala Hans Blomeier

El representante de la fundación alemana Konrad Adenauer en México, Hans Blomeier, concedió una entrevista exclusiva en la cual analiza el panorama democrático.

Foto: Cortesía.

Por: Estrellita Fuentes

Morelia, Michoacán. En el marco de la presentación del reporte del Índice de Desarrollo Democrático (IDD) 2023 en la Universidad Vasco de Quiroga, campus Santa María, Morelia, el pasado 26 de febrero, entrevistamos en exclusiva para La Voz de Michoacán al Ingeniero Hans Blomeier, quien encabeza la fundación alemana Konrad-Adenauer (KAS) en México.

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Bajo el lema de “Más y Mejor Democracia”, y con oficinas en más de 110 países en el mundo, dicha fundación, de corte cristiana-demócrata tiene más de 40 años trabajando en el país, a favor de aquellas iniciativas que auspician el desarrollo de la democracia y la participación ciudadana. El índice al que hace referencia este reporte se trata de una evaluación anual de más de 50 indicadores por entidad federativa, a partir de información oficial pública, así como encuestas, en torno a diferentes aspectos de la democracia.

Foto: Cortesía


El Ing. Blomeier ha sido el representante de oficinas de la KAS en diversos países, así como en la sede central, donde fue director para Latinoamérica del 2006 al 2012. Actualmente dirige los trabajos de la KAS en México desde mayo de 2018.

Esto fue lo que nos compartió…

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E: ¿Cómo surge la fundación Konrad Adenauer?

HB: “Las fundaciones políticas alemanas son un invento después de la Segunda Guerra Mundial. Como ustedes saben Alemania fue responsable de uno de los peores acontecimientos de la historia de la humanidad, que fueron dos guerras mundiales, y particularmente la segunda, y al término de ésta nos preguntamos en Alemania ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Qué falló? ¿En dónde falló esa frágil democracia previo a la II GM? Y detectamos que fueron varias las razones, pero esencialmente fue la debilidad institucional y la apatía de la ciudadanía. Entonces lo que nos dijimos como sociedad y como sistema político, fue que, si queremos vivir en democracia de aquí a futuro, a partir de 1945, teníamos que contribuir al fortalecimiento institucional, por un lado, e inventarnos algo para tener la certeza de tener ciudadanos comprometidos con la democracia. Como uno no nace siendo ciudadano democrático, dijimos:  - Hay que hacerlos, hay que educarlos, hay que tener un sistema de formación constante-. Y entonces se construyó un sistema de dos pisos: uno de información básica sobre el funcionamiento de la democracia, pero luego una construcción de segundo piso; porque la democracia no es pensamiento único. La democracia vive de la competencia de las ideas, y de ahí se inventaron las fundaciones políticas, que cada una responde a una orientación particular, y ello está vinculado a la presencia de partidos políticos en el parlamento alemán. Pero las fundaciones políticas alemanas no son propiedad de los partidos, son cercanos a, pero somos independientes, y recibimos fondos públicos bajo la premisa de auditorías permanentes de cara al ciudadano alemán contribuyente. Pero también nos dijimos: - Tenemos que preocuparnos por el vecindario, promoviendo democracia. No podemos vivir en una isla-. De ahí que actualmente tenemos una presencia global en países que viven en democracia, y en aquellos que no la tienen todavía, para ayudarles a construirla”.

E: ¿Cómo es que se formula el indicador de la democracia de las entidades federativas en México?

HB: “Es un proyecto que iniciamos en el 2010. Cada año se elabora este índice, para medir la calidad de la democracia. Se optó por hacerlo no solo a nivel nacional, porque los promedios esconden muchos detalles y muchas realidades…”.

E: Y muchas asimetrías. Porque no es lo mismo evaluar en México el norte que el sur…

HB: “Obviamente. Porque en un país de la complejidad y de la diversidad geográfica, política, económica, social y cultural, que hay aquí, medir el promedio nacional nos diría poco o nada. Ante ese viejo dicho de que “Como México no hay dos”, nosotros decimos “Perdón, pero como México hay 32”. Por eso nos dimos a la tarea de medir esas diferencias entre esos 32 estados, a partir de los datos duros publicados cada año por entidades públicas mexicanas, midiendo su calidad democrática, pero también la aceptación de la democracia en los ciudadanos, que son los resultados. Es decir, si una democracia no genera resultados sociales y económicos, entonces ¿de qué estamos hablando? Sería solo un concepto abstracto. Los resultados de vivir en democracia deben resolver problemas concretos para la vida del ciudadano: si hay salud, educación, crecimiento económico, si hay empleo… entonces esos resultados inciden mucho en la aceptación; y la aceptación tiene que ver con si me la juego o no con la democracia. Por eso también se miden también estos resultados a partir de la política pública de las entidades federativas”.

E: Ingeniero, es muy interesante la mirada que se tiene hacia Michoacán, donde se observa que escala dos lugares en el ranking 2023 con respecto al 2022, ocupando el lugar 26, pero sigue estando en el rango de los estados de bajo desarrollo. ¿Qué ocurre en los estados que se encuentran en este umbral?

HB: “Hay que entender que esta medición que compara la performance de estos 32 estados de México, no los compara con un ideal, porque primero no existe una democracia ideal, y lo descontextualizaría de la realidad mexicana. Esto es una comparación entre estados mexicanos. El que saca 10 aquí en México, no es que tenga una democracia perfecta: es el mejor de los 32. Y el que saca cero, no es que sea el peor de los 32, ya que no significa que no tenga ningún desarrollo democrático. Es decir, uno no es perfecto y el otro no es un desastre. Es mirar ¿dónde me encuentro con respecto a los otros? Y se compara no con Suecia, o Suiza, sino entre pares. Y la utilidad de esta comparación, es observar qué están haciendo los estados que están en el nivel superior, ya que todos los indicadores son alcanzables”.

E: En estos 14 años de medición, ¿cómo ha ido evolucionando el indicador en los estados? ¿Ha habido avances con respecto a la construcción de la democracia en el país?

HB: “Si miramos estos años de medición lo que tenemos que constatar es que hay oscilaciones que parecen una curva de fiebre; es decir, no hay un crecimiento lineal, donde uno diga que se está creciendo linealmente en ascenso. Hay altibajos, lo cual en cierta medida es preocupante porque nos dice o nos demuestra que no hay una construcción paulatina de mejor democracia en una línea ascendente. Y eso es muy disparejo entre estados, aunque también se puede ver y eso sí es una constante, que hay una cierta agrupación de estados que siempre están arriba en el tercio superior, en donde pareciera que están haciendo algunas cosas bien de manera consistente, y otro grupo de estados que siempre están al final de la tabla, y como que no le pegan. Si le digo un ejemplo: el estado de Yucatán, que no se caracteriza por su potencial económico, ha estado en los cinco primeros lugares del ranking prácticamente en todos los años. Aparentemente están haciendo algo bien con sus políticas públicas, que los han estado afianzando. Y no se trata de un tema económico, si no, la CDMX y Nuevo León estarían siempre a la cabeza”.

E. Y en el caso de los estados que no levantan, ¿qué recomendaciones podría hacer usted desde la mirada histórica de los estados que sí han estado haciendo bien las cosas?

HB: “Yo creo que, si hacemos una lectura a través de estos 12 o 13 años, y vemos cuáles son los factores, nos lleva muy cerca a lo que estamos viviendo en este 2024; nos dan una pista sobre tanto oportunidades, como aspectos preocupantes. Lo que obviamente incide son los factores que van francamente en creciente deterioro en México, y perdón si lo digo desde la mirada de una institución extranjera, pero si sólo tomamos el factor de la inseguridad, eso incide en muchos factores: incide en la parte económica, porque las empresas dejan de invertir; incide en las libertades civiles, incide en la libertad de expresión que es uno de los factores que se miden en el índice; entonces el fenómeno de la inseguridad tiene un impacto muy fuerte y creciente que jala a algunos estados para abajo. Y el otro factor que creo incide fuertemente, es la participación, con su opuesto: la apatía. Donde ya hay brazos caídos, donde ya hay una sensación de que no importa si voy a votar o no; o de todas las ofertas no me convencen, entonces me retiro del ámbito de la discusión, del debate, del yo hacerme cargo de mi democracia, y esperar que el presidente, el gobernador o el alcalde en turno resuelvan mis problemas, ahí es donde se pierde la lucha por la democracia”.

E: Un dato muy interesante que arroja el reporte es el incremento en la participación de los jóvenes en la democracia. ¿Cómo es que ocurre esto?

HB: “Ahí es donde vienen los datos esperanzadores. Lo que hemos observado en los últimos dos o tres años en México, es que hay como un remesón de decir, no sólo con “El INE no se toca”, que fue una expresión muy visible, sino de jóvenes que dicen: - Este es mi país, este es mi futuro, esta es mi democracia, y yo voy a levantar la voz, voy a opinar, voy a ir a los debates, me voy a informar, voy a ir a votar lo que te parece bueno votar-. Porque en esto no es cuestión de si me gusta o no determinada candidatura; se trata de un voto consciente. Hay señales de una efervescencia ciudadana, particularmente en los jóvenes, como actor activo de la democracia”.

E: Y representan el 30 por ciento del voto electoral en el país…

HB: “Si estos jóvenes se activan, y no esperan a ver el resultado. Es decir, en vez de decir – A ver qué me tocó…-, dicen - ¿Qué me toca hacer? ¿En dónde me toca participar? - entonces tendremos esa parte fundamental de una democracia que se necesita: ciudadanos activos. Si no, no funciona…”.

Para conocer más acerca de este reporte visite la página: www.idd-mex.org