Colorido, festivo y en hermandad, así vivió Pátzcuaro el Jueves de Corpus

Angélica Ayala / La Voz de Michoacán

Pátzcuaro, Michoacán. Tras dos años de haber sido cancelado por la pandemia de la COVID-19, nuevamente se festejó el Jueves Corpus que va acompañado del rejuego. La Plaza Vasco de Quiroga se llenó de gente, la música se escuchaba en todo momento y las guares y guachos bailaban al son de las notas musicales. La alegría por este agradecimiento a la Madre Tierra llenó de júbilo a los artesanos purépechas y a los comerciantes, quienes como agradecimiento regalaron sus productos a la gente que ahí se encontraba.

Los cohetes empezaron a tronar en el cielo anunciando que ya iban a iniciar, los artífices salieron del Palacio Huitzimengari, las mujeres, ataviadas con el traje tradicional que consta de enaguas, el faldón plisado, la faja de lana tejida, el huanengo bordado con punto de cruz, el rebozo, y sin faltar las canastas donde llevaban pan, dulcesy artesanías que ofrecieron a la población. Los hombres, con su camisa de manta bordada, con sombrero, la mayoría también cargaba sobre sus hombros el costal con lo que iban a regalar.

Las autoridades municipales acudieron con la banda de música y más guares, con una muñeca a gran escala vestida como guare y con una diadema de listones de colores. Al llegar al frente del Palacio Hutizimengari, los artesanos ya los esperaban, se juntaron los contingentes y siguieron bailando y festejando al Palacio Municipal. Ahí, el alcalde Julio Arreola Vázquez los esperaba, acompañado de su esposa María Tovar y demás funcionarios. Les dio la bienvenida y ellos agradecieron.

Acto seguido, empezaron a brindar por el Corpus, porque la Madre Tierra les dio un buen temporal y buenas ventas. Al trago de tequila, que algunos tomaron con refresco de toronja, invitaron a los funcionarios a bailar al son de la música. Tomados del brazo unos con otros empezaron la caminata bailando por las principales calles de la ciudad. Frente al Palacio Municipal los aplausos eran notorios. “Felicidades, presidente”, “Julio, felicidades, aquí estamos”, le gritaban mientras seguían su camino.

El contingente recorrió las principales calles del centro de Pátzcuaro, el confeti también se hizo presente cuando una señora empezó a colocarlo en la cabeza de quienes podía en señal de respeto y de festividad. “¡Vuelta, vuelta!”, gritaban y todos empezaban a dar una vuelta tomados de los brazos, sonriendo, bailando, las naguas de las mujeres volaban al viento.

En esta festividad purépecha no faltó el grito “Juchari Uinapekua” (nuestra fuerza) alzando su brazo izquierdo y empuñando la mano. “Somos purépechas, orgullosos de nuestros usos y costumbres”, se escuchaba decir con orgullo entre ellos, “venimos a agradecer a la Madre Tierra que nos bendijo este año y pedimos por el que viene, que tengamos también un buen temporal”.

Las personas los veían pasar, aunque caminaban hacia al frente del Palacio Municipal. Al llegar ahí, los funcionarios siguieron hacia los balcones, en donde ya tenían prevista toda una cantidad de enseres domésticos de plástico, como cubetas, vasos, tinas, tarjas, tuppers, panes envueltos en plástico y demás cosas que fueron lanzadas a la multitud que se encontraba abajo esperando los regalos.

Las personas pedían más, se escuchaban chiflidos hasta que se acabó con todo; sin embargo, la mayoría corrió frente al Palacio Hutizimengari, donde los artesanos también realizaron el rejuego desde arriba, ofreciendo sus artesanías o lo que llevaban para ofrendar.

Este día también los comerciantes acudieron a ofrecer una ofrenda a las personas por las ventas que han tenido. Entre los que tradicionalmente participan estuvieron los vendedores de carnitas, que entregaban un taco por persona, bien surtido y bien servido, “¿con chile o así?”, preguntaban antes de entregar el taco. Los de las nieves del portal también regalaron vasitos con helado de limón o de otro sabor, mientras que también algunos panaderos llevaban sus piezas de pan para regalar.