Conmemoran en Jiquilpan el LXXXIV Aniversario de la Expropiación Petrolera

Se destacó la participación de las tenencias como Jaripo, en Villamar, donde hay quienes guardan los recibos que expidió el gobierno

José Luis Ceja / La Voz de Michoacán

Jiquilpan, Michoacán. Como es tradicional en esta fecha, las autoridades locales, en coordinación con el sector educativo, organizaciones sociales y la población local, realizaron la tradicional parada alusiva al LXXXIV Aniversario de la Expropiación Petrolera.

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Los festejos se realizaron en la ciudad de Jiquilpan, cuna de Lázaro Cárdenas, en el que el 18 de marzo es considerado como día feriado ya que las actividades comerciales y laborales se suspenden, no así en el resto de los municipios cercanos, en los que se desarrolla de manera rutinaria esta fecha.

En los discursos vertidos por oradores invitados se destacó la disposición del pueblo mexicano a apoyar la expropiación que realizara el entonces presidente de la República de los recursos energéticos ante los abusos laborales que las compañías petroleras realizaban.

Se destacó de manera puntual la participación de los habitantes de tenencias cercanas como Jaripo, en el municipio de Villamar, ya que en esta comuna algunas personas guardan, incluso enmarcados, los recibos que expidió el gobierno mexicano por las aportaciones recibidas para el pago de la indemnización a las empresas petroleras.

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En el marco de la conmemoración de este aniversario se dieron cita instituciones educativas de todos los niveles a través de contingentes y carros alegóricos para manifestar la intención de mantener vivo el recuerdo de este evento, que permitió la estabilidad económica del país durante décadas.

No faltaron contingentes que señalaron la necesidad de que el actual gobierno federal dé marcha atrás a la Reforma Energética que permitió la inversión privada en la paraestatal Petróleos Mexicanos, lo que ha generado un alza en el precio de los combustibles para el consumidor nacional.

El legado cardenista

En 1919, Cárdenas del Río se encontraba en el puerto de Tuxpan, Veracruz, al mando de la Primera Brigada de Sonora, que se había desprendido de esa región en columna expedicionaria para batir a los mercenarios y desleales militares al servicio de las empresas petroleras que creían así sustraerse al gobierno de Venustiano Carraza, citó el general Armando R. Pareyón Azpeitia, quien a la postre fuera el jefe del Estado Mayor Presidencial de Lázaro Cárdenas.

“Lo que más me llamó la atención en el coronel Cárdenas de 1919 fue su edad y su alta jerarquía militar en una de las misiones más difíciles: pacificar y controlar para el gobierno constitucional los campos petroleros del estado de Veracruz”, escribió Pareyón Azpeitia.

El autor califica a Cárdenas del Río como un líder valeroso en la batalla pues, invariablemente, era el entonces coronel quien primero intentaba cruzar las líneas enemigas; de acuerdo con el autor, la explicación de Lázaro Cárdenas para esta actitud en combate era harto sencilla: “Mis soldados son en su mayoría indios de la región del Río Mayo y de la Sierra del Bacatete reclutados en Sonora, y están acostumbrados a estar en combate con gran bravura y valor temerario cuando ven a su jefe al frente de ellos al que consideran como un padre”.

El 1 de diciembre de 1934, Lázaro Cárdenas asume la Presidencia de la República y en su discurso da un esbozo de lo que será la política interna y externa que prevalecerá durante el llamado “Cardenato”.

Lo realizado por Cárdenas del Río durante su encargo como mandatario ha dejado huella profunda a nivel nacional y mundial, desde la Expropiación Petrolera, la creación del ejido hasta los apoyos morales, económicos y sociales a naciones como España, Finlandia, Checoslovaquia, Etiopía, Austria, Nicaragua y el sureste asiático.

Pero es quizá lo realizado en el contexto local lo que ha permitido que Cárdenas del Río sea un icono del mexicano postrevolucionario; eso es la socialización de la riqueza natural del país administrada a través del Estado para garantizar que ésta llegue a la mayoría de los mexicanos.

El desmembramiento en la región Ciénega de las haciendas de Huaracha, Cojumatlán, El Platanal y otras permitió que miles de campesinos y de indígenas de esta parte del estado pudieran acceder a otros estadios de vida.

La generación post Cárdenas, la que ha nacido después de 1970, si bien reconoce el legado del estadista, no puede dejar de notar que la visión que en su momento tuvo Lázaro Cárdenas en materia de educación y desarrollo social ha sido pervertida por líderes sociales y políticos que, amparados en el nombre y la imagen de Cárdenas del Río, se han constituido en la antítesis del hombre que desafió a las grandes potencias extranjeras para arrebatarles el petróleo.