Omar Cuiriz / La Voz de Michoacán Tzintzuntzan, Michoacán. El Atrio de los Olivos, de Tzintzuntzán, se llena de familias de hucaleros, popoteros, alfareros, cazadores, yunteros, tablajeros, comerciantes, paisanos y de pobladores que agradecen las bondades recibidas durante el año. Como agradecimiento, cada familia trae banda y abundante comida, entre carnitas, caldo de pescado, mole y atole, alimentos que son regalados a todo el pueblo y visitantes, quienes hacen largas filas para recibir un plato. Video: Omar Cuiriz Desde temprana hora fueron entrando en procesión los grupos con sus distintos oficios cargando ofrendas. Esta fiesta católica, es “una comunión para venerar el cuerpo y la sangre de Cristo”, pero también para compartir lo que se tiene. A las 16:30 horas se programó la eucaristía, después ninguna banda puede tocar y los grupos deben prepara sus “poza” para llevar a cabo la prosecución conjunta con el Santísimo. Al término, se vive el conocido corpus, que es cuando se lanzan los regalos a los asistentes, desde ollas de barro, utensilios de plástico, fruta, juguetes y más objetos. Posteriormente se lleva a cabo el palo encebado que guarda con botellas, dinero y otros premios.