Iglesia acogerá a adictos a las drogas en centros de desintoxicación y rehabilitación que prevé instalar

La meta es tener 20 sitios de ayuda, el principal en la capital michoacana; actualmente se han atendido a 400 personas con esta problemática.

Foto: Pixabay.

Héctor Jiménez / La Voz de Michoacán

En medio de una crisis de drogadicción en la capital michoacana con el repunte de casos de narcomenudeo y reportes de irregularidades en los anexos contra adicciones, la Arquidiócesis de Morelia anunció que cubrirán este fenómeno con una red de 20 centros de desintoxicación y rehabilitación en el estado, además de contar con una cifra de más de 400 personas atendidas con sus actuales instalaciones.

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“Estamos buscando implementar un gran centro de desintoxicación aquí en Morelia, por la dificultad, los costos y la especialización que requiere un centro de desintoxicación, de manera que a nivel del estado se puedan tener centros de rehabilitación, poder implementarlos en lugares estratégicos a partir del compromiso que tenemos como Consejo Michoacano para la Paz y la Reconciliación”, informó el arzobispo de la Arquidiócesis de Morelia, Carlos Garfias Merlos.

De acuerdo con datos del líder religioso, el objetivo del consejo era instalar 20 centros en Michoacán este 2020, pero no podría cumplirse debido a que faltan solo unos cuantos meses para el cierre del año. No obstante, se prevé avanzar con la instalación del centro principal de Morelia y cerca de tres centros menores en el interior de la entidad.

Juan Pablo Vargas Barajas, coordinador de la Dimensiónde Fe y Compromiso Social, precisó que la Arquidiócesis de Morelia cuenta con un centro empleado para este tema desde hace unos tres años, a través del cual se han atendido a más de 400 personas, a la par que se abrió una nueva unidad en este 2020 en espera de que sea inaugurada de manera formal en las próximas semanas.

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“Nosotros llevamos alrededor de tres año trabajando en centro de Jesús del Monte y ahí hemos atendido alrededor de 400 personas, en nuestro porcentaje de rehabilitación andamos en un 32 o 35 porciento de éxito, de personas que hasta ahorita no han recaído. En centro del Divino Niño, que abrimos con un esquema de parroquia, hemos atendido alrededor de 70 personas porque lo iniciamos en tiempo de pandemia y todavía no lo inauguramos formalmente”.

Detalló que el proceso de desintoxicación toma solo un par de días antes de que la personas regreses a sus actividades, mientras que la rehabilitación toma un periodo de hasta cinco meses con un modelo de atención en el que toman acciones diversos expertos y el paciente pueden regresar paulatinamente a su vida normal, primero saliendo del centro durante los fines de semana y aumentando el número de días según lo permita su progreso.

“La diferencia entre la desintoxicación y la rehabilitación está en que hay personas que solamente quieren desintoxicarse, llevaban quizá varios consumiendo alcohol en exceso o drogas más duras y que quieren retomar su vida ordinaria con sus estudios y su trabajo. Les vamos a ofrecer esa alternativa con un equipo de médicos y psicólogos para se haga esa desintoxicación de 24 horas, dos días o tres días”.

“El centro de rehabilitación implica la desintoxicación, pero además iniciar un proceso de acompañamiento psicológico, comunitario y espiritual, con sesiones de Doble A, pequeñas comunidades de fe, misa el domingo, confesiones y acompañamiento por parte de nosotros los sacerdotes. Este proceso nosotros lo proponemos de cuatro a cinco meses”, ahondó Vargas Barajas.

Hasta 10 por ciento en adiciones 

Juan Pablo Vargas detalló que, si bien no se cuenta con estudios específicos sobre el territorio michoacano, existen estudios generales que hablan de que hasta un 10 por ciento de la población mundial está expuesta al consumo y adicción de sustancias, por lo que desde el punto de vista de un sacerdote, el 10 por ciento de su comunidad, puede enfrentar este problema.

“Si esta es la situación en el mundo y es la situación de la ciudad, podemos decir que en una ciudad de un millón de habitantes como Morelia habría 100 mil personas consumiendo algún tipo de droga. Yo lo veo a nivel parroquial, el censo del 2010 hablaba de que había alrededor de 11 mil 500 habitantes y, si hablamos del 10 por ciento, en la parroquia que tengo bajo mi responsabilidad, habría más de 1 mil personas consumiendo drogas”.