Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Ante la crisis de violencia que vive tanto a nivel local como internacional, la Iglesia Católica pidió a los sacerdotes michoacanos solidarizarse con las víctimas. En el marco de la celebración de la Misa Crismal, el arzobispo de Morelia Carlos Garfias Merlos reconoció la realidad que vive Michoacán con los eventos recientes de masacres, homicidios y otros fenómenos que han generado incluso desplazados forzados en todas las regiones. Frente a cientos de sacerdotes católicos de la diócesis de Morelia, les instó a atender las necesidades espirituales de quienes han sido víctimas directas o indirectas de esta problemática. “Como sabemos en la realidad se ha vivido y se siguen viviendo actos de violencia, masacres, guerra, homicidios. Hoy más que nunca tenemos que solidarizarnos con los que más sufren la grave crisis de violencia e inseguridad e invitamos a las comunidades a tener actos de solidaridad y caridad con ellos. No podemos ser una iglesia revitalizada y apoyada en Cristo si no recuperamos la vivencia dinámica y transformadora de nuestra vocación”, manifestó el líder religioso. En el marco del inicio de la Semana Mayor, la bendición del Santo Crisma, los santos óleos y el sermón a los sacerdotes de cientos de parroquias, el jerarca de la Iglesia Católica llamó a la pacificación de todas las regiones de Michoacán y del país en dónde se han presentado fenómenos de Violencia. La misa del Santo Crisma, celebrada ante miles de personas en la Catedral de Morelia contó con la presencia del Cardenal Alberto Suárez Inda y de autoridades religiosas de la región. Ante ellos Garfias Merlos insistió que el acercamiento con los jóvenes y la atención a sus necesidades siguen siendo la principal arma para desactivar la crisis de violencia que se ha agudizado en los últimos años a nivel local. “Acerquemos a los jóvenes, monaguillos, niños, niñas que sufren de nuestra persona. Que nuestro corazón de pastor nos lleve a encontrar la felicidad, la satisfacción plena en el servicio diario; les suplico reanudar todo esto”, manifestó el arzobispo. Víctimas de la violencia por miles En Michoacán convergen más de 8 mil víctimas directas e indirectas de la violencia. Huérfanos por homicidios, feminicidios y desplazados por la guerra entre grupos delincuenciales urgen a ser atendidos en prácticamente todas las regiones del estado. Los fenómenos delictivos que han impulsado el incremento en la cantidad de víctimas en el estado es vasto, desde homicidios, feminicidios, secuestros, terrorismo e incluso crímenes de estado, siguen abultando la lista de ciudadanos vulnerables. En las últimas dos décadas son distintos los fenómenos que siguen afectando a decenas de miles de habitantes. Desde los granadazos del 15 de septiembre del 2008 hasta los miles de desplazados de la región de la Tierra caliente y Sierra Costa del estado requieren de atención inmediata, ha resaltado en continuas ocasiones la Iglesia Católica. Actualmente las regiones más afectadas por la violencia se encuentran focalizadas en la Tierra Caliente del Bajo Balsas, Valle de Tepalcatepec, Sierra Costa y Costa michoacana. En las cuatro regiones se han focalizado fenómenos como el desplazamiento forzado de Miles de habitantes ante la pugna de grupos delincuenciales. Iglesia apoya en zonas de conflicto El Gobierno de Michoacán a través de la Secretaría del Migrante advirtió que más del 70 por ciento de las víctimas de desplazamiento forzado son mujeres madres de familia. En muchos casos, con hijos de por medio han tenido que abandonar a sus comunidades ante el riesgo de ser asesinados por los carteles. Desde el 2020 se ha destacado la intervención directa de sacerdotes católicos de la región de tierra caliente y sierra costa en el apoyo a los desplazados. Figuras como el padre Goyo en Apatzingán, el padre Gilberto en Aguililla y presbíteros de Tepalcatepec han salido en apoyo de las víctimas. Incluso, en 2021 se dio la visita del Nuncio Apostólico, Franco Coppola a la región de Aguililla en dónde se pronunció por la recuperación de la paz en la que fue considerada como una de las zonas más afectadas por la guerra entre grupos delictivos.
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