Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Los proyectos para la construcción de presas hidráulicas en el sur de Morelia están sujetos a los resultados que arrojen los estudios de factibilidad ambiental, ecológica, social y económica. En total, son dos anteproyectos los que se tienen estimados para este sexenio en la capital del estado. En voz de Alejandro Méndez, titular de la Secretaría de Medio Ambiente (Secma), se reconoce la preocupación por parte de ambientalistas y académicos del estado por el impacto, tanto en la cuenca de Cuitzeo como en la microcuenca del Río Chiquito. Aseguró que hasta el momento no se cuentan con estudios debido a que lo anterior, “apenas es un planteamiento abstracto” que no se ha aterrizado en proyectos ejecutivos. Apenas se están elaborando los estudios de prefactibilidad; se está explorando la posibilidad y en su caso en dónde se pondrían. Nosotros nos reunimos a raíz de estos pronunciamientos y los académicos nos pidieron que los estudios de prefactibilidad incluyeran el impacto ambiental y que tocaran distintos aspectos: geohidrológicos, flora y fauna en el sitio, y que se hiciera esto en un estudio multidisciplinario”, explicó el funcionario estatal. Medios nacionales de comunicación revelaron proyectos ejecutivos que plantean de manera directa la construcción de una presa en el ejido de Coronillas y otra más en la tenencia de Jesús del Monte, lo anterior, a pesar del impacto ambiental que se estima para la zona de recarga. Asimismo, esta semana, activistas del Movimiento en Defensa de la Loma de Santa María presentaron una rueda de prensa en donde señalaron que, aunado al daño provocado por la construcción del ramal Camelinas durante la década pasada, ahora se busca cortar de tajo el escurrimiento del agua desde los bosques. Foto, José Luis Ceja. Agua, grave riesgo Durante los últimos años, la construcción de presas en la zona sur del municipio para dar abasto al consumo de agua de la zona urbana de Morelia ha tenido importantes impactos ecológicos que se han ido acumulando. Desde la presa de Umécuaro, la prensa de Cointzio y otros sistemas han golpeado de muerte al Lago de Cuitzeo, cuerpo de agua que sobrevive de los pocos escurrimientos y de las aguas negras que bajan desde el Valle de Queréndaro. La Voz de Michoacán solicitó información sobre los proyectos de presas para este sexenio en el estado a la Comisión Estatal del Agua y Gestión de Cuencas (CEAGC), encabezada por el Coordinador Roberto Arias, no obstante, en más de 10 días la dependencia estatal no dio respuesta a esta casa editorial. Lo anterior, también sería evaluado tanto por la Comisión Nacional del Agua (Conagua) como por las autoridades estatales en cuanto al impacto ambiental. “Nos pidieron que se hiciera a nivel de impacto en la cuenca de Cuitzeo, no nada más en la cuenca del Río Chiquito, entonces en ese sentido lo solicitamos al ingeniero para que se hagan los estudios contemplando esto. Ya que tengamos estudios de prefactibilidad podremos opinar porque por ahora no sabemos ni dónde se podrán poner. Es imposible medir en abstracto”, explicó Alejandro Méndez. En cuanto a infraestructura, la proyección es de dos represas que tendrán una función hidráulica de control de avenidas y abasto del vital líquido para la creciente población de la zona sur del municipio. Sur de Morelia, bajo asedio ecocida Entre el 2000 y el 2020 la zona sur, en la tenencia de Jesús del Monte, uno de los últimos reductos de las comunidades indígenas originarias del Valle de Guayangareo, se perdieron hasta 200 hectáreas de bosques y territorios que finalmente fueron empleados para la construcción de fraccionamientos e incluso campos de golf. El desarrollo de fraccionadoras, centros comerciales, campos de golf, universidades y comercios en general ha sido agobiante para esta región del municipio que hasta hace 20 años, era una auténtica zona de recarga de acuíferos y una de las regiones boscosas más importantes del estado de Michoacán. No obstante, con el asentamiento de los criterios de fraccionamientos lujosos, centros comerciales de última generación y la construcción de modernas vialidades, como el Ramal Camelinas, generaron condiciones de plusvalía que dispararon el precio de los terrenos de la región. Por lo anterior, mucha de la población de esta zona de la ciudad ha visto la oportunidad de vender sus tierras al mejor postor. Para las más de 3 mil 500 personas que viven en la tenencia de Jesús del Monte, la situación es desastrosa. Durante los últimos años han emprendido acciones en contra del municipio de Morelia, a quien acusan de opacidad en el manejo del agua y en contra de los gobiernos federal y estatal por no frenar la degradación. Hace poco más de 15 años, perdieron la batalla cuando una prestigiosa universidad particular les arrebató uno de sus 3 manantiales más importantes, por lo que poco a poco han visto reducir sus fuentes de agua frente a la voracidad de la mancha urbana.