La paz se construye entre todos, más allá de ideologías y credos: obispos

Reconocen los líderes católicos que hay muchos desafíos en materia de seguridad, pero ven una salida mediante el trabajo conjunto: Iglesia, sociedad y gobiernos

Foto, Samuel Herrera Jr.

Juan Bustos / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. En la Plaza de la Paz de Morelia se congregaron creyentes y líderes religiosos para unir sus voces en un llamado urgente: ser constructores de la paz, como señaló el arzobispo de Morelia, Carlos Garfias Merlos, quien junto con otros obispos enfocó la celebración ecuménica en la responsabilidad compartida de edificar la paz en medio de un mundo marcado por la violencia.

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La tarde de ayer, el arzobispo capitalino indicó que este compromiso, resaltado como el eje central del discurso de gobiernos, sociedad civil y la misma Iglesia, debe resonar como un llamado a la acción y a la unidad, uniendo fuerzas para transformar la realidad y construir –siempre entre todos- un futuro más pacífico en Michoacán y el país en lo general.

El discurso también abordó la realidad de la entidad, recordando un análisis de la estación pastoral en 2010 que advertía sobre la creciente actividad de la delincuencia organizada en Michoacán, la pobreza, la desigualdad social y otros desafíos que siguen hoy tan vigentes como hace 14 años. Por ello se hizo un llamado a todas las instituciones y sectores de la sociedad a contribuir a la construcción de una sociedad basada en el respeto, el diálogo y el Estado de Derecho.

Garfias Merlos, junto con los obispos de la Provincia Eclesiástica de Morelia (Apatzingán, Lázaro Cárdenas, Morelia, Tacámbaro y Zamora), dijo que se busca un anhelo profundo: llevar la presencia de la Iglesia a todos los rincones de las comunidades, ciudades, poblaciones y rancherías, y con ello abonar a la llegada de la paz.

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La ceremonia, que contó con la participación de autoridades civiles y representantes de diferentes congregaciones religiosas, tuvo como eje central la importancia de construir la paz en medio de las adversidades, apilando esfuerzos en unísono y dejando atrás las diferencias políticas, ideológicas e incluso de fe.

El arzobispo agradeció a quienes hicieron posible este momento para la arquidiócesis de Morelia y las diócesis de la provincia. Destacó la relevancia de establecer este tipo de diálogos en un mundo marcado, desgraciadamente, por la violencia y las tragedias. Haciendo referencia a las palabras de Jesús sobre la paz, resaltó la importancia de llevar este mensaje a cada rincón.

Desde la Plaza de la Paz, Garfias Merlos proclamó que este bien, el de la paz va más allá del simple equilibrio entre fuerza y miedo, rechazando la intimidación y el uso descontrolado de armas, una problemática muy conocida. Monseñor enfatizó que la Iglesia Católica, junto con otras confesiones religiosas a través del Consejo Interreligioso y Ecuménico, busca contribuir a la construcción de una cultura de diálogo y paz, en donde también quepan la empatía, la redención y el perdón.

Garfias Merlos se centró en el papel de la Iglesia como artesana de la paz, siguiendo los pasos de Jesús: hizo hincapié en la necesidad de ser mensajeros y testigos del bien en la vida cotidiana complementando la felicidad en la familia humana.

El llamado de monseñor, se extendió a las familias, niños y adolescentes afectados por la violencia, instándolos a luchar por la protección de sus derechos.

El arzobispo reflexionó sobre la complejidad del mundo contemporáneo, donde la interconexión coexiste con la lejanía y la desconfianza. Señaló las diversas formas de violencia presentes en la sociedad actual, no solamente a través de las armas, sino también en las plataformas digitales y los medios de comunicación masiva, fundamentados en la cultura de la indiferencia y el descarte.

Recordando el magisterio de los pontífices del siglo XX y XXI, se resaltó el llamado del Papa Francisco en su libro ‘Fratelli Tutti’ a vivir una actitud de apertura social, buscando la complementariedad y el enriquecimiento mutuo.

El arzobispo Garfias Merlos concluyó instando a todos a renovarse y mantener un diálogo abierto y transparente con las instituciones. Pidió oraciones por la paz en Michoacán y México, exhortando a ser constructores de paz en todos los ámbitos de la vida.

Encomendó estos anhelos a María Santísima, buscando su intercesión para que la paz sea una realidad en la provincia de Morelia y en todo México, “la celebración ecuménica fue un llamado apasionado a la acción y a la unidad en la construcción de un futuro más pacífico.