Las contundentes pruebas que varios abogados de Diego no pudieron derrocar; es culpable

Los testimonios de sus hermanos, padres, familiares, su mejor amiga y hasta de los mismos parientes y amigos de Diego, fueron decisivos para comprobar que el feminicida de Jessica es Diego Urik.

¿Cuántas veces la madre de Jessica tuvo al asesino de su hija frente a ella?¿Cuántas veces la familia de Jessica vio como Diego lograba uno y otro amparo?
¿Cuántas veces escucharon a Diego decir que era inocente?

Omar Cuiriz / La Voz de Michoacán

La mirada de la señora Verónica Villaseñor estuvo fija al juez durante alrededor de una hora, mientras éste leía las conclusiones del juicio contra Diego Urik Mañón Melgoza.

La madre de Jessica bajó la mirada y secó sus lágrimas hasta que el juez Ariel Montoya mencionó que las pruebas concordantes entre sí, acreditaban que Jessica González Villaseñor fue víctima de feminicidio y que el responsable es Diego.

El juez confirmó que las pruebas demuestran una violencia extrema cometida contra la víctima. Mencionó varias veces una realidad que resulta bastante dolorosa para la familia: “La muerte de Jessica fue lenta y dolorosa, su cuerpo sintió los más de 30 golpes que recibió”. Hecho comprobado.

Jessica tuvo hemorragia por un golpe en la cabeza –propiciado por Diego- pero no murió al instante, sino fue agonizante. Hecho comprobado.

Ella intentó defenderse, parar con sus manos la brutalidad de un hombre fornido. En las uñas de sus manos quedó el perfil genético de Diego, muestras de un forcejeo del que le fue imposible salir con vida. Hecho comprobado.

Diego golpeó todo el cuerpo de Jessica, incluso sus genitales, en los que también se encontraron células espermáticas de él. Hecho comprobado.

Sí, fue feminicidio. El juez argumentó ampliamente las razones por las que no es un homicidio doloso: Jessica era una persona vulnerable a la que se le ejerció violencia sexual atentado contra su integridad corporal, fue denigrada recibiendo un trato indigno y cruel.

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“En ese contexto, se le puede comprobar que Diego Urik Mañón Melgoza, demostró desprecio por la vida de ella mientras sufría, prevaleciendo un pensamiento misógino”.

“Es irrefutable que Diego Urik la desvaloró, la cosificó y expresó desprecio por ella”.

El juez acreditó el testimonio de los exmejores amigos del culpable, Diego Sayago y José Jair, quienes declararon haberle preguntado a Urik por qué había matado a Jessica y no mejor a un perro, y este respondió que, “que culpa tenían los perros”. Hecho comprobado.

Ariel Montoya también validó la prueba testimonial de que Diego metió el cuerpo de Jessica, envuelto en una sábana, en la cajuela de su coche y tras ver que sus dos mejores amigos acudieron a su llamado pero no le ayudaron, él mismo tomó el cuerpo para abandonarlo en una zona boscosa de su fraccionamiento. Hecho comprobado.

“La percibió como un objeto sin valor, la cosifico usándola sólo para satisfacer sus deseos”, siguió argumentando el juez y agregó que diego fue tan consciente de lo que hacía, que ocultó el cuerpo y luego huyó de la ciudad de Morelia.

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Mientras se desarrollaba la lectura, el padre de Jessica mantuvo largo rato la cabeza agachada, con la mirada perdida o con los ojos cerrados. Tuvo que escuchar –una vez más- la atrocidad cometida contra su hija.

La mamá, Verónica, lloró en silencio, se secaba algunas lágrimas con una servilleta. Estaba ahí, sentada al lado de los representantes de la Fiscalía, con un juez enfrente, con su esposo y uno de sus hijos sentados unas bancas atrás, y sabiendo que su otro hijo, estaba en la calle gritando acompañado de colectivos.

Cristo González Villaseñor, hermano de Jessica, llegó a la audiencia con una bocina que entonaba una canción contra feminicidas, su manifestación se escuchó en la sala de principio a fin de la audiencia. El juez no mandó callar los gritos, aunque estos a ratos se escuchaban más fuerte que su voz. Era el llamado profundo a la justicia.

TODOS LOS TESTIMONIOS SIRVIERON

Un amor de amigas llevó a contarse secretos muy íntimos. Esa amistad permitió que el nombre de Diego y él mismo, fueran conocidos por Ana Yansin, una de las pocas personas cercanas a Jessica que sabía de la existencia de él. Ana Yansin tenía el celular de él. Ana Yansin lo vio físicamente una vez. Ana Yansin supo cuándo Diego llamo puta a Jessica.

Su testimonio concordó con las declaraciones de Hanna, de José Jair y de Diego Sayago, quienes también manifestaron la manera en que Diego Urik se refería a las mujeres usando adjetivos de putas, zorras y perras. Hecho comprobado.

Los testimonios de los hermanos de la víctima, los últimos en verla, sobre que alguien recogió a Jessica abordo de un auto en su casa, a las 17:00 horas del 20 de septiembre de 2020, concuerdan con las cámaras de vigilancia del fraccionamiento que grabaron su salida y entrada, registrando también la hora. Son concordantes también con las grabaciones de las cámaras del C5 que grabaron el auto de Diego sobre el Periférico de Morelia y después dando vuelta en dirección a la casa de Jessica, a la hora en que se supo que ella salió. Además, coinciden con las coordenadas de los celulares de ella y él, que muestran actividad a la misma hora y en los mismos lugares. Hechos comprobados.

A Jessica se le ve en un video entrar al fraccionamiento. Sus hermanos reconocieron su suéter café, el color de su cabello y el gesto de su boca. Se le ve entrar, pero en ningún video se le ve salir. Cabe recordad que una de las tantas versiones dadas por Diego, él dijo llevar a Jessica cerca de su casa. Cosa que nunca sucedió.

Diego es culpable. Diego es el femincida de Jessica. Diego la recogió, la llevó a su fraccionamiento, la golpeó hasta la muerte y luego arrastró su cuerpo desnudo y lo abandonó entre matorrales, para después seguir con su vida normal.

Diego Urik Mañón Melgoza ha dejado de ser presunto para convertirse abiertamente en el feminicida de Jessica.

Este 27 de enero de 2023, el juez del Tribunal Unitario de Enjuiciamiento, Ariel Montoya Romero, lo ha declarado culpable de feminicidio.

La familia tuvo que luchar dos años cuatro meses para comprobarlo.

Este caso que involucró también el grito fuerte de mujeres y de toda una comunidad activista, ha dejado una gran lección: no desistir.

La propia madre ha reconocido que esto no traerá de vuelta a su hija y que la condena no es justicia, pero “por lo menos se castigará al responsable”.

Será el próximo 3 de febrero a las 09:00 horas, cuando el juez dicte el fallo condenatorio.

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