José Luis Ceja / La Voz de Michoacán Sahuayo, Michoacán. Familiares de la joven empresaria sahuayense Frida Santamaría, asesinada hace unos meses, están pidiendo a la Fiscalía General del Estado que el homicidio sea calificado como feminicidio cometido por parte de su expareja, esto de acuerdo con las versiones de la madre y la prima de la joven. Patricia García y Samantha Morett, madre y prima de la joven asesinada, respectivamente, destacaron las complicaciones que han encontrado a lo largo de estos meses después de los eventos ocurridos en un festejo en un salón de eventos en la calle Bravo, al norte de la ciudad. Foto, José Luis Ceja. Cronología de los hechos y el perfil de la relación sentimental El 18 de junio de este año, de acuerdo con lo señalado por Patricia García, Frida Santamaría organizaba el evento del bautizo del hijo de una de sus amigas, en el cual era invitada también. “Ella asistió después de terminar de decorar con varios amigos y desconocidos; más o menos alrededor de las 8 y media de la noche surgió este momento. Tiempo antes había llegado su pareja actual al salón, parece que no estaban en una condición bien en ese momento, discutieron y después él se sentó al lado de ella y ahí fue cuando le disparó”. La versión de la madre indica que después del disparo la joven fue trasladada a un hospital particular en las cercanías del salón de eventos donde falleció minutos después. Las versiones de los testigos apuntan a que luego de trasladarla al hospital, el hombre abandonó el lugar llevándose el bolso de la joven y su teléfono celular, lo que fue confirmado por la madre. “A mí me llaman exactamente a las 8:35 de la noche, a las 8:40 ya estaba yo en el hospital, ya no estaba la persona, sólo había un amigo que me dijo que él fue el que la había llevado junto con otros tres muchachos. En ese momento nadie me supo dar información, yo pedí sus cosas porque en ese momento se comenzaron a decir varias situaciones y era todo muy confuso y no estaba ni su bolsa, ni sus llaves, ni sus lentes ni su celular”. El joven, hijo de un exalcalde de este municipio, había abandonado las instalaciones del hospital al que arribaron poco tiempo después las autoridades de la Fiscalía Regional para trasladar el cuerpo a los servicios forenses. En lo que respecta al perfil de la relación, Patricia García señaló que ésta tenía poco tiempo; sin embargo, no atravesaban por buen momento, incluso un día antes la pareja había tenido un desencuentro que había ocasionado que Frida Santamaría se trasladara a la casa paterna. Incluso, la madre de la joven aseguró que existían ya antecedentes de violencia física en la relación. En cuanto a las diferentes versiones dadas a conocer por los testigos del evento, Samantha Morett, prima de la empresaria asesinada, aseguró que al margen de éstas, las actividades periciales de la Fiscalía establecieron que la ubicación de la herida por arma de fuego descartaba las posibilidades de accidente o una lesión provocada por la propia víctima, por lo que, para la Fiscalía, la lesión fue provocada por la persona sentada a la derecha de Frida Santamaría Foto, José Luis Ceja. Feminicidio y mediatización de la justicia “Desde ahí partió la definición de la Fiscalía y de los investigadores de que se va a llevar como homicidio porque al momento no lo tipificaron como feminicidio, aunque se les dijo que era una relación, que él era el novio y que sabíamos por los amigos que él había sido quien había hecho el disparo”, destacó Morett García. Luego de la presentación del presunto homicida y tras 15 horas de audiencia, integrantes del equipo del exalcalde comenzaron una campaña mediática acusando a la familia de la víctima de manipular a los colectivos feministas de esta región para forzar al juez encargado del proceso, además de asegurar que, pese a lo dicho, jamás se han presentado pruebas de antecedentes de violencia por parte del imputado, que actualmente se encuentra vinculado a proceso, de acuerdo con la versión dada por la Fiscalía. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el feminicidio como “la muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea que tenga lugar dentro de la familia, unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal. En la comunidad, por parte de cualquier persona, o que sea perpetrada o tolerada por el Estado y sus agentes”. En tanto que, en México, la Conferencia Nacional de Procuración de Justicia definió el feminicidio como “el privar de la vida a una mujer por razón de género”, y para ello se establecieron a través de esta Conferencia Nacional presencia de al menos una de nueve circunstancias que deberían ser cumplidas para proceder con la investigación de la muerte violenta de una mujer como posible feminicidio. Entre éstas se encuentra algunas como la existencia de una relación de parentesco, ya sea por consanguinidad o afinidad u otra que implique confianza o subordinación, así como la existencia entre víctima y victimario de una relación laboral, sentimental, escolar y en las que existan antecedentes documentados de violencia entre otras. Foto, José Luis Ceja. Es ahí, de acuerdo con Samantha Morett, la importancia de que el asesinato de Frida Santamaría sea considerado por las autoridades como feminicidio, además de que la posición política del padre del agresor ha complicado el proceso. “Lamentablemente vivimos en un país donde existen la impunidad y la corrupción, se ha tratado de erradicar aunque es un tema que se ha tratado un poco lento”. Finalmente, las autoridades han señalado que, por la naturaleza del proceso, éste no puede ser ventilado ni socializado. Patricia García, madre de la víctima, detalló que en el periodo vacacional de Semana Santa de este año, su hija, después de un viaje con su pareja a Puerto Vallarta, Jalisco, presentó diversas lesiones en el cuerpo que, la víctima argumentó, se debían a un accidente ocurrido en la playa. Aún con el proceso legal en curso, familiares y amigos de Frida Santamaría llevarán a cabo la colocación de un memorial en honor a la joven empresaria en la esquina de las calles Lázaro Cárdenas y Bravo al norte de la ciudad, evento en el que pedirán la aplicación de la justicia.