Arturo Molina / La Voz de Michoacán Bajo el señalamiento de que cada michoacana desecha hasta un kilogramo de plástico al día (sic), el gobierno estatal fijó el plazo para eliminar los plásticos de un solo uso en apenas dos años. El proyecto, que inició desde el 2019 en distintos municipios, finalmente aterrizará a nivel entidad federativa. En el contexto de la conmemoración del Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico, la Secretaría de Medio Ambiente Cambio Climático y Desarrollo Territorial (Semaccdet) dio a conocer que esta nueva normativa que se lanzará en los 113 municipios y la cual está contenida en la reforma de Ley Ambiental del Estado de Michoacán. En voz de Ricardo Luna García, titular de la dependencia ambiental, el paquete legislativo aprobado tiene como meta en un plazo de dos años erradicar por completo el empleo de plásticos de un solo uso en Michoacán, así como la regulación de agroplásticos, neumáticos, plásticos aeronáuticos y hospitalarios, entre muchos otros. “Se habla de plásticos de un solo uso en sus diversas presentaciones: bolsas, popotes, cubiertos, vajillas y envases de plástico que tienen una vida útil aproximadamente de 30 minutos y su contaminación se queda por miles de años en el medioambiente si no son depositados y dispuestos de forma adecuada para su reciclado o eliminación”, explicó Ricardo Luna. Justifican reforma No solamente se acotarán las bolsas de plástico que se utilizan las tiendas y centros comerciales. Desde los materiales plásticos que se generan en el campo la industria y los talleres de todo el estado constituyen una de las principales fuentes de contaminación y acumulación de basura en todas las regiones, por lo que se busca generar una normativa de amplio espectro que ayude, poco a poco, a adoptar una cultura mucho más ecológica de parte de los ciudadanos y las diversas cadenas de actividades económicas en la entidad. Y es que la cultura del reciclaje y la separación de basura sigue siendo escasa en comparación a las necesidades y a la generación de residuos sólidos, en donde las autoridades han puesto especial interés en el tema del plástico, particularmente en los desechables, en donde falta precisamente una cultura del reciclaje y se dispone de ellos sin una separación adecuada o buscar reutilizarlas. Luna García incluso recordó que el plan temporada de lluvias la acumulación de plásticos en la vía pública y otros espacios constituye también un peligro en materia de protección civil, por el riesgo que suponen de producir tapones en los cárcamos de bombeo de la zona urbana y en las coladeras, lo que ocasiona gran parte de los encharcamientos que año con año se ven en las ciudades de Uruapan y Morelia, por ejemplo. “Estos plásticos se convierten en uno de los principales agentes contaminantes presentes en el medioambiente de las poblaciones rurales y en las ciudades. Lo cual provoca contaminación en áreas públicas, en ríos, lagos y mares, además de afectación a infraestructura urbana como son los sistemas de alcantarillado, que en época de lluvia se ven afectados por tapones de estos materiales”, explicó el funcionario estatal. Intentona municipal Varios municipios de Michoacán iniciaron el cambio, incluso antes de ser aprobado el paquete ambiental en el Congreso local, a través del establecimiento de reglamentos municipales con la activa participación de los Cabildos para inhibir el uso de bolsas de plástico, popotes y hacer reaccionar a la ciudadanía del daño generado, así como para invitarlos a regresar a la utilización de bolsas de tela o fabricadas con materiales reutilizables y recipientes de vidrio, entre otras opciones sustentables. No obstante, a pesar de lo anterior el proyecto para reducir los plásticos de un solo uso no se ha logrado cuajar debido a la contingencia sanitaria por la pandemia de COVID-19, que puso de relevancia el uso de bolsas de plásticas desechables por un tema mismo de higiene y salud. El caso de la capital de Michoacán fue desde finales del 2019 cuando el cabildo aprobó la previsión de los plásticos de un solo uso en los comercios de la mancha urbana. El propósito era lograr que para el mes de mayo del 2020 se establecieran incluso sanciones en contra de los establecimientos que regalaran bolsas de este material. En el caso de Morelia, el enero del año pasado entró en vigor la reglamentación municipal. La capital del estado se unía a otros municipios michoacanos y a otros cientos en todo el país que mantenían la intención de erradicar el uso de las bolsas plásticas, popotes, vasos desechables y materiales que, por su naturaleza, representaban una emisión indiscriminada de contaminantes. No obstante, con este reglamento se abrieron las puertas para un nuevo tipo de mercados: el plástico biodegradable. Las multas iban desde las 5 UMA hasta las 400 UMA (448 a los casi 36 mil pesos) con el objetivo de desincentivar que los tenderos y los establecimientos sigan repartiendo a diestra y siniestra las bolsas de plástico. Esta tarea correspondía a la Dirección de Inspección y Vigilancia en coordinación con la Secretaría de Fomento Económico. Muchos comercios evitaron esta norma al no usa ya estas bolsas por su cuenta, sino que el cliente podría comprar una para llevar sus productos, dándole con ello la vuelta a la regulación implementada. Desde tiendas de colonia hasta las grandes tiendas departamentales emplearon este hueco legal, en donde ya no usaban bolsas de plástico, sino que las vendían como parte de los servicios que ofrecían para los clientes que así lo requerían.