Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Crece cambio ilegal de uso de suelo durante periodo de pandemia. Ante la paralización de las actividades gubernamentales por el paso de la contingencia sanitaria por la enfermedad del coronavirus (COVID-19) y más recientemente por las campañas electorales, las huertas de aguacate y otros frutos de alto rendimiento crecieron en más de una región. Solo en el municipio de Madero, considerado el tercer polo de desarrollo del ‘oro verde’ en el estado, en un lapso de un año se instalaron 400 hectáreas de monocultivos a expensas de los bosques y las comunidades de la región. Lo anterior fue advertido por comuneros y pobladores de la zona de Villa Madero y Acuitzio, quienes han denunciado el relajamiento de las labores de vigilancia durante los últimos meses por parte de los tres niveles de gobierno. El activista Julio Santoyo explicó a La Voz de Michoacán que solo en lo que han detectado como movimiento social en defensa de los bosques, han detectado una seria afectación a las reservas forestales del sur de Morelia. “Se han organizado grupos de las diferentes localidades de Madero indignados por el crecimiento de huertas de aguacate que los ha dejado sin agua en sus localidades. Esta semana constatamos que solo en lo que va de un año el crecimiento de las huertas de aguacate es de más de 400 hectáreas. Esta gente aprovechó la pandemia y la inacción del gobierno federal y estatal y se han expandido como nunca antes y han afectado la calidad de vida de las comunidades con respecto al acceso al agua”, explicó. COMPROMETEN ABASTO DE AGUA El abasto de agua se sigue viendo comprometido en decenas de comunidades de madero y demarcaciones vecinas. Junto con la instalación de huerta llega la construcción de ollas de agua que cortan la filtración del vital líquido a la acuíferos subterráneos y superficiales. Los más afectados, son los productores de cultivos rudimentarios y tradicionales que han dejado de contar con agua suficiente para hacer producir sus tierras. Al igual que en muchas de las áreas “no esenciales”, autoridades administrativas ambientales pararon labores durante los meses de mayor riesgo de contagio a COVID-19. No así los productores y empresas frutícolas, quienes ocultos entre las zonas boscosas de las distintas regiones de la entidad aprovecharon para expandir sus huertas sobre suelos de vocación forestal. Aunado a lo anterior, no conocen a la Policía Ambiental y a las unidades de la Fiscalía de Delitos Ambientales a pesar que desde hace años emprendieron un movimiento pacífico para buscar detener el avance de los especuladores y explotadores de la tierra. La falta de agua ha generado que los campesinos dejen de producir sus tierras y terminen por rematarlas a empresas foráneas que finalmente terminan por explotar el uso de suelo. Lo anterior, representa un círculo vicioso que ha impactado a miles de familias se la región. Otro aspecto que de nueva cuenta sobresale con la temporada de lluvias es el uso de cañones antigranizo. A pesar de las reglamentaciones y de las manifestaciones de las comunidades, advierten, los dispositivos siguen creciendo en número. “En la región de la Sierra de Madero, no obstante que hay un artículo prohibitivo para el uso de cañones antigranizo, pues se han seguido activando estos cañones ubicados en Llanitos y por la zona de Copitero. La actividad de los cañones continúa. Pareciera que a los dueños de las huertas y los que tienen este tipo de instrumentos les importa nada la legislación y no tienen miramientos a los intereses de la gente porque la gente ya está sufriendo por la escasez de agua”, explicó. SE ‘COMEN’ LOS BOSQUES Durante el 2018, el Consejo Estatal de Ecología (Coeco) advirtió sobre la conformación de lo que se podría considerar como el tercer polo de desarrollo del aguacate. Ubicado al sur de Morelia, Acuitzio, Villa Madero, Huiramba y Carácuaro. En este triángulo geográfico, los bosques han sido reemplazados por una gran cantidad de huertas del valioso “oro verde” y a ello se han sumado, los grandes galerones que albergan a los frutos rojos. Desde hace menos de 5 años y en silencio, los productores del mencionado monocultivo, se han aprovechado de la región, la pobreza de las comunidades y en muchos de los casos, de la falta de vigilancia para instalar enormes huertas que incluso, han cortados los corredores de fauna naturales de la región. La instalación de huertas en estos municipios, corresponde a capitales ajenos a Michoacán, toda vez que apenas un 5 por ciento de las huertas de aguacate, corresponden a productores oriundos a la región. Y es que incluso, en el caso de Villa Madero, los altos índices de pobreza, han generado que la población venda sus tierras a precios infravalorados para subsistir.