José Luis Ceja / La Voz de Michoacán Sahuayo, Michoacán. La organización animalista Libertad Animal, con sede en este municipio, destacó que es necesaria la intervención de los tres órdenes de gobierno para poner freno al saqueo y comercialización de la fauna de los entornos cercanos y de otras entidades federativas, so pena de rescatarlos y hacer una liberación masiva. Aldo Macías, integrante de este colectivo, explicó que regularmente se ve en las plazas y mercados de los municipios de Sahuayo, Venustiano Carranza y Jiquilpan, a personas ejerciendo el comercio ilegal, principalmente de aves. “Nos hemos acercado a ellos para ver si cuentan con los permisos necesarios para poder capturar y vender y ninguno cuenta con estos permisos”, pese a ello, al tratarse de una organización de carácter civil, los integrantes de este colectivo se ven impedidos de actuar por la vía legal. “Hemos hecho ya las denuncias ante las autoridades de los tres niveles de gobierno; sin embargo, no hacen nada o dicen que no tienen facultades para hacerlo y esto nos va a llevar a tomar acciones radicales y planeamos quitarles estas aves y liberarlas, o buscar el apoyo con organizaciones de los estados de Guerrero, Jalisco y otras, que son de donde se extraen, para regresarlas a su hábitat”. Sobre los rendimientos económicos de este trasiego de aves, Macías Orozco dijo que de manera global se desconoce, pero precisó que, por ejemplo, cada ejemplar de loro que se comercializa alcanza entre los 7 mil y los 9 mil pesos y los precios varían de acuerdo con las aves. Datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales señalan que el tráfico ilegal de vida silvestre se constituye como una infracción o delito en la legislación ambiental de México, e involucra la extracción, acopio, transporte, comercialización y posesión de especies de flora y/o fauna silvestre, mediante la captura, caza y colecta, además de que esta actividad ilícita tiene un impacto directo e irreversible sobre los ecosistemas y su biodiversidad, lo que se ha visto reflejado en el declive que han mostrado las poblaciones de especies de alto valor comercial en los últimos años. En ese sentido, según alertó la World Wildlife Fund (WWF), el tráfico ilícito de vida silvestre es la segunda causa de pérdida de flora y fauna del planeta, y después de las drogas y armas, es el tercer crimen organizado de mayor impacto mundial debido a la demanda de mercado, la cual a su vez es promovida por grupos de consumidores impulsados por diferentes valores sociales y culturales profundamente arraigados. Datos de la Interpol y la Organización de las Naciones Unidas señalan que el valor global del comercio ilegal de vida silvestre importa anualmente 20 mil millones de dólares y en el que se incluyen plantas y animales que son sustraídos de sus entornos para ser comercializados en otros lugares cuya biodiversidad se ve afectada también a través de parásitos y enfermedades que incluso pudieran afectar al ser humano, esto de acuerdo con un informe emitido en 2020 por el Grupo de Acción Financiera Internacional. Las ganancias en lo local Pese a que no existe en Michoacán o en sus regiones un estimado del valor de la comercialización de vida silvestre, de acuerdo con el vocero de Libertad Animal, cada una de las personas que caminan en los municipios cercanos ofreciendo animales lleva consigo en especies poco más de 100 mil pesos. “Si haces el cálculo del valor, solamente de aves que llevan en sus jaulas, tienes poco más de 100 mil pesos, sin contar con otras especies que también venden pero que no pueden mostrar, como monos, reptiles y otros”. En ese sentido, reiteró, la organización animalista está a punto de realizar un seguimiento y aseguramiento de estas especies para proceder a su liberación. “Siempre dicen que la gente denuncie estos hechos, pero cuando lo hacemos nos dicen que no es de su competencia, que no tienen personal, o mil excusas. Lo cierto es que no hacen nada”. Investigaciones realizadas por esta organización indican que apenas 12 de cada 100 ejemplares de aves comercializadas en estos municipios logra la adaptación y la supervivencia y un número menor logra llegar a la edad madura de procreación. “Lo triste es que la gente que compra estas aves lo hace con la intención de convertirse en criadores y vendedores y comienzan a hacer cruces ‘controlados’ entre diversas especies de aves y esto va a generar un verdadero problema, porque para una familia promedio, la compra de estos ejemplares excede a veces los ingresos semanales”.