Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Con base en los altos niveles de degradación ambiental y la proliferación de lirio y maleza acuática, la administración estatal anunció acciones para un nuevo intento de rescate del lago de Pátzcuaro, en este caso para limpiar el lirio de la superficie. Este es el espejo de agua más importante del estado de Michoacán en materia turística y cultural, pero se enfrenta a una de las peores crisis ambientales. Se estima que aproximadamente el 40 por ciento del lago está contaminado por la plaga de lirio, la cual es causada por la presencia de descargas de materia orgánica proveniente de las aguas residuales de al menos 4 demarcaciones cercanas al lago de Pátzcuaro, según los habitantes de la zona. En este sentido, el Gobierno de Michoacán destacó que destinará un total de 11 millones de pesos para adquirir maquinaria y realizar los trabajos de limpieza de las zonas aledañas a la ribera del lago de Pátzcuaro. El gobernador Alfredo Ramírez Bedolla destacó que uno de los puntos que más preocupa es el deterioro causado por el cambio ilegal de uso de suelo y la deforestación de las áreas cercanas al espejo de agua, por lo que también resaltó la necesidad de revisar el ordenamiento territorial de la zona. En concreto, el despeje de la maleza acuática beneficiaría a los canales de navegación, donde se llevan a cabo actividades como la pesca, el canotaje deportivo e incluso la movilidad entre las islas y las poblaciones aledañas al lago. Pátzcuaro ha sufrido la invasión intensa del lirio en las inmediaciones del pueblo mágico durante más de 20 años. Durante el encuentro celebrado el jueves por la tarde, en el cual también participaron el secretario de Medio Ambiente (Secma), Alejandro Méndez, y el presidente municipal de Pátzcuaro, Julio Arreola Vázquez, se destacó el impacto negativo que ha tenido la degradación del lago en las actividades turísticas, ya que es uno de los lagos más visitados de todo el país. Por su parte, el alcalde mostró disposición para coordinar acciones de rescate del Lago de Pátzcuaro, al señalar que “es urgente atender la problemática del cuerpo de agua, el cual representa un importante recurso natural para el estado”. Mientras tanto, los representantes comunales y de cooperativas de la región lacustre agradecieron el apoyo del gobernador y se dijeron listos para colaborar en el rescate de la cuenca, con el objetivo de potenciar el desarrollo productivo de las localidades. Rescate, a contrarreloj Las autoridades municipales de la zona lacustre advierten sobre el ultimátum de los especialistas: si no se cambia la situación y la tendencia en menos de 20 años, el lago se convertirá en un recuerdo para los michoacanos. Actualmente, el lago se encuentra a menos del 47 por ciento de su capacidad, lo cual es uno de los niveles más bajos, considerando que faltan al menos dos meses para que inicien las lluvias generadas por los ciclones tropicales. El volumen de almacenamiento del espejo de agua sigue disminuyendo desde hace más de 30 años, y esta tendencia se ha agudizado debido a la situación de sequía que atraviesa Michoacán en este 2023. A pesar de los miles de millones de pesos invertidos en las últimas tres décadas, no se ha logrado detener el deterioro del lago, que además de su importancia ambiental, es el sustento de casi una decena de municipios en la zona lacustre. Desde hace años, una parte del lago fue decretada como Sitio Ramsar y área Natural Protegida, mientras que otra parte del lago no fue incluida en dicho esquema. En relación a esto, el gobierno municipal presentó en el año 2020 una solicitud para que se considere al lago en su totalidad como una zona de humedales protegida con alcance internacional. La gestión estatal y federal depende de esta solicitud, sin embargo, casi tres años después, la respuesta aún no ha llegado a la región. Según información del doctor Arturo Chacón, investigador del Instituto de Investigaciones de los Recursos Naturales (Inirena) de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), la situación en Pátzcuaro es desalentadora. Uno de los datos más relevantes es que los estudios recientes muestran que la superficie del lago, estimada en 132 kilómetros cuadrados en 1986, se ha reducido a menos de 70 kilómetros cuadrados para el año 2019. Además, los niveles de contaminación, con residuos orgánicos y ahora con metales pesados y contaminantes químicos, representan un grave problema para la salud pública de miles de personas.
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