Redacción / La Voz de Michoacán Los Reyes, Michoacán. El estado de Michoacán en general, y en particular la región de Los Reyes, se encuentra al borde del ecocidio debido a la tala clandestina, los incendios forestales, el cambio ilegal de uso de suelo y pasividad oficial en la aplicación del marco jurídico relacionado con la defensa del patrimonio natural. A esta es la conclusión llega el antropólogo Alejandro González, y con él coinciden ingenieros forestales tanto de la Comisión Forestal de Michoacán (Cofom) como de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), quienes pidieron el anonimato para evitarse problemas en sus centros de trabajo. Para el antropólogo González, a lo anterior habría que agregar la continuación de una práctica añeja de las autoridades tanto estatales (Cofom) como federales (Conafor), de maquillar y falsear información referente a los daños reales en los bosques por incendios forestales, plagas y enfermedades en los recursos silvícolas. “En un momento dado pensamos que a raíz del cambio en el Poder Ejecutivo federal, las prácticas mencionadas iban a cesar, pero no fe así, ya que quienes están en la toma de decisiones, en su mayoría siguen siendo los mismos de los anteriores gobiernos, con la agravante de la disminución de recursos en tales dependencias”. Todo lo anterior ha quedado evidenciado en la presente temporada de estiaje, que en los 15 días recientes ha dejado devastación en grandes extensiones de bosque que han sido presa del fuego y que, en la región de Los Reyes, ya llevó a la pérdida de la vida de un voluntario debido a las lesiones que sufrió por el fuego en el cerro de La Corona, donde se ubican los manantiales que surten de agua potable a la cabecera municipal de Cotija. En esta conflagración, que se mantuvo durante 3 días, iniciado el pasado sábado 26 de marzo y extinguido hasta el lunes 28 del pasado mes, donde además de la muerte del voluntario se afectaron 100 hectáreas de bosque, algunos habitantes de los límites de Michoacán y Jalisco revelaron que a raíz de las pugnas entre las bandas criminales, éstas están provocando la quema del bosque (táctica de tierra arrasada) para dificultar los escondites tanto de unos como de otros, por lo que además de arriesgar su vida en el combate al fuego, brigadistas y voluntarios también lo hacen por las constantes amenazas de los presuntos criminales que intentan evitar el combate para la extinción del fuego. Por otro lado, el cambio ilegal del uso del suelo forestal para la siembra de plantaciones de aguacate continúa de forma irrefrenable, sin que ninguna autoridad intente cumplir con lo que mandate la ley en esta materia. Otro ejemplo de la pasividad de las autoridades se hace evidente en la explotación del recurso silvícola, como es la extracción de resina, ya que existe toda una normatividad para su aprovechamiento, que va desde hacer cajetes en torno a los árboles resinados para evitar la propagación del fuego en caso de conflagración, también se especifica cuántos canales para la extracción de resina se le pueden hacer al tronco del árbol a explotar, que tiene que ver con el grosor del mismo; sin embargo, al no existir quién vigile la aplicación de la normatividad al respecto, se presentan situaciones como la presentada en el Cerro Prieto. En este lugar, ubicado en el ejido de Atapan, se presentó un fuerte incendio que inició al filo de las 13 horas del pasado jueves 31 de marzo, que debido a los recipientes con resina, que no se sujetan a ninguna norma, el fuego se propagó de forma rápida, ya que se presentó en un bosque de árboles maduros, con explotación de resina, y debido al intenso calor y a los fuertes vientos, llevó a un gran incendio que provocó una densa nube de humo que llegó hasta la ciudad de Zamora, distante a por lo menos 50 kilómetros de distancia. Al no existir vigilancia, a los resineros lo único que les interesa es la máxima extracción de resina, poniendo en grave riesgo al boque en caso de un incendio, que fue el caso, expresó un técnico forestal consultado. Otra situación que preocupa es la reducción de recursos presupuestales a la Conafor, principalmente en el área de combate a los incendios forestales, que lleva a que, para atacar el incendio mencionado, en el frente de combate al fuego sólo lo hayan estado dos brigadas: una de Cofom y otra de Conafor, en total aproximadamente 16 personas, en un incendio que afectó más 50 hectáreas de arbolado y que permaneció activo por más de 24 horas. Si bien es cierto que se presentó un helicóptero con un contenedor para esparcir agua, el incendio ya estaba casi extinto, por lo que se concretó a “enfriar” la zona afectada. Aunado a lo anterior, se tiene la presencia agresiva de gusano barrenador de pino en los bosques de Cotija, existiendo la posibilidad de que esta plaga esté creciendo de forma rápida debido a la resequedad del suelo. Todo lo señalado está llevando a un colapso ecológico, que se manifiesta en la pérdida de la cubierta vegetal que evitará la recarga de los mantos friáticos, el arrastre de suelo, la desaparición de manantiales, la pérdida de flora y fauna y la imposibilidad de mantener cualquier tipo de explotación agrícola, principalmente de aguacate, por el agotamiento del vital líquido.