Cofom y especialistas instalarán estaciones de monitoreo para medir daños ambientales

Los monocultivos siguen devorando cada vez más hectáreas de vocación forestal, en detrimento de los ecosistemas de todo Michoacán

Foto: Especial

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Con base en la necesidad de medir el impacto de la degradación ambiental, el cambio climático y el cambio de uso de suelo en los ecosistemas de Michoacán, a partir de este 2022 se buscará instalar hasta 8 estaciones de monitoreo biológico en las regiones de mayor importancia de conservación.

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El proyecto impulsado por la Comisión Forestal de Michoacán (Cofom) analizará los ecosistemas de la zona del Bajo Balsas, la selva alta de la Sierra Costa, los bosques de la región Uruapan y otras zonas de importancia ambiental.

Rosendo Caro Gómez, titular de la Cofom, señaló que la falta de información confiable sobre la biología de las regiones es uno de los principales obstáculos para atender las necesidades de cada región.

El apoyo por parte de la comunidad académica del estado a través de las distintas instituciones y universidades permitirá avanzar en abatir el déficit de información sobre la pérdida de suelo, contaminación, impacto a la flora y fauna y otros fenómenos que han terminado por degradar a los ecosistemas forestales.

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Caro Gómez reveló que se iniciará una consulta con las universidades a través de las áreas de biología para definir el proceso de elaboración y el proyecto mismo, que será apoyado por las instituciones ambientales.

La propuesta fue presentada en la región de Tierra Caliente con la participación de especialistas y pobladores de la región. Por lo anterior, se insistió que aún está vigente la iniciativa de crear una estación de monitoreo biológico y climático en las instalaciones del Museo del Volcán Jorullo, esto para dar respuesta a la inquietud de pobladores de la comunidad de Mata de Plátano, en el municipio de La Huacana.

Por otro lado, María Isabel Ramírez, integrante de la comunidad y promotora de un proyecto de desarrollo agroforestal, afirmó que gracias a esta iniciativa se realizan trabajos de conservación de la palma real (Sabal pumos), especie endémica y sujeta a protección especial que constituye una importante fuente de ingresos para los habitantes de la comunidad.

Finalmente, Miguel Ángel Tornez Álvarez, técnico de la Reserva de la Biósfera Zicuirán-Infiernillo, llamó a sumar esfuerzos y trabajar en conjunto con las autoridades del sector ambiental para fortalecer la reserva y que toda la comunidad académica pueda tener oportunidad de desarrollar trabajo de investigación y de fortalecimiento de las capacidades comunitarias para el manejo sustentable de sus recursos naturales.

Degradación ambiental, a pasos agigantados

A pesar de las inversiones multimillonarias de los últimos años, el ritmo de la degradación ambiental de Michoacán alcanza las 60 mil hectáreas de pérdida de bosque al año y más de un 80 por ciento de las aguas superficiales contaminadas por el efecto de la actividad agrícola y los monocultivos de alto rendimiento.

Actualmente existen al menos 3 regiones del estado en donde la proliferación de distintos tipos de monocultivos de alto rendimiento, como el aguacate, las berries y hasta duraznos, sigue devorando las reservas forestales para la exportación.

La política agrícola fue señalada por especialistas como extractiva y poco solidaria con el medio ambiente, en relación con los miles de miles de dólares que se generan todos los años con las exportaciones.

Desde hace al menos 5 años, activistas de distintas regiones del estado han denunciado el constante avance de los monocultivos a expensas de la estabilidad ambiental. Uno de los casos más relevantes fue el surgimiento de un tercer polo de producción aguacate y cambio de uso de suelo ubicado al sur de Morelia, Acuitzio, Villa Madero, Huiramba y Carácuaro. En este triángulo geográfico, los bosques han sido reemplazados por una gran cantidad de huertas del valioso “oro verde”.

Entre las propuestas de activistas de diversas regiones del estado se destaca la creación de una frontera del aguacate que frene por completo y divida las tierras productivas de las reservas forestales.