Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Desplazados por cambio climático, zonas inhabitables por riesgos, crisis alimentarias y fenómenos meteorológicos cada vez más agresivos ya se encuentran entre los efectos del cambio climático en Michoacán. A pesar de las evidentes afectaciones a los climas, el punto de no retorno cada vez está más cerca, de acuerdo con expertos. En el marco del foro regional ‘Impactos del cambio climático: vulnerabilidad y adaptación’, autoridades ambientales y especialistas urgieron a tomar medidas para contener los efectos en el corto y largo plazo del cambio climático. Ambas partes coincidieron en que incluso, en el hipotético caso de que se lograran erradicar de tajo todas las fuentes de contaminación y generación de gases de efecto invernadero, el acumulado de degradación ambiental provocado desde la revolución industrial aún tendría efectos negativos en todo el mundo. El caso de Michoacán no sería muy diferente, ante todas las problemáticas acrecentadas en las últimas décadas. En voz de Alejandro Méndez, titular de la Secretaría de Medio Ambiente (Secma) en el estado, en el caso de Michoacán las condiciones sociales, ecológicas, geográficas y económicas colocan a 13 demarcaciones a niveles elevados de vulnerabilidad por los efectos del cambio climático, por lo que señaló que los propios gobiernos se tienen que anticipar. Resaltó que es necesario estar preparados ante las emergencias que paulatinamente ya se están padeciendo. “Cada vez los fenómenos naturales están más relacionados con el cambio climático, tenemos que encontrar las formas para afrontar sequías, inundaciones, pérdida de especies y, sobre todo, garantizar nuestras fuentes de alimentación”, valoró. Por su parte, María Isabel Ortiz Mantilla titular de la Secretaría de Medio Ambiente del estado de Guanajuato, compartió que los efectos del cambio climático en dicha entidad corresponden a circunstancias regionales. Desde el proceso de desertificación, cada vez menos lluvias, escasez de agua y el desplazamiento de especies forestales siguen latente en el estado vecino del bajío. El encargado del despacho de la Dirección del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), Agustín Ávila Romero, alertó que el año pasado se tenían registrados 100 municipios del país con padecimiento de sequía extrema, “pero hoy registramos 400 municipios en estas condiciones; es urgente que adoptemos medidas de prevención”. Cabe resaltar que en este foro también se instaló la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático, órgano colegiado responsable de la coordinación gubernamental en esta materia. Michoacán no escapa Desde inicios de este 2021, se reportó que zonas elevadas superiores a los 2 mil 600 y 3 mil metros sobre el nivel del mar incrementaron sus registros históricos de temperatura hasta en 2 grados en los últimos años. Lo anterior, supera los datos presentados hasta el 2017, en donde se tenía un estimado de incremento de apenas un 0.8 grados respecto a la media histórica. Si bien se tratan dos grados en la temperatura en las regiones más elevadas de todo el estado, lo anterior se podría traducir o adaptar a incrementos aún más notables en zonas bajas de la Tierra Caliente y puntos urbanos como en Morelia, Uruapan, Zitácuaro y Zamora, en donde las oleadas de calor son cada vez más recurrentes más intensas. Entre los factores que permiten identificar tal tendencia se observa que especies forestales en el caso de la capital del estado han presentado cierto estrés a adaptarse al clima en el que alguna vez fueron endémicas, como en el caso de los encinos. Las especies cada vez necesitan de más altura en el centro de la entidad para poder adaptarse a los suelos. Ciudades como Morelia han advertido incrementos sostenidos en la sensación térmica de los últimos años y periodos cada vez más largos de calor y sequía. Los termómetros en temporada de calor han alcanzado hasta los 33 grados centígrados, superando los récords históricos de calor, que eran de entre 30 y 31 grados centígrados. Al interior de Michoacán ya se tienen puntos específicos donde se ha observado la muerte de árboles de manera espontánea, lo cual fue vinculado a la incapacidad de las especies de pinos a adaptarse al aumento de temperatura. Se ha identificado también eventos de muerte repentina de árboles, como en el caso de San Juan Nuevo y la Biósfera de la Mariposa Monarca; esta última región al ser tan políticamente protegida y renovada constantemente en su núcleo forestal el fenómeno ha pasado prácticamente desapercibido. No obstante, los especialistas presentes en el foro evidenciaron que desde hace años se ha observado una incapacidad de los árboles de bombear agua hasta la copa y las ramas, lo que produce una muerte repentina.
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