Redacción / la Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. La Loma de Santa María y la Cuenca del Río Chiquito, comprenden una de las zonas naturales más importantes para la cuidad de Morelia, la cual es considerada como el pulmón de Morelia ya que en su interior resguarda una gran cantidad de recursos naturales, mismos que en los últimos años se han visto amenazados por la mano del hombre, poniendo en peligro la existencia de la vida misma. La importancia ecológica de esta zona natural ubicada al sur de la cuidad, radica en la megadiversidad en flora y fauna que esta posee, elementos que traen grandes beneficios para toda la población, pues gracias a ella se regula el clima, se reduce la contaminación y se previenen inundaciones y derrumbes, pero no solo eso, pues en sus profundidades, nace y corre el agua de la que se abastece la cuidad. Foto: Facebook. Bosque de encino, matorral subtropical y bosque de galería, son parte de la flora de esta zona, los cuales contienen especies como pino, encinos, otate, sirimo, nogalillo y colorín. En cuanto a fauna, el sitio resguarda alrededor de 19 especies, entre las que se encuentran cacomixtle, tejón, gato montés, venado cola blanca, rana, tortuga de río, culebra de agua, alicante, cascabel de cola negra, cascabel hocico de puerco, gavilán de Cooper, aguililla cola blanca, codorniz Moctezuma, el clarín jilguero y el achoque o ajolote, animalito del que se calcula, solo quedan alrededor de 150 individuos en el área. La Loma de Santa María fue declarada como Área de protección en 1936, y posteriormente, se como Área Natural Protegida el 31 de diciembre de 2010, pero a pesar de ello, las autoridades no le han puesto la atención necesaria, ya que en los últimos años se ha visto amenazada gracias al hombre, pues los incendios, la deforestación y el crecimiento urbano, han acabado con gran parte de la diversidad de la zona. Los incendios consumen los bosques Una de las causas por las que la Loma de Santa María se ha visto afectada, es por la cantidad de incendios que suceden cada año, muchos de ellos provocados por el propio ser humano para hacer cambio de uso del suelo por urbanismo. Foto: Víctor Ramírez. Los incendios que se presentan año tras año, han acabado con una gran parte la flora y la fauna que comprende esta área natural, haciendo que cada vez se pierdan más hectáreas de arbolado y vegetación. Morelia se encuentra en el primer lugar de la lista estatal en pérdida forestal por incendios provocados. Solo en 2019 se contabilizaron mil 500 hectáreas, más de un 10 por ciento del acumulado estatal en pérdida por este fenómeno. El año pasado, en Michoacán se perdieron tan solo en una semana 551 hectáreas debido a los incendios forestales provocados en diversos puntos del estado. La urbanización, el peligro latente Los incendios forestales han consumido gran parte de la Loma de Santa María, pero la amenaza principal de la zona es el propio ser humano. El crecimiento urbano, las diversas construcciones de carreteras, centro comerciales y fraccionamientos, amenazan con desaparecer el pulmón de Morelia para siempre. En últimos 10 años se han construido decenas de fraccionamientos ilegales dentro de los linderos protegidos, pues las autoridades han cedido ante la presencia de poderosos empresarios locales y nacionales, dándoles la oportunidad de construir a costa de la pérdida de la naturaleza, y no teniendo consecuencia alguna. El decreto que anteriormente había declarado a la Loma como un Área Natural Protegida, prohibía cualquier tipo de construcción o edificación, pero la corrupción y los intereses monetarios no concordaron con esta ley, por lo que a finales de los 90s, se utilizaron varias zonas que anteriormente eran para uso agrícola y ecológico para construir fraccionamientos de lujo, hoteles, universidades privadas, hospitales, y después, hasta un gran centro comercial. Posteriormente, se empezaron a cimentar nuevas vialidades que pudieran conectar con los nuevos complejos urbanos de lujo y hacerlos accesibles. En el 2006, se comenzó con la construcción del megapuente, le siguió el megatúnel en el 2007, después el proyecto Altozano-Ocolusen en 2010, y en seguida, el Libramiento Sur de Morelia en 2012. El 31 de diciembre del 2009, el gobernador de aquel entonces, Leonel Godoy, dejo de lado la protección de la loma y la despojó de la categoría de Área Natural Protegida, reduciéndola a Zona de Restauración y Protección Ambiental, disminuyendo en un 73% el número de hectáreas protegidas. Foto: Movimiento Ciudadano en Defensa de la Loma. Así se veía el Área Natural Protegida de la Loma de Santa María en el 2004. Foto: Movimiento Ciudadano en Defensa de la Loma. Así se veía el Área Natural Protegida de la Loma de Santa María en el 2015. Lo anterior permitió la construcción de la segunda etapa de libramiento surTramo Ramal Camelinas, pues ahora esa parte de la Loma de Santa María ya no era un área protegida, por lo tanto, ya era completamente licito seguir construyendo, y ni las protestas y las consecuencias que este proyecto acarrearía, pudo detener esta edificación. El dinero a costa de la vida A pesar de que todos saben la gran importancia que tiene para Morelia la Loma de Santa María, las autoridades se han hecho de la vista gorda, permitiendo una carretera en medio de Área Natural Protegida, perdiendo con ello cientos de hectáreas bosques, pastizales y demás vegetación. Foto, Víctor Ramírez. No conforme con ello, la urbanización aun continúa amenazando con tomar parte de la zona protegida para la construcción, aunque esto traiga como consecuencia la falta de agua, inundaciones, deslaves, mayor contaminación y un cambio drástico en el clima.