Redacción / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Aunque su uso está prohibido, hasta ahora no hay realmente un estudio concluyente que permita conocer los efectos que tienen los cañones antigranizo, dispositivos altamente socorridos por agricultores para evitar la formación de tormentas de granizo que dañen sus cosechas. Científicamente no está comprobado que en realidad estos artefactos logren su objetivo, de acuerdo con artículos publicados la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y aun así hay sitios donde su uso no está permitido, como en Michoacán. Pensar que los cañones antigranizo realmente sirvan para detener grandes precipitaciones es un mito, un acto de fe, señaló el investigador del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, Fernando García García. Foto: UNAM. De hecho, hay quienes se oponen a que se sigan usando, tal es el caso de los académicos de la Universidad de Guadalajara y de San Luis Potosí; en Chihuahua, ya se convencieron de que no son viables, destacó la casa de estudios en un artículo publicado por Isabel Pérez. Sin embargo, ni a nivel estatal o nacional se cuenta con información certera sobre su uso. Las principales dependencias federales encargadas de la protección del medio ambiente y del manejo sustentable de los recursos naturales del país carecen de datos sobre los supuestos riesgos en su uso. En varios estados, incluido Michoacán, la utilización de esa tecnología ha despertado inconformidad y preocupación, pues mientras campesinos la defienden, activistas ambientales aseguran que las ondas sónicas que disparan esos equipos reducen las precipitaciones pluviales al disolver las nubes de lluvia, lo que causa una afectación al meio ambiente. Para analizar los efectos de estos aparatos, la Secretaría de Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Territorial (Semaccdet) y el Consejo Consultivo de Cambio Climático del Estado de Michoacán acordaron trabajar de la mano para construir un estudio que permita conocer de forma certera los efectos del uso de los cañones antigranizo. Ante las denuncias de agricultores por la escasez de lluvia a consecuencia de la presunta utilización de cañones antigranizo por parte de productores de aguacate y frutillas, en perjuicio de sus cultivos de temporal, Ricardo Luna García, titular de la Semaccdet y la doctora Patricia Alarcón Chaires, presidenta del Consejo Consultivo, se reunieron para conocer qué antecedentes científicos y académicos existen sobre la utilización de estos artefactos. La doctora Patricia Alarcón mencionó la necesidad de contar con evidencias científicas para poder establecer los efectos de estos cañones, ya que se podría conocer si altera o no el ciclo del agua, qué tipos de sustancias están presentes en el medio ambiente de los lugares donde son activados estos artefactos, si contamina o no y los efectos que tiene su uso en los seres humanos y las especies tanto vegetales y animales. En esta estrategia de estudio se buscará el apoyo institucional de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), para poder así fortalecer o modificar la propuesta de reforma de ley enviada al Congreso del Estado sobre el tema de los cañones antigranizo. Ricardo Luna García recordó que en la actual propuesta de reforma a la ley ambiental se menciona que, para poder contar con un cañón antigranizo, se deberá presentar una Manifestación de Impacto Ambiental a fin de obtener una Autorización de Impacto Ambiental que otorga la Semaccdet a quienes cuentan con el permiso respectivo de cambio de uso de suelo, mismo que debe ser entregado por la autoridad federal y desde hace al menos 20 años, en Michoacán no ha habido ningún otorgamiento al respecto. Abundó que, cualquier propuesta de ley es perfectible y el gobierno del estado a través de la Secretaría de Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Territorial, está dispuesto a dialogar con los sectores académicos, científicos y la sociedad civil organizada para debatir y enriquecer la iniciativa de reforma. ¿Cómo funcionan? A finales del siglo XIX, en Austria, un científico italiano de apellido Combicci emitió la primera hipótesis de que las partículas de humo proyectadas por los Generadores de Ondas Ionizantes podrían servir de núcleo de condensación de nube para formar gotitas. Pero no sólo en ese país existía esa suposición. En varias partes del mundo se dio el auge de los cañones. Por aquellos días, en Estados Unidos hubo quienes hacían experimentos con los cañones; utilizaban pólvora y nitroglicerina con el fin de modificar el proceso de desarrollo y la formación de partículas de la nube. Según el científico italiano, la hipótesis era válida. Al llevar a cabo este procedimiento la lluvia aumentaba y disminuía el granizo; aunque la base científica no tiene un fundamento sólido, se sabe que el granizo que se funde en el camino produce lluvia. Para 1900 se introdujo el cañón que en lugar de pólvora usaba acetileno, sustancia que hasta hoy se sigue usando; se trata de un gas compuesto por Carbono e Hidrógeno un poco más liviano que el aire y que genera una gran y estruendosa explosión, que produce ondas que se creía que llegaban hasta las nubes. A principios del siglo XX existían alrededor de 60 modelos diferentes de cañones antigranizo, aún cuando su eficacia no estaba confirmada. Su comercialización se volvió toda una industria, incluso, se organizaron congresos y conferencias con fabricantes y científicos en torno a este instrumento. Ahí se trató de mejorar las técnicas implementadas y se discutía si era mejor usar pólvora, glicerina o acetileno. Con información de CienciaUnam.mx