Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Morelia sufre un cobro de factura por incendios forestales provocados en las últimas semanas; hasta 50 toneladas de dióxido de carbono por hectárea siniestrada terminan contaminando la atmósfera de los municipios de todo el estado. Ante el abrupto inicio de temporada de incendios forestales en el estado, la Comisión Forestal de Michoacán (Cofom) advirtió sobre el impacto de las conductas que buscan destruir los bosques. Durante los últimos años los daños se cuantificaron en cuanto a los suelos, la biodiversidad, la pérdida de la capacidad de captación de agua y otros, no obstante, la parte de la contaminación acumulable también ha sido evidenciada. En voz de Rosendo Caro Gómez, titular de la Cofom, los efectos de la quema de pastizales, bosques, zonas de arbustos, hojarasca y otros suelos cobran altos costos ambientales que ya se han manifestado a través de la mala calidad del aire y hasta la lluvia ácida. Al inicio de temporada de incendios forestales la ciudad de Morelia y la zona rural del municipio ya acumulan más de 30 siniestros con más de 300 hectáreas afectadas por el fuego. En estimación, lo anterior significa miles de toneladas de gases contaminantes vertidos en la atmósfera y el aire que respiran 800 mil habitantes. “El fuego nos causa un problema a todos por las muchas especies que se mueren ahí, por las que migran, pero mucho más allá por el impacto número que tenemos ahora que es el cambio climático”, refirió el funcionario estatal. “Una hectárea de superficie forestal que se quema emite entre 20 y 50 toneladas de dióxido de carbono, ese es el daño mayor porque al quemarse se emiten gases y además esa superficie ya no va a cantar más agua”, manifestó. “Especialistas han advertido que los incendios producen monóxido de carbono y óxidos de nitrógeno que al combinarse con la luz solar; los gases generan reacciones químicas que a su vez producen ozono a nivel de suelo, lo cual resulta en un peligroso contaminante para las poblaciones aledañas. El último informe Greenpeace se advierte que los incendios contribuyen al cambio climático de tres maneras. Por un lado, la liberación directa de dióxido de carbono a partir de la quema los árboles; la liberación de hollín y la misma destrucción de los bosques, con lo que se reduce el potencial de absorción de dióxido de carbono en la región durante un largo periodo de tiempo. El daño ambiental atmosférico es alto en la entidad; en promedio Michoacán llega a registrar entre 5 y 7 incendios de manera simultánea en las fases de mayor auge del estiaje y llega a representar picos de hasta 15 incendios paralelos en los principales focos rojos. En el desglose de afectaciones en cuanto a los tipos de suelo, el informe revela que un 41.1 por ciento de los suelos afectados fueron de tipo herbáceo, 30.9 por ciento de hojarasca, 19.5 por ciento de arbustivo, 2.9 por ciento de arbolado de renuevo y 5.7 por ciento de arbolado adulto. Las cifras de afectaciones no son menores. En 2021 se quemaron 35 mil hectáreas de bosques, número que disminuyó a 25 mil hectáreas para el 2022, si bien siguió siendo una cifra alta y aún preocupa que la cantidad de incendios se mantiene sobre las 600 conflagraciones por año. Los municipios que concentran la mayor pérdida de superficie forestal también coinciden con los que presentan mayor actividad en el desarrollo agrícola, urbano y de actividades económicas. A pesar de lo anterior, las denuncias de los ayuntamientos siguen siendo nulas en comparación con el espectro de devastación registrado cada año. Morelia ha registrado para este 2023 una de las temporadas de estiaje más complejas en cuanto a calidad del aire se refiere. Desde principios del mes de marzo e incluso antes, los niveles de contaminación del aire han fluctuado en niveles elevados incluso similares a los registrados en la ciudad de México. Ha sido justamente la quema de ecosistemas forestales el principal generador de contaminación.