Sequía que enfrenta el país acentúa crisis y desesperación en lagos de Cuitzeo y Pátzcuaro

Este Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía pone en relieve la urgencia de atender la grave situación que enfrentan México y Michoacán.

Foto: Víctor Ramírez, La Voz de Michoacán.

Redacción / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. México atraviesa uno de los periodos de sequía más severos de las últimas décadas. El fenómeno no solo afecta la agricultura y el suministro de agua potable, sino que también pone en riesgo ecosistemas vitales y la biodiversidad. En Michoacán la situación es especialmente alarmante, con el lago de Cuitzeo seco y el de Pátzcuaro al borde de la desaparición, así como los niveles de las presas cayendo a mínimos históricos.

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Este Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, que se conmemora hoy, pone de relieve la urgencia de atender las causas y consecuencias de la sequía, que ya tiene afectaciones directas en Michoacán.

La Comisión Nacional del Agua (Conagua) ha emitido informes preocupantes. Según datos recientes, el 85% del territorio nacional está afectado por algún grado de sequía. En Michoacán, más del 70% del estado se encuentra en condiciones de sequía moderada a extrema, afectando a miles de familias que dependen del agua para sus actividades diarias y económicas.

Cuitzeo y Pátzcuaro, lagos en agonía

El lago de Cuitzeo, el segundo más grande de México, está viviendo una crisis sin precedentes. Una combinación de altas temperaturas, falta de lluvias y mala gestión del agua ha reducido su nivel de agua a menos del 10% de su capacidad total. Este fenómeno ha transformado vastas áreas del lago en llanuras salinas, afectando gravemente a la fauna local y a las comunidades pesqueras que dependen de él.

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El lago de Pátzcuaro no está en mejores condiciones. Históricamente conocido por su biodiversidad y su importancia cultural, ha visto una disminución alarmante en su nivel de agua, con una pérdida del 50% de su volumen en los últimos cinco años. La contaminación y la sobreexplotación de recursos hídricos agravan esta situación, poniendo en riesgo no solo el ecosistema, sino también las actividades turísticas y económicas de la región.

Las presas de Michoacán, que abastecen de agua a gran parte de la población y al sector agrícola, también están en niveles preocupantemente bajos. La presa Cointzio, por ejemplo, se encuentra al 30% de su capacidad, mientras que la presa Infiernillo ha visto sus niveles bajar a menos del 40%. Esta reducción impacta directamente en la disponibilidad de agua para riego, esencial para la agricultura, que es uno de los principales motores económicos del estado.

¿Qué se ha hecho ante la crisis?

Ante esta crisis, el gobierno de Michoacán ha implementado una serie de medidas para mitigar los efectos de la sequía y buscar soluciones a largo plazo. Entre las más destacadas se encuentran acciones para evitar el ‘huachicoleo’ de agua en los lagos de Cuitzeo y también de Zirahuén, así como la estimulación de nubes para favorecer las lluvias.

Además, se ha emprendido una campaña de reforestación y conservación de cuencas hidrográficas para aumentar la captación de agua de lluvia y reducir la erosión del suelo.

Un tema históricamente pendiente en Michoacán y que la sequía ha acelerado, es la tecnificación del campo, por lo que ahora se están promoviendo tecnologías de riego más eficientes, como el riego por goteo, para optimizar el uso del agua en la agricultura.

Además, se han emprendido acciones de tratamiento y reutilización del Agua, a través de la rehabilitación y mejoramiento de plantas de tratamiento de aguas residuales para permitir su reutilización en la agricultura y en otros sectores.

El gobierno de Michoacán también ha buscado colaboración con organismos internacionales para obtener fondos y asesoramiento técnico en la gestión del agua y la recuperación de cuerpos hídricos. La participación en proyectos financiados por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha sido fundamental para desarrollar estrategias sostenibles de manejo de recursos hídricos.

En este Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía, es crucial que todos los sectores de la sociedad se involucren en la protección y uso racional de los recursos hídricos. La sequía en Michoacán es un recordatorio urgente de la necesidad de una gestión integral y sostenible del agua, así como de la implementación de políticas públicas eficaces que aseguren la preservación de los ecosistemas y el bienestar de las comunidades.

La sequía no solo es un desafío para Michoacán, sino para todo México y el mundo. Solo a través de la cooperación, la innovación y el compromiso podremos enfrentar esta crisis y asegurar un futuro sostenible para las generaciones venideras.