Michoacán no tiene denuncias, mecanismos ni investigaciones para frenar saqueo arqueológico

Las regiones indígenas con centros ceremoniales prehispánicos han sido saqueadas en los últimos años, sin mecanismos ni protocolos para evitarlo.

Foto: INAH

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. En impunidad, el mercado negro de piezas arqueológicas del estado de Michoacán. A pesar de las existencias de un mercado ilegal de piezas de origen prehispánico, no hay denuncias, investigaciones ni mecanismos para frenar el saqueo de la herencia ancestral del estado.

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Las regiones Purépecha, Matlazinca, Otomíe, Nahua y otras culturas prehispánicas han sido saqueadas en los últimos años en cientos de centros ceremoniales no resguardados ante las carencias de vigilancia del fenómeno.

En voz de Marco Antonio Rodríguez Espinoza, delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en el estado de Michoacán, el panorama es complejo ante cualquier intento de frenar el saqueo.

Explicó que incluso, no existen denuncias recientes ante la Fiscalía General de la República por tráfico de piezas arqueológicas extraídas del estado aun cuando se sabe de miles de piezas que circulan en colecciones particulares tanto locales como internacionales.

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"La gente atraída por el comercio de estos elementos y el comercio ilegal que se hace en el sentido de los hallazgos arqueológicos pueden alcanzar precios exorbitantes en los mercados no legales pues evidentemente mucha gente echa mano de algunas piezas. Denuncias como tal no hay porque las denuncias que nosotros recibimos son de los ciudadanos...que nos reportan algún saqueo y nosotros acudimos a los lugares y tratamos de recuperar. en algunos casos hemos logrado recuperar”, explicó el funcionario federal ante la opinión pública.

Uno de los hallazgos y recuperación reciente de una pieza arqueológica recuperada por el INAH fue la figura del hombre Coyote, misma que se encontraba en un hogar particular en el municipio de Tacámbaro y que durante años fungió como un macetero.

Asimismo, otro de los casos refiere que en próximas fechas un particular entregará una colección de más de mil piezas arqueológicas que recibió como herencia familiar y que dichas piezas estuvieron en su familia por generaciones.

"Sí. En general está impune. Es un problema difícil de atender, de monitorear porque es un robo hormiga el que se da. Tenemos que generar una propuesta de diálogo y lo que queremos es que la gente devuelva el patrimonio robado. Tenemos una colección de 1 mil piezas de un ciudadano que la heredó y que él está dispuesto a devolverla para que el resto de la población pueda disfrutar de ella. Ya se hizo la revisión de las piezas, son auténticas y creo que así debería proceder la ciudadanía", manifestó el funcionario federal.


Monocultivos, el otro gran enemigo de la arqueología

El INAH denunció el riesgo generado por el crecimiento de la extensión de la franja aguacatera y el incremento de la actividad agrícola ha pasado por encima de los miles de vestigios arqueológicos de la cultura purépecha y otros pueblos indígenas en total impunidad en los últimos años.

"En Michoacán se descubrió que hay una gran cantidad de sitios arqueológicos que estén establecidos y es muy posible. Lo que hemos hecho ahora es que tenemos que poner un aviso ante el INAH que es el responsable. No lo podemos hacer hasta que tengamos una coordenada específica", manifestó.

En voz del delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Marco Antonio Rodríguez Espinoza, la situación es de alerta por la pérdida de las antiguas construcciones.

En total, se estiman que hay más de 6 mil puntos de vestigios arquitectónicos, de los cuales únicamente se han descubierto poco más de 2 mil y de éstos sólo 6 se encuentran bajo resguardo de las autoridades federales del INAH.

Las organizaciones indígenas no se han quedado calladas. Anunciaron que en próximas fechas darán a conocer una ruta para recuperar las zonas arqueológicas de la voracidad de los productores ilegales de aguacates y otros frutos de alto rendimiento.

Comunidades como Ocumicho incluso se han sumado a las denuncias por lo que señalan cómo despojo de tierras por parte de grandes empresas que se han apoderado por la fuerza de las tierras comunales.

La instalación de monocultivos como el aguacate, las berries y otros frutos de alto rendimiento requieren además de las tierras de cultivo, de la instalación de ollas de agua e infraestructura de irrigación con el desmonte de grandes superficies de tierra, la perforación de suelos y otros procesos que terminan por arrasar prácticamente con todo lo que encuentran a su paso.