Mientras existan razones para migrar, las personas seguirán buscando caminos: Edgar Corzo Sosa
El experto en derechos humanos, Edgar Corzo Sosa, compartió reflexiones sobre la migración en tiempos de crisis.


Ashley Rodríguez / La Voz de Michoacán
Morelia, Michoacán. En el marco de una conferencia sobre migración y derechos humanos, Edgar Corzo compartió su experiencia como presidente del Comité de Trabajadores Migratorios de la ONU, convirtiéndose en el primer mexicano en ocupar este cargo dentro de los diez comités de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Su trayectoria en la defensa de los derechos de las personas en tránsito le ha permitido conocer de primera mano la realidad migratoria tanto en México como en otras partes del mundo.
El especialista destacó que Michoacán es uno de los estados con mayor tradición migratoria en México, con comunidades enteras que han emigrado a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. Sin embargo, también advirtió que, a pesar de la organización que ha caracterizado a la migración michoacana, las condiciones han cambiado drásticamente en los últimos años debido a factores como la violencia, la crisis económica y las políticas migratorias más restrictivas en Estados Unidos.
Uno de los momentos más desafiantes en este sentido fue la llegada de la primera caravana migrante con cerca de 7,000 personas en la segunda administración de Donald Trump. El experto relató cómo tuvo que trasladarse a Guatemala para atender la crisis humanitaria y observar de cerca las condiciones en las que viajaban miles de migrantes centroamericanos.
“Nos preparamos para la llegada del ‘lobo’, pero la realidad nos llevó más allá de lo esperado”, comentó en referencia a la política migratoria de línea impuesta por Trump. Explicó que, en ese momento, las autoridades mexicanas se vieron obligadas a redoblar esfuerzos para gestionar la llegada de migrantes, muchos de ellos en condiciones extremadamente vulnerables.
El experto recordó cómo, tras recorrer Chiapas y Tecún Umán (Guatemala), pudo presenciar los peligros que enfrentaban los migrantes en su trayecto hacia Estados Unidos. Al llegar a Tijuana, se encontró con cientos de personas que, después de haber caminado durante meses, esperaban una oportunidad para cruzar la frontera.
Durante su intervención, el especialista explicó que la administración de Trump suspendió el programa CBP One, un instrumento que permitía solicitar la condición de refugiado o asilo en términos norteamericanos. Además, mencionó una de las órdenes ejecutivas más controvertidas de Trump, que impedía a los hijos de migrantes indocumentados acceder a la nacionalidad estadounidense. “Es un tema que sigue en disputa en las cortes, pero mientras tanto, miles de niños quedan en un limbo jurídico”, explicó.
El endurecimiento de las políticas migratorias también llevó a un aumento en las deportaciones. Según datos mencionados por el experto, han sido detenidas y deportadas cerca de 20,000 personas. Sin embargo, llamó la atención sobre el hecho de que muchas ciudades en la frontera norte de México están llenas de migrantes que han sido expulsados de Estados Unidos, pero no han sido reubicados en sus lugares de origen.
Uno de los temas más preocupantes abordados en la conferencia fue el incremento en las redes de tráfico de personas. Según el experto, estas organizaciones criminales se han fortalecido en los últimos años debido a las restricciones impuestas en la frontera.
“Si cierras una vía, se abre otra. La migración no se detiene, solo se vuelve más peligrosa”, advirtió. Explicó que los traficantes de personas aprovechan la desesperación de los migrantes para cobrarles grandes sumas de dinero a cambio de cruzarlos ilegalmente a Estados Unidos.
También destacó que, con el aumento de restricciones, los costos por cruzar la frontera se han elevado significativamente, beneficiando a las redes de tráfico y exponiendo a los migrantes a mayores riesgos.
“Los gobiernos deben preguntarse cuánta gente están asegurando con estas medidas y a qué costo”, afirmó, refiriéndose al aumento en los casos de abuso, extorsión y desapariciones de migrantes en su intento por llegar al norte.
Las causas de la migración: violencia, pobreza y cambio climático
El experto enfatizó que la migración no es un problema en sí mismo, sino una respuesta a problemas más profundos. Entre las principales causas que obligan a las personas a dejar sus hogares, mencionó:
- Violencia generalizada y crimen organizado, que han convertido a muchas regiones en lugares inseguros para vivir.
- Cobro de piso y extorsión, que afectan a pequeños comerciantes y trabajadores, orillándolos a huir.
- Conflictos internacionales, como la guerra en Ucrania y la crisis en Gaza, que han desplazado a miles de personas en busca de refugio.
- Cambio climático, que ha afectado a países insulares y a regiones donde el acceso al agua potable se está reduciendo.
En este sentido, el especialista destacó que el cambio climático está obligando a comunidades enteras a migrar, ya sea por el deshielo en algunas zonas, la desertificación de tierras o la contaminación del agua potable.
Finalmente, el experto hizo un llamado a comprender la migración como un fenómeno global y no solo como un problema de Estados Unidos o México. Comparó la situación de la frontera entre México y EE.UU. con la crisis migratoria en Europa, señalando que Marruecos es para Europa lo que México es para Estados Unidos: un territorio de paso donde miles de personas quedan varadas debido a las restricciones fronterizas.
“El flujo migratorio no se puede detener con leyes o muros. Mientras existan razones para migrar, las personas seguirán buscando caminos”, concluyó.
Asimismo, nos comentó que en Guatemala Honduras y en Nicaragua existen diversas situaciones de violencia que hacen que las personas se vean orilladas al desplazamiento lo que quiere decir que salen huyendo de manera forzada. Esto es una tarea pendiente que se tiene que reconocer ya queda como resultado violencia que lleva a la migración.
En su cierre, el experto enfatizó la necesidad de adoptar políticas migratorias basadas en los derechos humanos. “No podemos cerrar los ojos ante la crisis migratoria. Debemos entender que detrás de cada persona en tránsito hay una historia de lucha y esperanza”, afirmó.
También llamó a los gobiernos a colaborar en la creación de estrategias de integración para migrantes, en lugar de criminalizar su tránsito. “Lo que necesitamos es un enfoque humanitario y soluciones a largo plazo, Las personas que migran están entre los 18 a 34 años, personas que pueden ser muy productivas”, finalizó.