Juan Bustos y Arturo Molina / La Voz de MichoacánFoto: Samuel Herrera Jr. y Víctor Ramírez Morelia, Michoacán. Problemáticas como la violencia económica y la falta de acceso a la justicia siguen entre los grandes pendientes para el movimiento feminista, por ello al “hay que abortar, hay que abortar este sistema patriarcal” fue entonado con fuerza por todas las asistentes a la movilización de este 8 de marzo en Morelia, con motivo del Día Internacional de la Mujer. Alimentado por dos contingentes que partieron con algunos minutos de separación en su ruta hacia el Centro Histórico, la concentración reunió más de 30 mil mujeres en el primer cuadro de la ciudad, en donde manifestaron consignas contra la sistémica opresión patriarcal, traducida en manifestaciones diversas de violencia. Pancartas y corazón en la mano cimbraron el Centro Histórico a su paso desde dos columnas, una que partió de Ciudad Universitaria y otra de Las Tarascas. Se trató de la manifestación más numerosa del 8M a la fecha en la capital michoacana; la cifra oficial de mujeres fue de 25 mil en el mitin final, según el Ayuntamiento, pero la real sería mucho mayor al tomar en cuenta que varias de ellas asistieron sólo algunas horas y partieron antes de que llegara la segunda columna. Foto: Víctor Ramírez Foto: Christian Hernández La primera columna Fue cerca de las 17:00 horas que la columna de mujeres, particularmente estudiantes partió desde la Avenida Francisco J. Múgica, hacia el Centro de Morelia por la ruta de la calle Cuautla; tras una ceremonia de danza y espiritualidad, al partir en el trayecto la columna se alimentó de más mujeres que se sumaban al paso con sus cartulinas, mantas y demandas. Con algún distintivo verde o morado, en alusión al cese a la violencia o la interrupción legal del embarazo, las morelianas, en un ambiente de protesta, pero también festivo, no dejaron corear las consignas ya tradicionales del movimiento: “Alerta, alerta el que camina, la lucha feminista por América Latina”. Las cartulinas desplegadas hacían alusión a la violencia física, psicológica, económica y sexual, en el hogar, la pareja, la comunidad, la escuela y el trabajo. Respaldaban a las compañeras que marcharon a un lado como las que no tuvieron oportunidad de acompañarlas, por las que han sido víctimas y por las que desean proteger, por todas y cada una de ellas. “Hoy marcho con ella, para que mañana no marche por ella”; “de camino a casa quiero ser libre, no valiente”, rezaban las pancartas, asimismo lonas con los símbolos feministas se hicieron presentes. Foto: Víctor Ramírez Foto: Víctor Ramírez La marcha fue pacífica y las intervenciones fueron mínimas en los edificios por los que pasaron; de hecho, por el megáfono las organizadoras señalaron que no habría “intervenciones” en Cuautla por seguridad y se solidarizaron para pedir que no se hicieran marcas en viviendas, ni pequeños negocios, al paso de evitar también la posible detención de activistas. Al arribar al Centro Histórico, la tónica no fue distinta: los reclamos prosiguieron junto con los cantos, fueron pocas las pintas y pegas de carteles que se registraron, para luego dar paso al mitin en donde recordaron a las que no pudieron marchar a su lado víctimas de la violencia. En el mitin hubo posicionamientos de las organizaciones feministas; la Colectiva MAPAS, dio la voz al padre de Frida Santamaría, quien fue asesinada en Sahuayo el 18 de junio de 2022 y el Estado no ha hecho más que fallarle reclasificando su feminicidio como homicidio culposo, pese a haberla asesinada a balazo. El padre de la víctima expuso que debido a los acuerdos políticos de la familia del victimario no ha habido justicia, reclamó al gobierno y la Fiscalía General del Estado (FGE) la falta de respuesta y la vejación de la memoria de su hija. Foto: Christian Hernández Foto: Sam Herrera Jr. Posteriormente, la Colectiva de la Matrioskas, recordó que la fecha a conmemorar tuvo que ver con las luchas de las mujeres obreras en el siglo XIX y XX por mejores condiciones de trabajo y el acceso a derechos restringidos para ellas por el único hecho de ser mujeres. En tiempos actuales la lucha sigue y la colectiva subrayó la necesidad de seguir organizándose frente a la violencia que se vive, asimismo seguir articulando los esfuerzos para garantizar los derechos sexuales y a decidir sobre su cuerpo. La movilización términos unos minutos antes del arribo de la columna que partió de Plaza Morelos; desde el megáfono, se escuchó señalar que la otra movilización venía un poco más “violenta” y por ello delimitaron los espacios. El templete de la Asamblea de Mujeres se instaló con unos 15 metros de separación del otro, que se congregaría minutos después. Desde Las Tarascas Desde el otro punto, fueron más de 25 mil mujeres las que se organizaron para partir desde la Calzada Fray Antonio de San Miguel. El contingente de mayor volumen, comenzó a aglutinarse desde las 5:00 de la tarde. Prácticamente toda la Calzada, de más de un kilómetro de extensión, lució abarrotada por miles de mujeres de todas las edades, profesiones, oficios e ideologías que coincidieron en una sola postura: el alto al cese de la violencia de género. En punto de las 6:00 de la tarde la columna su lenta marcha con rumbo al primer cuadro de Morelia. A la cabeza, mujeres purépechas que portaron copaleras marcaron el paso para las manifestantes que les acompañaron detrás. El lento avance de la marcha se prolongó durante casi dos horas. Uno de los momentos de mayor tensión fue cuando el largo contingente se topó con los activistas religiosos del Templo de las Monjas. En años pasados, los encontronazos verbales entre las manifestantes y los religiosos fueron de alta intensidad. Para este 2023, las colectivas feministas montaron una segunda valla humana de las mismas manifestantes para evitar problemas. Lo anterior, permitió de que la tensión no pasara de un par de insultos, salpicadera de pintura roja y aerosol en las mantas de los religiosos. “¡Saquen sus rosarios de nuestros ovarios!”, gritaron las manifestantes e insistieron en el derecho a las mujeres a decidir sobre su cuerpo y la interrupción legal del embarazo. Foto: Sam Herrera Jr. Foto: Christian Hernández Sobre la marcha, las tradicionales pintas y cristales rotos dieron cuenta de la inconformidad del grupo vulnerable a los efectos de la violencia de género arraigada en los espacios laborales, públicos, familiares y de todo tipo. A lo anterior, se sumó la gran cantidad de cartulinas, mantas e incluso fotografías de agresores de mujeres, en donde destacaron nombres de legisladores, periodistas, funcionarios públicos, profesionistas y políticos acusados de abuso sexual y agresiones contra la mujer. A su llegada al primer cuadro, la fachada de Palacio de Gobierno se convirtió en un enorme mural con las fotografías de los agresores. No hubo vallas ni policías resguardando esta vez; las mujeres se manifestaron, algunas con rabia ante la inacción casi sistemática del Estado. Ya en el mitin se sumaron niñas manifestantes, quienes ocuparon el micrófono para exhortar a la sociedad a cambiar la dinámica social que ha llevado a la gran cantidad de feminicidios y homicidios de mujeres de los últimos años. Foto: Christian Hernández Foto: Christian Hernández Foto: Christian Hernández “Nosotros somos la generación de niñas que creemos que no solo podemos cambiar el futuro, sino también podemos cambiar el presente y quitar la violencia que ha matado a tantas mujeres”, manifestó una de las pequeñas desde el templete. Sin mayor contratiempo, la mayor parte de las manifestantes comenzó a retirarse del Centro Histórico a partir de las 20:30 horas. Por primera vez en los últimos años, los elementos de la Policía Morelia y la Guardia Civil no intervinieron en la protesta. Foto: Christian Hernández Foto: Sam Herrera Jr. Foto: Sam Herrera Jr.