Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. El impacto por la suspensión o disminución de actividades académicas y productivas ya ha cobrado sus primeros efectos en la economía local. Los transportistas de la capital, dependientes del flujo de ciudadanos en términos de movilidad, han resentido la falta de pasaje. Esta semana, los chóferes de la Ruta Naranja emplazaron a paralizar por completo sus actividades debido a los altos costos de operación. Hasta el momento, la Ruta Naranja es la única ruta de transporte que ha amagado con tomar acciones drásticas por la falta de solvencia generada a partir de la cancelación de las actividades académicas en todo el estado. Si bien se estiman más de 700 mil usuarios del transporte público solamente en Morelia, se estima que casi la mitad se trata estudiantes de los distintos niveles educativos. Luego de convocar a medios de comunicación este fin de semana, los transportistas de la Ruta Naranja optaron por la ruta del diálogo con sus autoridades internas, por lo que seguirán trabajando, aunque según desde su punto de vista, necesitan ciertos apoyos pues su situación es compleja. Cuestionados por medios locales sobre la operatividad, reconocieron que atraviesan un panorama escenario que pone en riesgo a sus familias, al igual que pasa con prácticamente todos los sectores productivos y de servicios. Las “vueltas” de todos los horarios han reducido la carga de pasaje y con ello las ganancias. Aseguran los choferes que costos de operación siguen siendo altos, si bien los costos de combustible han disminuido notablemente en últimos días (de 19 hasta menos de 15 pesos por litros); los choferes argumentan que esto no se ve reflejado del todo pues por lo general tienen que entregar “cuentas” a los patrones, a los dueños de las concesiones.