Arved Alcántara / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. El popular Mercado de Dulces de la ciudad de Morelia cumplió este martes 14 de septiembre 53 años de ofrecer a turistas y locales una amplia variedad de sabores y colores dignos de Michoacán. Dulces de leche, de tamarindo, obleas, cajeta, cocadas, borrachitos, rollos de fruta, alegrías, amarantos, los chongos zamoranos y los ates morelianos son parte de la variedad, además de artesanías de diversos materiales, estilos y lugares de origen, es lo que encuentran los visitantes que hacen su llegada al mercado de dulces. Todos estos elementos reviven el gusto en los compradores de lo mexicano, sobre todo en un mes como septiembre. Difícilmente, habrá alguien que nació o vivió en el país y que no encuentre algo de su gusto. Quien rechace las cocadas o los borrachitos o los amarantos, debe haber otro dulce que sí acepte. Hoy en día, este pequeño mercado, compuesto casi únicamente por un corredor que va descendiendo, se ha vuelto un punto obligado del turismo de Morelia y sigue siendo visitado pese al contexto de pandemia. En temporada de día de muertos, las que acaparan los escaparates son las calaveras de azúcar y de chocolate, que son motivo de fascinación para los extranjeros que nunca las han visto en persona, pero tienen varias referencias de fotografías, películas y caricaturas. En temporada de Semana Santa, la variedad de sabores y artesanías que se ofrece también vuelve a cambiar. Fue fundado el 14 de septiembre de 1968, siendo presidente municipal, Alfonso Martínez Serrano, en coordinación con el Gobierno del Estado encabezado por Agustín Arriaga Rivera. La construcción se dio en una parte del antiguo Colegio Jesuita, que hoy es el Centro Cultural Clavijero. Hasta la fecha, en el mercado aún hay un patio utilizado como estacionamiento, que conduce a la parte trasera del complejo cultural y que funciona como entrada y salida de funcionarios estatales que laboran en el complejo. Actualmente el recinto consta de 171 locales, quienes ofertan dulces regionales, artesanías del interior del estado y ‘souvenirs’ para los turistas. A inicios del año 2016, durante la primera gestión del actual alcalde Alfonso Martínez, las autoridades municipales entregaron la más reciente remodelación del mercado, a través de la cual se adecuaron locales comerciales y se instalaron domos para el acceso de luz natural. El Mercado de Dulces es también considerado como uno de los ejemplos más exitosos de reubicación de ambulantes y un sitio que todavía goza de viabilidad económica. A diferencia de las unidades comerciales ‘Tu Plaza’, es un sitio donde se reubicó a los vendedores que antiguamente ocupaban los espacios públicos de la capital michoacana, principalmente el Portal Hidalgo, pero ellos sí permanecieron ahí con resultados relativamente positivos. Aunque la mayoría de los locatarios del mercado Valentín Gómez Farías puede quejarse de que sus ganancias se han reducido, es un espacio donde la mayoría de los puntos de venta están abiertos y se observa un flujo constante de clientes. De acuerdo con información del ayuntamiento de Morelia, el 80 por ciento de los visitantes de este mercado son turistas y pueden encontrar unas 900 variedades de dulces. Foto, Víctor Ramírez. Icono citadino El nombre del Mercado Valentín Gómez Farías hace alusión a la calle en la que se encuentra instalado, y también a la amplia variedad de dulces típicos que se pueden encontrar como los ates de diferentes sabores, morelianas hechas a base de oblea, frutas cristalizadas, cocadas, dulce de guayaba, tamarindos, limones rellenos de coco, palanquetas, cajeta, dulces de leche, los tradicionales chongos zamoranos, chocolate de metate, gran variedad de cremas y licores de diversos sabores y mucho más. También se pueden adquirir hermosas artesanías michoacanas como piezas de cobre de Santa Clara, coloridos rebozos, las famosas guitarras de Paracho, catrinas de Capula, por mencionar algunas.