Arturo Molina/La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Debido a la falta de recursos, la Presa de Cointzio no se ha logrado sanear en su totalidad de las diferentes plagas de maleza acuática que le acechan. La extracción de lirio se ha vuelto altamente costosa para las arcas de los tres niveles de gobierno. Tras está situación Alberto Frutis Solís pidió a la sociedad en general sumarse a labores los fines de semana para ayudar a limpiar. Video: Víctor Ramírez. Por semana, cada una de las 3 máquinas extractoras de lirio gasta 12 mil pesos en diésel, lo anterior sin contar los costos de traslado en camiones al relleno sanitario y la mano de obra que se requiere para la operatividad. En términos numéricos, cada hectárea de lirio extraído tiene un costo aproximado de casi 70 mil pesos. En relación a qué casi el 40 por ciento de la presa se encuentra infestada de lirio, serían un total de 180 hectáreas las que se tendrían que sanear, a un costo final de 12 millones 600 mil pesos. En entrevista, Aurelio Sigala Páez, titular de la Compesca, reconoció que cada año al iniciar los trabajos de limpieza, la presa se encuentra en peores condiciones respecto al año anterior. La situación se replica todos los años debido a la falta de solvencia económica. “El cálculo que tenemos es que cuesta 70 mil pesos sólo en combustible. Son 180 hectáreas de lo más contaminado, con los recursos que tenemos son 70 hectáreas planteadas para este año. No ha habido recurso suficiente y no sólo es este lago, este problema lo tienen todos los lagos. Está plaga tiene ya más de 25 años. De todo el estado este es de los que están más afectados”, explico el funcionario. El costo de sacar lirio ha superado en términos presupuestales a las dependencias, ya que la Compesca ejercería 9 millones de pesos para este 2020. Y es que los intentos por rescatar a la presa han sido ya bastantes. Desde 2016, La Voz de Michoacán ha documentado constantemente campañas de recuperación del espejo de agua que a pesar de las intenciones, sigue repleto de lirio. Video: Víctor Ramírez. Si bien la presa no tiene una vocación pesquera como otros cuerpos de agua del estado, Sigala Páez señaló que la importancia de la presa radica en el abastecimiento del agua a más de 300 mil ciudadanos. No es el único cuerpo de agua en el estado que tiene estos problemas. Cuestionado por medios de comunicación respecto a la situación de presas, lagos y ríos, reconoció que el lirio ha trascendido a nivel nacional como uno de los problemas más fuertes. Foto: Victor Ramirez La contaminación del agua de este sitio ha propiciado que los cuerpos se encuentren plagados de maleza acuática, en su mayoría por contaminantes agroquímicos provenientes de los campos de cultivo. No obstante, y pese a las acciones emprendidas por las autoridades, el punto neurálgico en materia de contaminación del agua no ha sido atendido o corregido. Diariamente en puntos de las zonas altas de este sistema hídrico siguen vertiendo miles de litros de aguas con residuos orgánicos y restos de agroquímicos como es el caso de los fertilizantes. Foto: Victor Ramirez A decir de especialistas en la materia del Instituto de Investigaciones de los Recursos Naturales en la Máxima Casa de Estudios de Michoacán (Inirena), para que se logre una recuperación de la presa en cuanto a maleza acuática se refiere, urge un plan de manejo y de contención de la agricultura de la región, así como la instalación de plantas de tratamiento en las desembocaduras. De Umécuaro a Cuitzeo La contaminación en el distrito de riego Morelia-Queréndaro es bastante larga y conforme avanza se van sumandomillones de litros de aguas contaminada que finalmente desembocan directamente al Lago de Cuitzeo, en un valle de escasa pendiente por el que atraviesa el Río Grande de Morelia y el Río Queréndaro. El área que es irrigada por el Río Grande abarca 20mil hectáreas y comprende parte de los municipios de Morelia, Tarímbaro y Álvaro Obregón. El sistema inicia desde la Presa de Umécuaro, desciende hacia Cointzio, baja a la capital michoacana tras procesos de saneamiento, en donde nuevamente es contaminada y vertida al río grande. Posteriormente continúa por este cauce hasta el llamado Valle de Queréndaro, por donde irriga miles de hectáreas de cultivos para finalmente llegar al cada día más contaminado Lago de Cuitzeo. Según investigaciones, fue entre 1950 y 1980 que la demanda urbana e industrial de agua en Morelia aumentómucho, lo cual orilló a nuevas fuentes de abastecimiento como la Presa de Cointzio y la perforación de pozos profundos. Esto significó un aumento significativo en el volumen de descargas de agua, un gasto medio de 978 litros por segundo, así como una mayor concentración de sustancias contaminantes.