Maricruz Rios / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Más de 50 mil empleos y una derrama económica por los 19 millones de pesos en conjunto dejaría el traslado de los trabajadores de las oficinas centrales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en la Ciudad de México, a Morelia, Michoacán. Representantes de la iniciativa privada perciben un panorama halagador ante la medida de descentralización de la dependencia que, aseguran, dejará beneficios a diferentes sectores, como el de la construcción, comercial y de vivienda. En rueda de prensa realizada este miércoles, líderes de cámaras comerciales aglutinadas en el Consejo Coordinador Empresarial del Estado de Michoacán (CEEM) valoraron de manera positiva este esquema impulsado por el gobierno federal, al tiempo que desestimaron la mayoría de repercusiones posibles. Pese al aparente impacto que representaría la llegada de golpe de 10 mil 500 familias, unas 42 mil personas en total, en términos de movilidad, déficit de vivienda y servicios, los líderes empresariales aseguraron que no habría tanto problema y, por el contrario, se detonaría de manera importante la economía de la ciudad e incluso de algunos municipios vecinos. Reconocieron que, no obstante, para satisfacer la demanda de vivienda sería necesario la construcción de más casas y departamentos, por lo que con esto fácilmente se superarían los 50 mil empleos creados en el mediano plazo. Así lo hizo ver Roberto Santillán Ferreyra, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de Vivienda (Canadevi) en Michoacán; “nosotros, como desarrolladores de vivienda, vemos un sentido de oportunidad”, dijo. Señaló que después del golpe que ha sido la pandemia de COVID-19 a las finanzas de los michoacanos, la mudanza del IMSS “nos permite inyectar dinero a la economía, generar empleo, nos permite desarrollar la región”, consideró Roberto Santillán, quien también atajó que “los diputados locales no se pueden oponer a una oportunidad así”, al hacer referencia a la negociación trabada para desincorporar del Gobierno de Michoacán el predio donde antiguamente estaba el Cereso Francisco J. Múgica y que pasaría a ser la sede de las oficinas centrales del IMSS en el país. Por su parte, el presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en Michoacán, Antonio Tinoco Zamudio, manifestó que “para este sector es de suma importancia la llegada del IMSS a Michoacán, sobre todo porque viene acompañada de una importante derrama económica en infraestructura”. Aseveró que sólo de la inversión para la edificación de las oficinas se estima una inversión de 2 mil 500 millones de pesos. Y lo más interesante es que vendría acompañado (el IMSS) de tres hospitales regionales, en Uruapan, Zitácuaro y el de Morelia, con un importa total de cerca de 4 mil 500 millones de pesos”. Antonio Tinoco Zamudio, presidente de la CMIC Michoacán Es decir, tanto las oficinas como los nuevos centros médicos sumarían 7 mil millones de inversión en obra pública. Además, resaltó que “por la infraestructura urbana y pública que se tiene que dar para estas 10 mil 500 familias, se requerirá también de vialidades, movilidad, cines, escuelas, por lo que debería venir acompañado de bastante inversión”, tanto pública como privada. Finalmente, Ulises Islas Partida, presidente en Morelia de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), celebró también la eventual descentralización de las oficinas del IMSS, al grado que consideró que toda esta inversión en obra pública “será una inversión ancla para traer otras empresas, incluyendo farmacéuticas, lo que generará una gran derrama económica y traerá más de inversión”. El líder industrial sí reconoció que, no obstante, esta movilidad de más de 40 mil familias “indudablemente traerá problemas de vialidad, de movilidad, de servicios y hay que estar preparados”. Cabe destacar que hasta el momento el sector sindical en el IMSS no ha emitido postura alguna sobre el traslado de más de 10 mil 500 trabajadores de la Ciudad de México a Morelia, sin embargo, de manera extraoficial y por comentarios vertidos en redes sociales se percibe un fuerte descontento entre la base laboral, que ve la medida como arbitraria y contra sus intereses.