Arturo Molina / La Voz de Michoacán En medio del crecimiento de la plancha de concreto y la jungla urbana, el Bulevar García de León se mantiene como uno de los pulmones y polos verdes de la ciudad de Morelia. El espacio ubicado en la zona sur de la capital michoacana, ahora convertido en un parque lineal, mantiene todavía parte de las especies forestales endémicas del que alguna vez fue el Valle de Guayangareo. Cuenta con una gran extensión de áreas verdes que en su amplio camellón –prácticamente un pequeño bosque- que, si bien se ha deteriorado con el paso de los años, sigue siendo un punto de vital importancia por su función como pulmón de la urbe. Por lo anterior, este espacio ha sido adoptado por los morelianos desde hace al menos 50 años para los paseos, caminar, sacar a pasear a las mascotas e incluso los recorridos de las parejas por el andén central. El deporte también se manifiesta en la zona. Diariamente cientos de morelianos aprovechan el espacio para trotar, corre y aprovechar el inmobiliario colocado recientemente para ejercitarse desde que salen los primeros rayos del sol. La gran cantidad de árboles (caracterizados por su altura), monumentos y bustos a personajes históricos de la vida de Michoacán son parte del mobiliario que ha sido testigo de generaciones y generaciones de habitantes morelianos que han adoptado como suyo este muy conocido espacio de la Ciudad de la Cantera Rosa. A decir de historiadores, especialistas y urbanistas, el intento de Morelia por conseguir un crecimiento ordenado inició a partir de finales del siglo XIX y siglo XX. Lo anterior, debido a que el crecimiento abrupto de la ciudad de manera horizontal, el crecimiento demográfico y la llegada de gran cantidad de automóviles, trajo consigo la necesidad de mejorar tanto la traza de la urbe como la red de caminos. En este contexto de proceso de industrialización y búsqueda de mejorar las condiciones de la sociedad moreliana, así como situarla a la altura de grandes ciudades mexicanas que comenzaban a crecer en armonía con la estética arquitectónica, surgió la necesidad de dotar de espacios como el Bulevar García de León. Sin embargo, actualmente la zona es un foco de inundaciones pues señalan algunos especialistas que en el pasado fue parte del curso del Río Chiquito, que ahora corre un tramo de forma paralela a unas cuantas cuadras; por ello, la zona presenta un hundimiento. Un boulevard o bulevar, arquitectónica y conceptualmente hablando, es una calle o avenida arbolada que se destaca por ser muy ancha. También se llama bulevar al paseo que se encuentra en el medio de este tipo de calles. El origen de los bulevares se encuentra en las ciudades de la Edad Media. De hecho, boulevard procede de bolwerk, una noción neerlandesa que puede traducirse como “defensa” o “baluarte”. En la era medieval se construían vías alrededor de las fortalezas: cuando las murallas fueron derribadas, las vías se mantuvieron como calles para la circulación urbana. Así surgieron los bulevares con características similares a las que conocemos en la actualidad. Hoy un bulevar es una avenida que suele contar con varias vías de circulación. Los árboles y las plantas que se encuentran a sus costados y muchas veces en el medio le aportan belleza ornamental y permiten el descanso a la sombra en el verano. El concepto funcionó en Morelia. Desde su creación, el García de León se ha consolidado como el más extenso y densamente poblado tanto de viviendas como de comercios; en sus laterales es común observar una gran cantidad de comercios de distintos giros, desde el café restaurante, la vinatería, la discoteca, antros, hoteles e incluso comercios de alimentos, ropa y algunos servicios.