IMÁGENES NUESTRAS | Jardín de las Rosas: un oasis de tranquilidad entre el bullicio del Centro

Por todos los cafés que ahí están, se trata de uno de los espacios con mayor afluencia en la zona centro de la capital michoacana

Foto, Samuel Herrera Jr.

Arved Alcántara / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacana. El Jardín de las Rosas en Morelia se ha vuelto un oasis de belleza y tradición en medio del bullicio del Centro Histórico de la ciudad, una parada para descansar, un espacio para convivir y, en los últimos años, incluso una improvisada galería de arte a cielo abierto.

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Con su encanto característico, la alta afluencia y la historia que la acompaña, este céntrico “parquecito” es uno de los lugares más conocidos de los morelianos, tanto por el espacio en sí mismo, como por los cafés y bares que ahora lo rodean.

Desde su creación, el Jardín de las Rosas ha sido más que un simple espacio verde en la urbe. Ha sido un refugio para los habitantes locales, un lugar donde se entretejen las historias de generaciones y donde la serenidad se fusiona con la vida cotidiana.

Es también un escenario donde se desarrollan eventos culturales que enriquecen el tejido social de la comunidad: exposiciones de arte, disertaciones públicas, lecturas de poesía y hasta pequeñas improvisadas conferencias de prensa. Custodiado por las esculturas de Miguel de Cervantes Saavedra y Vasco de Quiroga, suele estar concurrido casi a todas horas del día, desde los estudiantes que cruzan por el desde la mañana hasta los clientes que se quedan hasta altas horas en los cafés y restaurantes.

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La documentación de archivo muestra que oficialmente este lugar se denomina Jardín Luis González Gutiérrez, en honor a un destacado académico de la Universidad de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH). Sin embargo, su apelativo más popular, Jardín de las Rosas, se debe a la cercanía del conservatorio y la iglesia de Santa Rosa de Lima.

Originalmente, durante los siglos XVIII y XIX, funcionaba como una plaza sin mayor atractivo que una pila de agua en uno de sus extremos. A lo largo de su historia, ha llevado de manera extraoficial el nombre de Jardín de las Rosas en paralelo a su designación oficial.

En 1947, se produjo uno de los cambios más significativos en este espacio público con la instalación de las estatuas de Miguel de Cervantes Saavedra y Vasco de Quiroga. Este proyecto, que conmemoraba el cuarto centenario del nacimiento del autor de la novela española, estuvo a cargo del escultor Ignacio Asúnsolo.

A más de medio siglo de distancia, el Jardín de las Rosas se ha convertido en uno de los centros neurálgicos de la vida social y cultural de Morelia. Situado a pocos pasos del Conservatorio de las Rosas, una cadena de cines en el centro histórico y otros puntos de interés cultural, es frecuentado por una amplia variedad de personas desde las primeras horas de la mañana hasta altas horas de la noche. Hasta los grandes artistas e invitados del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) no han pedido oportunidad para tomarse una foto de recuerdo.

Además, el jardín alberga un corredor de cafés y restaurantes que atraen a estudiantes, trabajadores, familias y ciudadanos que buscan un lugar para desayunar o tomar una copa. Como resultado, el espacio está ocupado prácticamente todo el día por una diversidad de personas que contribuyen a su atmósfera animada y multicultural.

El espacio se ubica a solo unos pasos de Conservatorio de las Rosas, de sala de cines de una importante cadena en el centro histórico, así como del teatro José Rubén Romero, del Centro Cultural Clavijero (CCC) y de la calle peatonal El Nigromante, por lo que prácticamente todos los habitantes de Morelia han tenido al menos un encuentro con el Jardín de las Rosas, ya sea disfrutando en uno de sus bares, esperando a un amigo junto a la fuente central o simplemente relajándose en una de sus bancas.