IMÁGENES NUESTRAS | Panteón municipal de Morelia resguarda leyendas e incluso vestigios de la tumba de un príncipe

Con más de 100 años de historia y miles de tumbas, el recinto, además de ser un espacio para el descanso de las almas de los morelianos, también se han convertido en un recinto en donde las leyendas, las obras de arte y la convivencia familiar han florecido durante más de un siglo.

Foto: Sam Herrera Jr.

Arturo Molina / La Voz de Michocán

Morelia, Michoacán. El panteón municipal de Morelia esconde tesoros históricos, culturales, arquitectónicos y patrimoniales tales como tumbas olvidadas de personajes históricos descendientes de José María Morelos y Pavón e incluso los vestigios de la tumba de un príncipe.

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Con más de 100 años de historia y miles de tumbas, el recinto, además de ser un espacio para el descanso de las almas de los morelianos, también se han convertido en un recinto en donde las leyendas, las obras de arte y la convivencia familiar han florecido durante más de un siglo.

Catalogado dentro del esquema de patrimonio de México, fue inaugurado de manera oficial el 15 de julio de 1895; no obstante, previo a su inauguración ya llevaba más de diez años prestando servicio de inhumación. Cuenta con más de 16 hectáreas de extensión y se contabiliza con más de 34 mil tumbas y 35 mil almas descansando en su interior.

A sus 127 años de servicio como panteón municipal, el camposanto cuenta con 17 mil tumbas en estado de perpetuidad, mientras que más de mil podrían ser exhumadas en próximos días por vencimiento de préstamo del terreno. El dinamismo para seguir renovando el cementerio permitirá recuperar hasta 2 mil espacios en próximas fechas.

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Hay tumbas destacadas: el “Ángel enjaulado”, ubicado en el límite poniente del cementerio, es uno de los espacios más misteriosos. Un monumental ángel labrado en mármol fue encerrado en una enorme jaula metálica y sellado con candados. Las leyendas cuentan que el Ángel desapareció y apareció en distintos puntos de la ciudad “como si tuviera vida”. Ante el asombro y temor de los vecinos, desde hace décadas se colocó una enorme jaula de metal para evitar “que el Ángel se vaya a volar por ahí”.

En el mismo punto, una tumba con una lápida en forma de puño cerrado llama la atención de los visitantes. Con más de 50 años de antigüedad, la tumba data de una de las niñas españolas que llegaron refugiadas a México durante la guerra civil en aquel país, apoyadas por la Presidencia del General Lázaro Cárdenas del Río.

El epitafio alude al agradecimiento a México como nación por haber salvado a decenas de niños de la destrucción que trajo consigo el fascismo en la España de Francisco Franco.

Justo al centro del cementerio, la Rotonda de los Michoacanos Ilustres resguarda los sepulcros de Mariano de Jesús Torres, el general Isidro Alemán, Fray Manuel Navarrete, Justo Mendoza, Melchor Ocampo Manzo y los antiguos gobernadores de Michoacán Rafael Carrillo y Epitacio Huerta.

Pese a la belleza estética de estos sepulcros que incluyen ornamentos en cantera y en mármol, y pese a que se trata de personajes históricos relevantes de la historia de Michoacán, en muchos de los casos pasan desapercibidos por los cientos de miles de personas que acuden cada año a llevar flores a sus muertos.

Once tumbas de este panteón ya cuentan con sistema de iluminación, debido a los acabados artísticos en mármol; monolitos, ángeles y musas, reposan en algunas tumbas que son consideradas auténticas obras de arte por sus acabados en lujosos materiales de construcción.

Existen tumbas de más de 120 años de antigüedad, mismas que se encuentran casi de frente al acceso principal del recinto.

Cada lápida es una obra de arte. Ornamentadas con lujos, con elementos austeros, cada uno de los sepulcros revelan el amor, el respeto y la tradición de velar por el descanso eterno de los seres queridos que partieron del mundo terrenal.