Arved Alcántara / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán.- El Panteón Municipal de Morelia desde hace más de un siglo es el epicentro de la celebración del Día de Muertos en la ciudad. A lo largo de los años, este lugar ha acogido a miles de visitantes que lo engalanan con ofrendas, flores y música. Pero, además de ser un punto clave de las festividades, este recinto, que cerró al público por espacio de dos años debido a la pandemia de COVID-19, alberga una historia rica y apasionante. En la época de la antigua Valladolid, no existía lo que hoy conocemos como un panteón municipal. En aquel entonces, era común sepultar a los difuntos en pequeños terrenos ubicados cerca de centros religiosos o incluso en criptas. Los registros históricos revelan que en los siglos XVI y XVII, los atrios de lugares emblemáticos como San Francisco, San Agustín e incluso la actual Plaza Melchor Ocampo se utilizaban como camposantos. A medida que pasaban las décadas esta costumbre persistió, con los restos humanos descansando en los terrenos circundantes y en criptas, e incluso el Templo de San Juan se convirtió en un lugar de entierro importante. Sin embargo, surgieron complicaciones, como brotes de cólera, lo que finalmente condujo a la secularización de los cementerios en 1859. Este cambio significó que el estado asumiera el control de todas las actividades relacionadas con los cementerios y la gestión de los restos humanos. En este contexto se llevó a cabo la donación de un amplio terreno en la zona de La Huerta, que más tarde se convertiría en el Panteón Municipal que se erige en la actualidad. La construcción del entonces nuevo Panteón Municipal comenzó en 1892, y en 1895, se inauguró oficialmente, aunque inicialmente ofrecía servicios de manera limitada. Sin embargo, antes del año 1900, se produjo una expansión hacia el lado oriental, y se añadieron elementos significativos, como una capilla interior y un horno crematorio. Se estima que no fue hasta la década de 1950 que el cementerio adquirió la estructura y el aspecto que lo caracterizan en la actualidad. A pesar de que se han establecido nuevos cementerios más modernos en Morelia, el Panteón Municipal continúa atrayendo visitantes debido a su rica historia. Un punto de interés dentro del panteón es la Rotonda de los Hombres Ilustres, donde descansan los restos de destacadas personalidades como Bruno Patiño, Rafael Carrillo, Epitacio Huerta, Fray Manuel Navarrete, Melchor Ocampo Manzo, Justo Mendoza, José Pilar Ruiz Neri, Mariano de Jesús Torres Reyes e Isidro Alemán. En 2017, se produjo un hallazgo en relación con el panteón cuando se descubrieron siete cuerpos que algunos denominaron "momias". Estos no eran momias al estilo egipcio con vendajes, sino cuerpos que habían experimentado un proceso de degradación diferente debido a las condiciones de temperatura, humedad o a la composición mineral de la zona. Este fenómeno se asemeja a lo que ocurrió en Guanajuato con las famosas momias. Con todos estos antecedentes y una historia que abarca más de un siglo, el Panteón Municipal de Morelia es uno de los destinos más populares en la ciudad durante las festividades del Día de Muertos. Durante esta época, el panteón se llena de familias enteras, actuaciones en vivo, alimentos que solían disfrutar los difuntos en vida, así como una profusión de flores y ofrendas. Según datos de la Secretaría de Servicios Públicos, aproximadamente 100 mil personas visitan el panteón cada año, y esto se suma a las visitas a los otros dos panteones municipales, los cuatro concesionados y los 38 panteones rurales en la región.