IMÁGENES NUESTRAS | Pila del Gallo, uno de los vestigios olvidados y poco valorados de Morelia

Es conocida por los vecinos como la pila “de donde los gallos vuelan”, debido a que al menos tres esculturas con la figura de un gallo desaparecieron sin dejar rastro y sin que se aclarara su paradero con el paso de los años.

Foto: Sam Herrera Jr.

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Al igual que la mayoría de las fuentes del Centro Histórico de Morelia, la Pila del Gallo fue construida a principios del siglo XIX para abastecer a las familias vallisoletanas de agua y facilitar la limpieza y sanidad de la ciudad.

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En pleno 2023, esta fuente se mantiene como uno de los vestigios olvidados y poco valorados del primer cuadro de Morelia.

Es conocida por los vecinos como la pila “de donde los gallos vuelan”, debido a que al menos tres esculturas con la figura de un gallo desaparecieron sin dejar rastro y sin que se aclarara su paradero con el paso de los años.

El primero de ellos estaba hecho de piedra pintado en color negro, de donde emana su nombre original y que casi se ha perdido: “la pila del gallo negro”, y según consta en archivos históricos de la ciudad, después le sucedieron uno de hierro y uno de cemento. Al desaparecer, la figura fue sustituida por una de latón, la cual, a decir de vecinos y los propios morelianos es una bastante triste y sin chiste que en nada se compara a sus sucesores. Según los historiadores locales, las crestas del gallo se han doblado con el paso de los años, dando una imagen aún más gris a la tradicional pileta.

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En una de las paredes que forma la esquina en la Pila del Gallo se ubica una imagen de la Virgen de Guadalupe formada con mosaico. Abajo hay una placa de cantera que dice “En conmemoración del 2 de abril de 1867”, debajo hay un nicho en cuyo costado se ubica otro mosaico que dice “Pila del Gallo, año de 1789”, que también está en perfecto estado.

La fuente se ubica justamente en el ángulo que forman las calles Juan José de Lejarza y Antonio Álzate. En la actualidad no es más que un adorno urbano que ha sufrido el desgaste del tiempo y de la mano del hombre, no obstante, hace algunos cientos de años sirvió como punto de encuentro entre los ciudadanos.

Desde el año de 1974 la Pila del Gallo ha sido considerada como un sitio histórico por su antigüedad y su tradición como sitio de abastecimiento de agua para miles de familias morelianas por más de dos siglos. Fue a partir de 1991 que se incluyó en el padrón de edificios y monumentos de la Ciudad de la Cantera Rosa.

Pasó de ser un lugar donde los viajeros y arrieros daban de beber a caballos y bestias de carga, donde las mujeres iban por agua para las labores domésticas, donde los niños jugaban e incluso y donde incluso los comerciantes aprovechaban la afluencia para vender sus productos, a ser uno de los lugares más ignorados por los mismos morelianos.

En cuanto a su composición, la fuente está construida en una estructura octagonal, el brocal tiene un pronunciado perfil curvo semejante a otras estructuras que proyecta un carácter al mero estilo barroco a la caja, lo anterior al igual que las piletas contemporáneas. La fuente se integra al ángulo que forman los muros, creando un ambiente de ornato. Es rodeada de casas, las mismas que en su distribución conforman lo que podría ser una mini plazuela.

Desde la fundación de la antigua Valladolid, hoy Morelia, en el siglo XVI, las fuentes en un inicio se hallaban en las plazas o lugares céntricos de los pueblos para abastecer de agua. Solían ser lugares de encuentro que propiciaban las relaciones sociales de la comunidad.

En la actualidad únicamente es visitada diariamente por los lavacoches, quienes a pesar de haber sido retirados por las autoridades municipales continúan brindando sus servicios a los oficinistas, estudiantes y trabajadores de la zona.

De vez en cuando, se pueden observar parejas de jóvenes enamorados que se sientan en el borde de la pileta o en las desgastadas bancas de latón con las que cuenta el espacio, pero pocos conocen la antigüedad del espacio y la historia de los gallos que “volaron” de ahí mismo.

El espacio es adornado con un par de pequeños arbustos de camelina que pareciera que se niegan a dar una sola flor, resultado de la falta de cuidado de las autoridades y de los propios morelianos para con el espacio.

Los botes de basura con los que cuenta el lugar también han servido como un espacio para que “ciudadanos” depositen grandes bolsas de basura en espera de que los servicios de recolección hagan su trabajo.

Cabe destacar que para el siglo XX Morelia llegó a contar con 43 fuentes que fueron construidas con fines de distribución hídrica, al día de hoy dichas construcciones prevalecen como recuerdos y ornatos de la señorial Valladolid de Michoacán.