Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Ubicada en la parte más alta de la ciudad de Morelia, la Plaza de Santa María de Guido, mejor conocida como Plaza Netzahualcó-yotl, representa el centro de un sinnúmero de actividades para quienes habitan en una de las tenencias más antiguas de Morelia. La plaza, que se encuentra rodeada por negocios y una primaria, es un cuadro a donde acude la gente para simplemente disfrutar de un área publica limpia, con jardines bien cuidados y que ofrece una vista amable para completar el día a día de las personas. Tal como lo dice una placa en la base del quiosco que es parte de este lugar, reza que la Netzahualcóyotl fue construida en el año de 1954, durante el gobierno de Dámaso Cárdenas, con lo que reubicaron el original punto de encuentro. El señor Pablo Hernández, residente de Santa María desde hace más de 40 años, relató que guarda en su memoria el lugar donde “antes se ponían los moleros”, es decir, las personas que vendían mole. Con larga historia desde la época colonial Es casi tan antigua esta zona de la ciudad como el Centro Histórico de Morelia, aunque con mucho menos promoción turística. Ubicada al sur de la capital michoacana, la plazuela de Santa María de Guido resguarda parte del tesoro arquitectónico y colonial de la antigua Valladolid de Michoacán, en una zona que ha luchado para ser reconocida como una tenencia y no simplemente como asentamiento de la ciudad de Morelia. En pleno 2022, Santa María de Guido forma parte de las 14 tenencias del municipio de Morelia, no obstante, en el pasado colonial fue una importante población vecina de la ciudad de Valladolid, en tiempos de la Colonia española. Labrada en cantera rosa, los templos católicos, las viviendas y parte de los inmuebles de esta zona heredaron la arquitectura barroca que se ha perdido en la cotidianidad de la zona sur de la ciudad de la cantera rosa, ahora con casas más modernas y ubicada como uno de los asentamientos de mayor plusvalía. Al igual que otras zonas de la ciudad, en Santa María de Guido convergen los restos del pasado prehispánico de Michoacán con los intentos por modernizar e incluso gentrificar, con la instalación en la zona de instituciones educativas privadas y plazas comerciales. En medio de esta invasión de la modernidad, al menos una yácata permanece resguardada y en muchos casos ignorada por los paseantes de la zona. En sus tiempos de apogeo se llamó Santa María de los Altos en relación a su posición ubicada en la zona más alta del valle de Guayangareo, mientras la población que ahora es Morelia se desarrolló a sus faldas. Desde su fundación hace más de 300 años comparte con la ahora Morelia la tradición del comercio; muchos de los trabajadores de la zona y sus oferentes fundaron gran parte de los mercados y tianguis tradicionales de capital michoacana. Las famosas escaleras funcionaron en su momento como un puente, un acercamiento entre los comerciantes y clientes de ambas partes que buscan no sólo vender sino incluso realizar algún intercambio entre los productos que ofertaban en aquellos tiempos. La estructura de las escaleras fue concebida a principios del siglo XX y labrada en la tradicional cantera rosa. Se forjó con la intención de conectar a la creciente zona urbana de Morelia con las tenencias de sur. Debido a la actividad comercial entre las comunidades y la capital, se convirtió en un punto altamente transitado. Con el desarrollo urbano, la llegada del automóvil y la construcción de nuevos caminos, las escaleras quedaron casi en desuso para la década de 1960. Desde entonces, pasaron formar parte de las posibilidades recreativas de la ciudad.
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