Héctor Jiménez / La Voz de Michoacán Los portales del centro histórico de Morelia fueron el escenario de diversos episodios históricos de la nación, pero además siguen vigentes hoy en día en la vida de la mayoría de los morelianos y visitantes, al contar con hoteles, restaurantes, cafés, tiendas, librerías y los añejos puestos de periódicos, lo que hace que en estos cinco corredores se concentre gran parte de la vida social y cultural de la capital michoacana. La información de archivo apunta a que estos cinco portales datan de la época virreinal de la ciudad entonces llamada Valladolid, pero posteriormente fueron nombrados Hidalgo, Galeana, Aldama, Allende y Matamoros, en honor a estos héroes de la patria. Destaca que en este corto espacio que rodea a la catedral metropolitana ocurrieron diversos acontecimientos históricos como nacimientos de héroes, fusilamientos y levantamientos en armas. Foto: Víctor Ramírez. Uno de los hechos más reconocibles en la historia de los portales se relaciona con los hermanos Nicolás y Mariano Michelena, quienes nacieron a finales del siglo XVIII en el número 237 de la calle Allende del hoy centro histórico. Tras formarse como hombres de leyes, formaron parte de una serie de reuniones en un domicilio cercano para discutir el futuro del país, que finalmente se convertirían en 1809 en la “Conspiración de Valladolid” y un año después se verían luchando por la Independencia en el bando del cura Don Miguel Hidalgo. Foto: Víctor Ramírez. Debido a la importancia de estas dos figuras, algunos morelianos todavía llaman “Portal Michelena” al Portal Allende. Además, en años recientes se instalaron en este corredor una serie de cafés y restaurantes cuyo concepto hace referencia a estos héroes de la patria. Finalmente, la importancia del portal también incluye al antiguo Palacio de Justicia, el cual hace contraesquina con el portal Matamoros El elemento más importante del portal Matamoros es la construcción del teatro del mismo nombre que suma más de 10 años en labores y se ha convertido en uno de los grandes pendientes en materia de obra en la ciudad. Sin embargo, el nombre del portal y del edificio busca hacer homenaje a otro héroe de la patria, Mariano Matamoros, quien fue fusilado en Valladolid en 1814. La ejecución ocurrió en el portal entonces llamado “Ecce Homo”. Foto: Víctor Ramírez. Los registros históricos apuntan a que, para el año de 1930, los portales de la ciudad de Morelia ya se habían ganado su espacio como uno de los puntos más importantes de la ciudad, ya que ahí se encontraban con cafés, neverías, veterinarias y otros establecimientos que eran visitados todos los días por los morelianos. No obstante, con el paso de los años ello también llevo a excesos que se tradujeron en la invasión de los portales por parte de comercios ambulantes. No obstante, hacia finales de 1991 la Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), nombró al centro de Morelia como patrimonio cultural de la humanidad. Con ello, también se vio la necesidad de reordenar el primer cuadro de la ciudad de cantera rosa, lo cual culminó con la reubicación de comerciantes ambulantes alrededor del año 2000. Foto: Víctor Ramírez. Con el anterior cambio, se dio paso a la vida de los portales de Morelia como los conocemos hoy en día, los cuales están ocupados mayormente por restaurantes y cafés, que ubican sus mesas en el exterior. En esos corredores, se puede ver a familias completas de turistas consumiendo antojitos locales, a adultos mayores leyendo La Voz de Michoacán y bebiendo café en su lugar favorito, así como personas más jóvenes disfrutando de una cerveza y unas papas fritas. Si bien las actuales autoridades del Ayuntamiento de Morelia pusieron en duda el uso que se le da a los portales y mandaron que se aumentara el espacio libre para el paso de peatones, los portales no han sufrido mayor conflicto en los últimos años. Son un espacio donde conviven peatones, comensales, meseros, boleros e incluso los vendedores de los puestos de periódicos, los músicos y los vendedores de rosas. Foto: Víctor Ramírez. Es por lo anterior, que en este 2020 resultó tan impactante la imagen de los cinco portales de Morelia casi desiertos. A mediados de abril, cerca de un mes después de que se emitió el confinamiento obligatorio por el Nuevo coronavirus (COVID-19), los portales de la ciudad lucían como un corredor con cortinas cerradas y puertas tapiadas, sin mesas, ni turistas ni comensales. Al día de hoy todavía sobrevive un poco de esa imagen, con algunos locales que no volvieron a abrir sus puertas.