IMÁGENES NUESTRAS | Templo de las Monjas, ‘diamante’ de la arquitectura

Su construcción es estimada entre los años de 1722 y 1738 y fue realizado para las monjas dominicas que albergaban en ese entonces el Antiguo Convento de las Rosas.

Foto: Sam Herrera Jr.

Arturo Molina / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Ubicado en el corazón del Centro Histórico de Morelia, el Templo de Catalina de Siena, mejor conocido como el ‘Templo de las Monjas’, es uno de los espacios con más historias para contar en la capital michoacana. 

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Su construcción es estimada entre los años de 1722 y 1738 y fue realizado para las monjas dominicas que albergaban en ese entonces el Antiguo Convento de las Rosas.

Una vez fue concluido el nuevo recinto para las monjas, a mediados del siglo XVIII, se dio el traslado de las monjas en medio de un evento multitudinario que quedó plasmado en diversas obras gráficas de la época, en las que se vislumbró el fervor religioso que se vivía.

Una de las obras que plasmaron el traslado de las monjas, actualmente se puede apreciar en el Museo Regional Michoacano y en obras de compilaciones por su importancia histórica.

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Actualmente, el templo resguarda esculturas dedicadas a Santa Catalina de Siena y a Santo Domingo, obras catalogadas de suma importancia histórica por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Todos los días, la Avenida Madero, antes conocida como la Calle Real, ve transitar a cientos de miles de personas, muchas de ellas, principalmente los oriundos de Morelia pasan inadvertidos los elementos visuales del Templo de las Monjas, nombre que adquirió con el paso de los siglos y que se arraigó en la memoria colectiva.

En la fachada labrada en la tradicional cantera rosa y en su única torre se pueden apreciar elementos decorativos que se identifican con el barroco tal como se construyó la mayor parte del primer cuadro. Los elementos arquitectónicos muestran pilastras tableadas, mientras que cuenta con nichos en los que se pueden distinguir las esculturas de Santo Domingo y de Santa Catalina de Siena.

Dentro del templo hay un Cristo de caña de maíz y orquídeas que data de la época de Vasco de Quiroga, así como otras esculturas que diariamente son admiradas por Miles de asistentes.

Diversas fuentes coinciden en que las monjas permanecieron en este sitio hasta el año de 1863 situación que cambió con el proceso de Reforma por el presidente Benito Juárez, en la última mitad del siglo XIX. A partir de entonces, la mayor parte del inmueble que alguna vez fue hogar de las monjas pasó a ser parte del Palacio Federal, en donde actualmente se cuenta con una importante librería de una editorial nacional y otros servicios de telecomunicaciones.

El inmueble cuenta con 300 años de antigüedad y, sin embargo, sigue siendo uno de los espacios más vivos de la capital michoacana, ya que numerosos académicos e historiadores han recalcado el valor de la pintura “El traslado de las monjas dominicas a su nuevo convento de Valladolid”, a la par que el sitio ocupa un lugar privilegiado dentro del centro histórico, por donde transitan cientos de personas diariamente.

En algún momento el inmueble se pensó para el traslado de las oficinas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y albergar a la dependencia de salud como parte de las tareas de descentralización del gobierno federal.

Asimismo, cuenta con una de las feligresías más atentas, mismas que han demostrado estar dispuestas a defender a golpes la fachada del templo que en más de una ocasión ha Sido afectada y dañada en manifestaciones y protestas de grupos civiles.