Jorge Manzo / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. La casa en donde se inspiró el maestro Alfredo Zalce, uno de los próceres artistas gráficos de México, está a punto de convertirse en un nuevo refugio para la burocracia estatal. Ese espacio, hoy cerrado al público y sin difusión oficial de ninguna actividad artística, se convirtió en el recinto desde donde el michoacano echó a andar su imaginación para crear grandes obras de pintura y grabado, mismas que en estos momentos son parte de las más importantes colecciones alrededor del mundo. Hasta hace unas semanas ese lugar operaba como un centro cultural. Hoy, se ha denunciado que sería la sede por lo menos cuatro departamentos administrativos de la Secretaría de Cultura estatal. Esta casa, construida por el propio Alfredo Zalce y ubicada en el número 49 de la avenida Camelinas en la colonia Felix Ireta, fue adquirida en el 2008 por el gobierno de Cárdenas Batel para después formar un patronato, con el propósito de convertir a la casa Zalce en un espacio para la enseñanza vinculado con la comunidad artística. Tras varios años en abandono, fue en 2018 que recobra vida. Beatriz Zalce, su hija, con una gran trayectoria como catedrática, alzó la voz. “Hay una gran tristeza y consternación ante la noticia de que van a llevar nuevamente, o que ya están llevando a la casa taller Zalce a hacer oficinas”. Lo que ella desea es que ese espacio sea convertido pero un patrimonio cultural de los michoacanos, pues durante más de 50 años, más de medio siglo, fue el hogar de su padre, el dibujante, muralista y renovador de la gráfica mexicana. La obra de Alfredo Zalce hoy expuesta en edificios públicos y en museos en México y en el mundo como el Metropolitan Museum de Nueva York, o el Nacional de Estocolmo en Suecia, o el Nacional de Varsovia, en Polonia, se produjo en esa casa que hasta hace poco sirvió como una escuela-taller en donde se mantenía vivo el legado del michoacano y que hoy pretende deformarse. Albergar oficinas de gobierno no es su fin, dijo tajante la también escritora en entrevista con La Voz de Michoacán. Hirepan Maya Martínez, diputado federal michoacano y además secretario de la Comisión de Cultura en San Lázaro, coincidió en que la Casa Zalce debe preservarse sólo para la producción artística y cultural del estado, pues ese fue su espíritu desde que fue habitada por el artista nacido en Pátzcuaro. Comentó que ya tuvo un acercamiento con Beatriz Zalce, y también fue informado de que existe esa necesidad de reubicar áreas de la Secretaría de Cultura. “Hoy más que un reclamo, es una preocupación y la Secum debería ser más explícita”, dijo el también promotor cultural. Durante la charla, Beatriz Zalce informó que ya dialogó con la secretaria de Cultura, Gabriela Molina Aguilar, y le confirmó la noticia, aunque le aseguró que sería temporal (la reubicación de oficinas) “en lo que se adecúan espacios en la dependencia”, sin embargo fue muy contundente: “Me parece terrible que la Casa Zalce esté sujeta a los vaivenes de las diferentes administraciones”. El sitio fue constituido como un centro cultural durante la gestión de Silvia Figueroa Zamudio en el 2018. José Luis Arroyo Robles, quien ha colaborado en certámenes como la Bienal Universitaria de Artes Visuales, compartió que en la Casa Zalce tuvo la oportunidad de desarrollar exposiciones en conjunto con Eduardo García Márquez, así como un programa pedagógico con Aberrante, espacio del que es cofundador con Marcos López Valenzuela. Sin embargo, aunque conoce muy poco de la inminente transformación, apuesta a que mantenga la vocación con la que venía trabajando. Beatriz Zalce sugiere que se busque una figura para garantizar que sea un recinto cultural, pues es emblemático por sí mismo, y pidió que no se pierda esa esencia. Compartió que existen proyectos encaminados a darle esa figura al recinto. “Desde hace tiempo un equipo de trabajo realizó un proyecto para la casa taller y ya está en manos de la Secretaría de Cultura y estamos a la expectativa”. No abundó en detalle, pero adelantó que además de darle continuidad a lo que ya se hacía, también busca estudiar la obra del artista y grabador, quien trabajó en una amplia variedad de técnicas y materiales. La idea es trabajar y estudiar la obra de mi padre, así como para su promoción y difusión y sea una apertura a nuevos artistas, como lo hizo en vida (Zalce)”, planteó la catedrática de la escuela de periodismo Carlos Septién y de la facultad de estudios superiores de la UNAM, tras reafirmar que por razones obvias la casa en donde pasó los últimos años de su vida su padre debe conservarse como un espacio para la creación. “No puede ser otra cosa más que un recinto cultural, o ¿pensarían que es un lugar para poner una sucursal de Costco?”. Destacó que Michoacán es un estado con una sensibilidad cultural y artística extraordinaria. Recordó que Alfredo Zalce siempre tuvo a Michoacán en los ojos, en el corazón y en su trabajo. Advirtió que ir en contra de lo que se estaba haciendo podría ser una barbaridad. “Hay una relación muy importante, que no veo porque se perdería. Para (hacer) oficinas hay muchos espacios y no tiene que ser un sitio emblemático”, alertó Beatriz Zalce, tras parafrasear el evangelio “cada árbol se conoce por su fruto”. “Aquí las acciones que tomen son las que contestaran realmente (si hay sensibilidad). En el discurso puede haber una, una idea de una tendencia, pero lo que hay que ver es que efectivamente, así se hará”, compartió la periodista, tras adelantar que ha habido una sinergia con la Escuela Nacional de Estudios Superiores Morelia, en donde se involucra a profesores, investigadores y alumnos, en donde ve un trabajo serio, profesional y el amor por la obra de Alfredo Zalce. Propuso que la casa taller y la ENES Morelia realicen una mancuerna y de esta manera poner en alto el acervo del maestro Zalce. Compartió la experiencia exitosa de la Casa Azul, en donde vivió Frida Kahlo en Coyoacán, y que es un lugar que tiene vida, porque lo visitan y es sustentable. “La casa Zalce también podría ser sustentable, pero si la dejan ser lo que debe ser, si la usan para otra cosa, ya se pierde todo”. La Casa Zalce fue adquirida por gobierno durante la administración de Lázaro Cárdenas Batel, pero fue hasta marzo de 2018 que se convirtió en un centro cultural en donde se ofrecían talleres, exposiciones, conferencias, clases magistrales y presentaciones de libros. Más de una decena de exposiciones, así como otra cantidad similar de talleres de especialización se llevaron a cabo durante ese lapso, hasta diciembre del 2021. De manera permanente se ofrecían talleres de grabado y cerámica, abiertos al público. La estimación es que unas 15 personas diariamente visitaban el lugar. Hirepan Maya platicó también con La Voz de Michoacán y compartió que conoce el proyecto desde el proceso de adquisición. Recuerda que ha sido una constante el reclamo de que el sitio conserve la esencia del origen, y que se dedique a las artes en Morelia. Pero reconoció que en algunos momentos extrañamente se ha utilizado para resguardar actividades administrativas del gobierno, diferentes a las del quehacer cultural. “ Mi idea y deseo, como el de la familia, y de la industria, es que se preserve y resguarde”, dijo el legislador federal, tras pedirle a la Secretaría de Cultura que sea más explícita y abierta y dialogue con los actores involucrados. Consideró que se debe reconsiderar la posibilidad de habilitarla como oficinas de gobierno, aunque la medida sea temporal, pues cree que hay áreas en el gobierno que permitirían albergar a la Secretaría de Cultura. Informó que no ha dialogado con la secretaria Molina Aguilar, pero le apuesta a que ese lugar sea dedicado a la cultura. Admitió que ha costado mucho trabajo y tiempo poderla integrar, pero confió en que puedan seguir y que cumpla las funciones para las que se ideó, como otros museos lo hacen. Son espacios destinados y consagrados a la cultura, y podríamos pensar que se tendría que hacer un esfuerzo significativo, sin demeritar argumentos de la Secum”, expuso Maya Martínez, quien ha tenido varias responsabilidades en el gobierno, entre ellas, coordinar las casas de la cultura del estado; él fue secundado por José Luis Arroyo Robles, quien ha tenido un sobresaliente trabajo en el patronato de arte contemporáneo, entre otras. “Debe mantener la vocación que tuvo cuando era escuela de arte y artesanías de Alfredo Zalce”. Hoy la comunidad cultural pide que la casa taller que fundó el dibujante, muralista, renovador de la gráfica mexicana y profesor, nacido en Pátzcuaro, Michoacán, no sea nuevamente utilizado como espacio para oficinas. Recuerdan, al igual que la Secretaría de Cultura federal, que el quehacer de Zalce lo llevó a participar en los principales movimientos artísticos del siglo XX, además de fundar uno de los talleres más importantes artísticos en México: el Taller de la Gráfica Popular.