Arturo Molina / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Reconocen autoridades locales que se encuentra invertida la pirámide de prioridades en movilidad en la ciudad de Morelia. Los proyectos de infraestructura de los últimos 30 años han dejado en último lugar a los peatones e impulsado obras que benefician principalmente a los automovilistas e incluso en cierta medida al ferrocarril. La pirámide de prioridades establece que los peatones tendrían que tener la mayor atención en proyectos, seguido de los ciclistas, vehículos de repartición de mercancías, servicios básicos y emergencias y, por último, los automóviles privados. Para el caso de Morelia, la política pública es completamente lo opuesto: en los últimos años se invirtieron más de mil millones de pesos para la construcción de distribuidores viales, mientras las obras de ciclovías, ampliación de banquetas y más, apenas superan un par de decenas de millones de pesos. En este contexto se puede apuntar obras que incluso pareciera tener la función de facilitar también que extienda su patio de maniobras y no acotarlo a la normativa vigente, que le impide tapar cruces viales para este tipo de maniobras. En voz de Christian Mendoza Chávez, director de movilidad de Morelia, urge revertir el paradigma que ha provocado esta tendencia. En pleno 2023, la cultura de los coches ha provocado una crisis de movilidad que prolongó los tiempos en el tráfico y los costos de uso de combustible. “Por mucho tiempo este método de movilidad lo hemos vuelto ajeno a la problemática de la ciudad, estamos en un punto de vista cochista y no vemos la necesidad de los usuarios de a pie; tenemos que empezar a pedir que pongamos más énfasis (para peatones) en el tema de la infraestructura”, explicó. En la zona urbana de Morelia se cuentan con 19 kilómetros de ciclopista, los cuales se encuentran completamente segregadas a pesar de las intenciones de usar medios alternativos y ecológicos de movilidad que tienen cada día más ciudadanos. Al respecto, la dirección de Urbanismo aclaró que se estima que hasta un 5 por ciento de las vías para ciclistas requieren de reparaciones. Otra parte no cuantificada es incluso usada como estacionamiento o como segundo carril para rebasar con facilidad. “Tenemos que ver cómo mejorar para los usuarios más vulnerables, los de a pie y en bici; tenemos que poner mucha atención en los detalles que ya experimentaron, queremos que todas las personas puedan usar las vialidades”, explicó Christian Mendoza. Obras, desfasadas A pesar de que hasta 7 de cada 10 ciudadanos son peatones y usuarios del transporte público, el desarrollo de las ciudades ha priorizado al automóvil particular. Lo anterior, también está relacionado a la ineficacia de los sistemas de movilidad colectiva, a los largos periodos de espera, a la falta de cobertura de transporte en los nuevos fraccionamientos y a la mala calidad de las calles. Apenas en 2022, la Secretaría de Movilidad y Urbanismo de Morelia advirtió sobre el fenómeno que envuelve tanto a la ciudad capital como al resto de las zonas urbanas del estado. Se estima que el segundo gasto más fuerte al interior de los hogares michoacanos es por el alto costo del transporte colectivo. Asimismo, en el caso de los hogares en donde se cuenta con un vehículo, también supone el segundo costo más elevado de manutención mensual, apenas por debajo de la alimentación. En términos de infraestructura estatal la disparidad ha sido evidenciada durante los últimos años, según han advertido especialistas en urbanismo. Mientras que en 2021 se invirtieron más de mil millones de pesos para la construcción de distribuidores viales, los proyectos para mejorar el transporte público u otras formas de movilidad, como las ciclopistas, no tuvieron un solo peso presupuestado. Asimismo, en términos de accidentes, se reveló que las principales víctimas mortales siguen siendo peatones. Lo anterior, será expuesto y consultado con especialidad en el tema con el objetivo de definir la política de movilidad de los próximos seis años. El impacto negativo de las fallas en los manejos de prioridades en movilidad de Morelia ha golpeado a prácticamente todos los estratos de la ciudad. Durante los últimos años, al igual que el incremento del parque vehicular, los accidentes, las víctimas, las lesiones y el impacto económico por los siniestros han crecido de manera exponencial y desfasado de la capacidad de respuesta de las autoridades y, sobre todo, de la infraestructura. Sumado al costo de vidas, las pérdidas económicas son cada vez más altas en la ciudad de Morelia por el constante embotellamiento de las vialidades principales. Al menos 870 millones de pesos pierden los ciudadanos cada año en horas de trabajo y productividad por las largas horas de tráfico que se generan todos los días al interior de la mancha urbana de Morelia.
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