Mujeres dan la cara en el sector salud, pero enfrentan discriminación

Mujeres michoacanas cuentan su lucha diaria; más allá de la pandemia, las trabajadoras del ramo han enfrentado, en muchos casos, una grave discriminación y la falta de piso parejo

Mujeres michoacanas que, pese a la discriminación que han sufrido, siguen dando todo en sus respectivas profesiones.

Maricruz Rios / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. “Las mujeres somos valientes, somos aguerridas, siempre buscamos la manera de salir adelante sin importar los problemas que encaramos”; en el sector salud, aun con la pandemia, no es la diferencia, mucho menos para trabajadoras que durante años han luchado y se han sobrepuesto a la adversidad, la cual varias veces ha venido de sus propios centros de trabajo y un tradicionalismo que les decía que su labor no era tan importante. Testimonios recopilados por esta casa editorial en el marco del Día Internacional de la Mujer dan cuenta de ello, en una situación que no es exclusiva ni anómala, sino más común que irregular.

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Para Roxana Segoviano Franco, médica familiar en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) “ser mujer en México es complicado en esta área, porque se sigue notando la desigualdad en el ámbito laboral, porque la sociedad machista sigue con etiquetas y considera que una mujer no puede atender ciertas labores o que sólo ciertos temas son para nosotras”.

“Pero la realidad es que las mujeres somos valientes”. Cuenta que inició su vida laboral desde joven, cuando aún era estudiante de Medicina y, como muchas otras mujeres que aspiran a subir de rango, en la categoría de Higiene y Limpieza en el IMSS.

“Yo entré porque para mi mamá era complicado mantener a sus tres hijos, y aunque tenía temor de que mis profesores de la Facultad me dieran de baja o que mis compañeros me cuestionaran mi decisión de laborar en intendencia como si fuera algo denigrante, acepté”, apunta la doctora.

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Durante el tiempo que duró en Higiene y Limpieza, Roxana Segoviano recuerda haber sufrido discriminación; un pasaje que aún resuena en su cabeza fue cuando un profesor de su facultad la agredió durante uno de sus turnos, al aventarle una cubeta que estaba utilizando para limpiar: “cuando era su alumna me trataba como tal, pero cuando trabajaba de intendente y nos encontrábamos cuestionaba mi actividad”.

Pero el tiempo ha pasado, “estoy por cumplir 15 años trabajando, con mucho esfuerzo y mucho sacrificio, pero con mucho orgullo por todo lo que he logrado y no pienso bajar la guardia, menos ahora que el sector salud tiene un reto tan importante”.

Roxana Segoviano Franco, médica familiar en el Instituto Mexicano del Seguro Social.

La pandemia en lo personal es un tema complicado para la doctora, debido a que su padre falleció por COVID-19 el pasado septiembre: “Fue un proceso complicado, como médica y como hija, fue muy difícil despedirme de él, incluso hubo momentos en los que me llegué a culpar”.

“Cuando comenzó la pandemia mis compañeros tenían miedo de entrar al área respiratoria, pero como a mí me gustan los retos no lo dudé y comencé a trabajar con pacientes COVID-19, mis padres estaban preocupados; después de que mi papá pierde la batalla a la enfermedad continúe trabajando 4 meses más en el mismo servicio, ahora estoy de vacaciones, pero cuando regrese espero seguir”, ataja Roxana Segoviano.

Y es que ahora su padre es su inspiración, cada que la doctora entra al área de enfermedades respiratorias para atender pacientes con coronavirus lo recuerda y él le da la fuerza suficiente para estar en la primera línea de batalla.

Entre ‘muchacha’ y ‘doctora’

En una sintonía similar, para la doctora Angélica Naranjo Rincón, especialista en Medicina de Urgencias y trabajadora del IMSS, es un orgullo y un reto ser una mujer trabajadora en el país, “porque aún nos enfrentamos a una sociedad laboral machista, con tintes misóginos; ese tipo de comportamientos se ven en nuestras áreas de trabajo todos los días con el trato que recibimos por parte de nuestros compañeros e inclusive de los pacientes”.

Por ejemplo, cuando un paciente es atendido por un médico siempre se dirigen con respeto y educación resaltando su profesión, lo llaman doctor; “pero cuando son atendidos por una mujer, en lugar de llamarla doctora, se refiere a ella como ‘la muchacha’ y desde ahí notamos que la sociedad no está acostumbrada a identificar que nosotras también ocupamos un rol importante”.

Asevera que por ello “tenemos que seguir trabajo en el reto de demostrar que nuestro trabajo también cuenta, que nuestra preparación y desempeño es igual o mejor que el de un hombre”.

Si bien la doctora reconoce que la mujer cada vez gana más terreno, también aclaró que no es suficiente y que aún falta un trayecto muy grande que recorrer. “Nosotras tenemos que seguir luchando porque nuestros derechos sean iguales a los del hombre, tenemos que trabajar todos los días para demostrar que nuestro trabajo también es importante porque aportamos a la economía familiar, a la de nuestro país, además de que también mantenemos la unión de nuestras familias”.

La opinión no contaba

Gabriela Rios Aguilar, licenciada en Odontología, con especialidad en Ortodoncia, Rehabilitación y Farmacología, y también trabajadora del IMSS, subraya, que a pesar de las dificultades se está logrando que cada vez sean más mujeres las que ocupen puestos importantes, de jefatura.

A pregunta expresa sobre si durante su vida profesional ha sufrido discriminación respondió que sí; “a nosotras se nos aislaba por completo: cada vez que se tenía que consultar sobre temas médicos sólo se valoraba la opinión del hombre, a las mujeres no nos sentían capaces”.

Gabriela Rios Aguilar, licenciada en Odontología, con especialidad en Ortodoncia, Rehabilitación y Farmacología, y también trabajadora del IMSS.

Pero conforme pasaron los años, cada vez se valora más la opinión de las mujeres en el área, indica. “En mi caso, he tomado capacitaciones constantes para no quedarme estancada, por lo que he demostrado de lo que puedo ser capaz, con hechos a los que podía hacer muchas más cosas, y fue así como poco a poco comenzaron a respetar mi trabajo mis superiores, mis pacientes y los familiares de mis pacientes”.

Comenta que por ello es importante la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, porque “ahora estamos demostrando que podemos brillar mucho en el mundo laboral: la mujer es una excelente administradora de su tiempo, tiende a organizarse más que el hombre, puede trabajar y ser un pilar familiar”.

Lucha por un mejor futuro

Patricia Rodríguez Leal, de profesión enfermera y actualmente trabajadora en el departamento de Higiene y Limpieza en el IMSS, también compartió su testimonio. Relata que desde hace más de una década comenzó su intento de ingresar como enfermera, pero no fue hasta hace 4 años se presentó la oportunidad de entrar, pero en el departamento de Limpieza e Higiene, puesto que aún sigue ocupando.

“Yo estuve navegando desde hace doce años, entregué solicitudes de trabajo aquí en Michoacán, en León, en Colima, incluso me fui hasta Chihuahua, pero no tuve éxito. Y hace 4 años mi prima que dijo que estaba la posibilidad de entrar al IMSS, pero en limpieza y acepté, con la ilusión de algún día poder moverme de departamento, aunque lo veo difícil, pero no imposible, porque aún sigo sin obtener la base”, apunta.

Rememora que algunos de los retos a los que se ha enfrentado, son, por ejemplo, que cuando entró a trabajar y le dieron su propuesta la ubicaron en zona Zamora, “acepté y para mi desprenderme de mi hijo, porque soy mujer divorciada, fue el reto principal”.

“Después fue la supervivencia, porque no encontramos a la gente con esa disposición de ayuda; compañeros que por ser de otro lugar no me brindaron su apoyo, por lo que al principio me quedaba a dormir en la calle, en el carro, en los mismos hospitales”. Es por ello que “para mí ser mujer trabajadora es un orgullo y un esfuerzo”.

Patricia Rodríguez Leal, enfermera y actualmente trabajadora en el departamento de Higiene y Limpieza en el IMSS.

Relata también que en la zona Zamora se da mucho el tema de la discriminación a las mujeres trabajadoras, de no tomarlas en cuenta. Durante su estancia en otros hospitales de la región se percató que había mucho favoritísimo por los hombres, “eran a quienes les daban los contratos y a mí en particular, me los negaban porque no salía a las reuniones y fiestas con los compañeros”.

“Yo en una ocasión les pregunté a mis jefes que porque no me daban contratos y me respondieron; si no cooperas, no avanzas; situación que se me hizo humillante, porque en un hospital una no va a prostituirse”, declara la enfermera, quien agrega que es increíble el abuso de poder de muchas personas en los puestos más altos, sobre todo cuando tratan con mujeres.

Importante, seguir abriendo espacios

Por su parte, Cinthya Ponce Santillán, enfermera en el IMSS, coincide en que la discriminación para con la mujer continúa: “En mi caso, que actualmente trabajo como enfermera, me he percatado que aún se valora más la opinión de un hombre sobre la de una mujer, es una discriminación que se da todos los días y que afecta la percepción real del valor de nuestra labor”.

En ocasiones el doctor mira con inferioridad a la enfermera; algunas veces por la supuesta jerarquía, otras veces por el simple hecho de ser mujer, acota. “También la discriminación la he notado entre colegas; por lo menos en el hospital donde trabajo me he percatado que nuestros compañeros enfermeros no valoran nuestra opinión, siempre buscan a otro hombre para conversar, debatir o consultar sobre un tema particular del trabajo”.

Y lamentablemente este tipo de situación no sólo se viven en el sector salud, sino que incluso se agudizan en trabajos donde se necesita de fuerza, “por lo que discriminan y etiquetan a la mujer como un ser débil”, apuntó la enfermera.

Señaló que es importante que se siga visibilizando la lucha de los derechos de la mujer, no sólo laborales, sino que también sociales y culturales. Y en esta fecha, el 8 de marzo, sentirnos orgullosas de ser mujeres trabajadoras.

Sí se puede

Con 15 años de servicio en la Cruz Roja, Itzia Eugenia Rojas Arellan, especialista en Urgencias asevera que fechas como la de hoy “son para reflexionar y reconocernos como mujeres, no minimizarnos, porque todo lo que hacemos es valioso y cuenta mucho”.

“Ser una mujer paramédica para mí es muy importante, la labor que realizamos las mujeres en la Cruz Roja es valioso”, refirió y resaltó que cada vez son más las que toman la decisión de dedicarse a esta profesión de servicio social; “anteriormente se pensaba que el ser paramédicos sólo era para hombres, por ser un trabajo donde se ocupa mucha fuerza, pero la realidad es que la mujer también es capaz de tener esa fuerza”.

Itzia Eugenia Rojas Arellan, especialista en Urgencias en la Cruz Roja.

Relata que desde pequeña tuvo el interés de aprender sobre primero auxilios y hace quince años tuvo la oportunidad de hacer un curso en la Cruz Roja y posteriormente ingresó a ser parte de sus paramédicos.

Tiempo después, fue nombrada coordinadora de Socorro y Capacitación de la Cruz Roja, resaltando que “es la primera mujer en ocupar el puesto, “antes de mí sólo había habido puros hombre, lo que refleja que las oportunidades para que una mujer ocupe un puesto medio-alto de una institución se están abriendo”.