Angélica Ayala / Colaboradora La Voz de Michoacán Pátzcuaro, Michoacán. Las Catrinas y Catrines, invadieron el centro histórico de Pátzcuaro, quienes al ritmo del son de “Juan Colorado” interpretado por una banda de viento, caminaron por las calles de la Plaza Vasco de Quiroga, todas y todos, mostraban la variedad de maquillaje, de vestidos, de indumentarias, la mayoría de las mujeres y niñas, portaban el traje tradicional de la mujer purépecha. Después de una intensa lluvia, el clima fue condescendiente con los participantes del primer Desfile de Las Catrinas. Fue el grupo Pro Arte Pátzcuaro en coordinación con el Ayuntamiento e instituciones educativas que se realizó esta primera actividad que atrajo la mirada de toda la gente que se encontraba en las calles, detenían su paso y se acercaban a la orilla de la banqueta para ver pasar a las multicolores Catrinas, elegantes con sombreros, lentejuelas, estolas, vestidos largos y de colores vibrantes como el morado, rosa, azul, amarillo, rojo, eran combinados con el negro. Foto: Ángelica Ayala. Los contingentes de alumnos de algunos preescolares de la ciudad, participaron con trajes tradicionales de la mujer y el hombre indígenas, algunos pequeños de catrines portaban sombreros negros adornados con algún moño que brillaba con la diamantina, los más elegantes colocaron una flor roja que hacía juego con el corbatín; las niñas iban vestidas de guarecitas con sus maquillajes de catrina, otras llevaban sus vestidos de gala. La banda de viento, que interpretaba solo piezas musicales michoacanas, hacía que los participantes bailaran al son que les tocaban, otros más atrás, iban entonando cantos purépechas como “Flor de Canela”, las maestras guiaban la entonación a los alumnos y ellos participaban, sus voces resaltaban en el desfile que en tiempo fueron casi dos horas del recorrido de todos los catrines y catrinas. Elementos de la tradición michoacana eran fundamentales, los organizadores, previo al evento informaron que no aceptarían la participación en el contingente con disfraces o caracterizaciones del hallowen, todo tendría que ser tradicional, destacando el orgullo de ser mexicanos y michoacanos; sin embargo, en la plaza y las calles se podían apreciar a los niños y niñas vestidos de brujas, fantasmas, monstruos, calabazas, vampiros, entre otros personajes, quienes en mano llevaban una calabaza de plástico, “me da para mi calaverita”, se les oía decir a quienes se acercaban, la intención es recibir algunas monedas. Foto: Ángelica Ayala. El recorrido del primer Desfile de las Catrinas, fue admirado por cientos de personas, que se aglutinaron en las calles para verlas pasar, entre ellos había turistas extranjeros que no dejaban pasar la oportunidad para tomar las fotografías y admirar a las catrinas y catrines, uno de ellos llevaba consigo un perro xoloitzcuintle, animal que se cree ayuda a las almas a pasar el río hacía el más allá y acompaña en su camino. Al tratarse de motivar las tradiciones mexicanas, no faltaron los charros, uno de ellos iba al frente del contingente, haciendo movimientos con el lazo, además de otro catrín charro montado en su caballo, a quien también maquillaron simulando un esqueleto del animal, juntos caminaron por todo el recorrido, el amo montando a su animal.