Artesanos piden que se valore su trabajo; “en cada pieza hay mucha dedicación”

El artesano Santiago Marcelino Morales, de Ihuatzio, tiene más de 65 años dedicándose a elaborar objetos de palma, carrizo y tule.

Foto: Cortesía

En cada pieza artesanal, por más pequeña que sea, hay mucho trabajo, creatividad y dedicación, afirmó Santiago Marcelino Morales, artesano de la comunidad de Ihuatzio, municipio de Tzintzuntzan, quien tiene más de 65 años dedicándose a elaborar objetos de palma, carrizo y tule; es uno de los creadores que empezó a venir al Tianguis Artesanal de Domingo de Ramos de Uruapan cuando se establecía junto al pasaje de “El Pollito”.

Don Santiago consideró que la artesanía se debe valorar de manera justa, “ni más ni menos, lo que es”, motivo por el que hizo un llamado a los visitantes a que no regateen y piensen en todo el trabajo que hay en cada pieza que elaboran; acentuó que la actividad empieza desde el momento de conseguir la materia prima.

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Señaló que forma parte de la cuarta generación de artesanos dentro de su familia y relató con nostalgia cuando sus padres le enseñaron este oficio, así como la primera vez que le tocó venir a Uruapan a vender sus creaciones, hace ya varias décadas. Explicó que era toda una travesía, ya que les tocaba transportar sus artesanías en carritos jalados por mulas.

Indicó que los primeros años les tocó poner su puesto junto al pasaje de “El Pollito”, luego las autoridades municipales en turno decidieron que el “mercado de las ollitas”, como se le conocía en ese entonces a la muestra artesanal, se estableciera por la plaza de “La Ranita” y años más tarde, se colocaban junto a una pileta que estaba sobre la Plaza Mártires de Uruapan, y al ver que cada año el número de artesanos aumentaba, la muestra artesanal se extendió a la Plaza Morelos.

Agregó que, al igual como lo hicieron sus padres, cumplió con la encomienda de enseñar el oficio a sus hijos, para que éstos a su vez sigan con esta añeja tradición que forma parte importante de la cultura de su natal Ihuatzio. A la par de la actividad artesanal, expuso que también les inculcó que estudien y se preparen para tener más herramientas y hacer frente a la vida. Por último, externó su felicidad por estar en Uruapan, que es el máximo escaparate que tienen para sus ventas, así como por el apoyo y trato que reciben de autoridades y lugareños.

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