José Luis Ceja / Colaborador La Voz de Michoacán Jiquilpan, Michoacán. Habitantes de la tenencia indígena de San Martín Totolán denunciaron el envenenamiento sistemático de mascotas y perros en situación de calle, lo que pone también en riesgo a la población infantil, ya que en varias ocasiones han encontrado comida envenenada que alguien coloca en los hogares. De acuerdo con lo denunciado por Maribel González López, vecina de esta tenencia, desde hace al menos tres semanas que los habitantes encuentran en las inmediaciones de la comuna los cuerpos de animales como perros y gatos; aunque en un principio se pensó que se trataba de que algunas personas estuvieran utilizando estos espacios para disponer de sus mascotas muertas; algunos de los vecinos reconocieron entre los cuerpos a varios perros en situación de calle de la misma comunidad, así como algunos animales de su propiedad. Destacó que incluso en algunos hogares de esta tenencia se han encontrado bolsas con huesos de pollo envenenadas por lo que el principal temor es que algunos de los niños dentro de estos hogares pudieran manipular estas bolsas con el riesgo que ello representa. “A mí me envenenaron el mío, bueno a dos, pero uno lo pudimos salvar en veterinaria y al otro ya no, echaron dentro de mi casa una bolsa con huesos de pollo envenenados y los niños lo traían sin saber que era veneno”, dijo González López. Señaló que es regularmente los sábados y lunes cuando se da este fenómeno: “de repente los días lunes y sábado les echan veneno, la otra vez había como 15 perritos entre ellos cachorritos y tres perritas embarazadas y apenas hace unos días volvieron a echarles, esta vez mataron a tres, dos perros grandes y un chihuahua y en esta ocasión los tres perros eran perros de casa; mi prima recoge los perros de la calle y en su casa también aventaron bolsas con huesos de pollo envenenados y ya están acabando hasta con los perros que están encerrados”. Datos recabados en la región señalan que el sacrificio de animales en situación de calle no es una práctica poco común, hace unos meses vecinos del municipio de Marcos Castellanos, en los límites con Jalisco demandaron que el alcalde explicara el destino de docenas de animales que habían sido retirados de las calles por parte de los elementos de la policía municipal. En Jiquilpan, algunos ganaderos de la región de la Sierra de San Francisco han invitado a la población al sacrificio de las jaurías de animales que deambulan por las plazas y el mercado de esta ciudad y de los que, aseguran, por las noches se trasladan a la serranía para atacar los hatos ganaderos. AUMENTA LA POBLACIÓN DE ANIMALES SIN PROPIETARIOS Pese a que en este municipio existe un reglamento local, aprobado durante la administración 2012-2015 que sanciona el abandono animal, el instrumento legal es letra muerta toda vez que no hay que lo haga valer; ante ello, de acuerdo a los locatarios del mercado, cada día se suman más animales en situación de abandono a las jaurías que deambulan por este centro de abasto; asunto que genera cierto nerviosismo ante la inestabilidad mostrada por estos animales. “Hay organizaciones que se dedican a los animales, pero nada más son para organizar caminatas con sus mascotas y no les interesa resolver el problema de los perros callejeros” señaló Martín Coyt, integrante de la unión de locatarios quien destacó que gran parte del problema de la concentración en este espacio de los animales se debe a los locatarios que los alimentan lo que hace que por costumbre los animales recurran a este mercado. Ya en su oportunidad, Juan Manuel Hemman, Médico Veterinario Zootecnista ha venido avisando sobre el grave riesgo a la salud que representan estos animales que al carecer de propietario quedan automáticamente excluidos de las campañas de vacunación antirrábica que realiza el sector salud. SIN RESPONSABLES En lo que hace al sacrificio sistemático de animales en la tenencia de Totolán, los pobladores dijeron no contar con un solo indicio sobre quién es el responsable sobre estos hechos por lo que piden a la población estar alerta no solamente por acto de envenenar a los animales si no por el riesgo que representa el hecho de arrojar bolsas con comida envenenada al interior de los hogares lo que pone en riesgo también a la población infantil de este centro poblacional ubicado al sur de la cabecera municipal; incluso han señalado un verdadero temor ante la posibilidad de que quien realiza estos actos no esté en control de sus facultades mentales “Si es alguien que está mal de la cabeza no sabe diferenciar entre un animalito y una persona y lo que no queremos es que alguno de nuestros niños pueda sufrir algún daño por esto, arrojan las bolsas dentro de las casas, en los portales, en los corrales y los niños son curiosos”.
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