José Luis Ceja / La Voz de Michoacán Jiquilpan, Michoacán. Ya sea por problemas legales o simple abandono, al menos 75 viviendas ubicadas en diferentes puntos de la ciudad constituyen un riesgo para los viandantes ante el deterioro que presentan, lo que se acentúa en esta temporada de lluvias, y aunque el número de viviendas que constituyen un riesgo a la población es elevado, se carece de un protocolo para garantizar la integridad física de los vecinos de estas casas. Al momento, de acuerdo con datos preliminares y no oficiales de elementos de Protección Civil, al menos son 75 viviendas cuyo estado constituye un severo riesgo, aunque de manera oficial la dependencia no cuenta con un número exacto de inmuebles que por su deterioro físico pudieran considerarse como un riesgo a la población; de hecho, el tema ni siquiera está considerado en el marco operativo anual de esta corporación de auxilio y rescate. Datos citados por el Comité Municipal de Pueblos Mágicos, el estudio realizado por el Instituto Tecnológico de México Campus Jiquilpan arroja que en este municipio existen al menos 3 mil viviendas abandonadas, algunas de las cuales se encuentran en pleno estado de deterioro total, por lo que pueden considerarse como un riesgo durante la temporada de lluvias ya que, más que viviendas, se trata de muros que se mantienen en pie sin techo, por lo que ante el humedecimiento pudieran colapsar. Foto, José Luis Ceja. Sobre la falta de un protocolo mínimo de seguridad para evitar riesgos, Miguel Ángel Ramírez Cabrera, quien fuera director de Protección Civil del municipio, destacó que de acuerdo con la normatividad interna sobre la evaluación de riesgos en inmuebles, muchas de estas fincas habrían recibido la recomendación de demoler; sin embargo, aclaró que se trata de casas cuya antigüedad y materiales de construcción les permitieron ser ingresadas por las autoridades locales en listado de fincas de interés histórico presentado ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia con motivo del ingreso de este municipio al Programa de Pueblos Mágicos, por lo que resulta complicado poder solicitar a los propietarios que hagan lo necesario para evitar que estas propiedades sean un riesgo a la integridad de los vecinos. En las calles como Octaviana Sánchez, Diego José Abad, Morelos y Neri, en la zona Centro, se encuentran varias viviendas cuya estructura se compone solamente por los muros laterales y frontales hechos de adobe, lo que provoca que el material absorba grandes cantidades de agua y retenga por un tiempo prolongado la humedad con el riesgo que esto representa. En un intento de evitar mayores riesgos, por iniciativa propia, algunos vecinos han acordonado las aceras de estas viviendas para disuadir el tránsito de los viandantes y disminuir los riesgos, labor que durante administraciones anteriores era llevada a cabo por la Dirección de Protección Civil, aunque debido a las quejas presentadas por los propietarios de estas fincas, los acordonamientos debieron ser retirados bajo el argumento de que obstruían la vialidad y obligaban a los caminantes a hacer uso del arroyo vehicular, lo que los ponía en riesgo de atropellamiento. Foto, José Luis Ceja. Actualmente no existe un ordenamiento en lo municipal mediante el cual se pueda exhortar a los propietarios a rehabilitar o demoler estas fincas; sin embargo, y ante la carencia de este instrumento legal, las redes sociales han jugado un papel fundamental para alertar sobre estos riesgo y solicitar que los propietarios tomen decisiones que puedan salvar vidas, en tanto que la labor de las autoridades se ha reducido a solicitar a los usuarios de las calles donde se encuentran estas fincas a usar rutas alternas o circular con precaución. Al riesgo ya señalado por la humedad en estas casas se suma el temblor registrado días atrás, ya que por su estado de abandono estas viviendas representan mayores riesgos, por lo que algunos vecinos, principalmente en las calles del Centro, han demandado una nueva revisión por parte de las autoridades de Protección Civil con la intención de que se busquen alternativas. El estado de abandono de estas viviendas ha traído también la proliferación de roedores y murciélagos que, por sí mismos, constituyen un riesgo a la salud pública. En ese tenor, se ha señalado que se trabaja desde el orden municipal en temas específicos a través de la integración del Comité Municipal de Salud, en el que se prevé que los esfuerzos que se realicen lleven también la intención de la reducción en la fauna nociva.