José, el michoacano que vende zapatos tejidos en el metro de la CdMx

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Redacción /La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Para Don José los límites no existen, y el amor por sus hija es el motor para salir a las calles de la Ciudad de México a vender zapatos de descanso.

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José es originario de Michoacán, pero radica en la capital del país, sus hijas tejen los zapatos y él los vende cerca de la estación de Metrobús Chilpancingo.

A 180 pesos ofrece el par de zapatitos tejidos y a través de redes sociales se ha viralizado su caso, pidiendo a la gente que lo apoye.

"Su nombre es José, originario de Michoacán; sus hijas tejen los zapatos y él los vende, me pidió le haga publicidad y recomiende sus zapatitos para descanso solo $180.00. Está por el metrobus chilpancingo, apoyemos como buenos mexicanos", es el mensaje que se ha compartido en Twitter.

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La triste imagen de doña Adela sin vender sus bordados, ya dio la vuelta al mundo

Adela Vidales, originaria de la comunidad michoacana de Turícuaro, se ha hecho famosa en redes sociales, lamentablemente el motivo no es de alegrarse, luego de que circulara una imagen de ella en la que se le observa triste, por las nulas ventas de ese día.

La imagen de la artesana se viralizó en redes sociales, junto con una leyenda en la que se explica que ese día no pudo vender ninguna de las servilletas bordadas que ofrece a 40 pesos.

La señora Adela vende sus servilletas en Uruapan y San Juan Nuevo Parangaricutiro.

Fue un usuario con el nombre de Leo Brown, quien publicó la imagen en redes sociales, misma que ya tiene miles de compartidas y cientos de comentarios.

En Zirahuén, bordan manteles para recibir a sus muertos

La celebración de Día de Muertos en la comunidad michoacana de Zirahuén se realiza en la mañana, tarde y noche de cada 2 de noviembre, con elementos culturales únicos en su especie.

Uno de los distintivos de esta tradición en este pueblo del municipio de Salvador Escalante es que la ofrenda incluye como base manteles y servilletas bordadas a mano.

En Zirahuén, a diferencia de los panteones de los pueblos purépechas, en las tumbas colocan esos bordados de punto de cruz, elaborados por las mujeres de cada familia.

Juana Negrete García, habitante de este lugar ubicado en la Zona Lacustre de Michoacán, fue una de las encargadas de colocar la ofrenda en la tumba de su suegra.

El lienzo con el bordado le llevó de trabajo de elaboración poco más de seis meses, para cobijar el ánima de su ser querido.

Explicó que un primer bordado es hecho por las esposas o mamás de los difuntos; un segundo, por las hijas o hermanas mayores y así sucesivamente.

Platicó que, en este lugar, otra parte de la tradición para recibir a las ánimas, es fabricar una “palmita”, que es un arco de ores de la región, por donde entra el alma.