Redacción/La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. El fenómeno migratorio de la mariposa es una maravilla de la naturaleza y es por eso que gente de todo el país y fuera de él visitan sus santuarios año con año, sin embargo, en ocasiones la llegada de la Mariposa y la apertura oficial de sus santuarios no es tan clara. A pesar de que en la cuenta oficial de Twitter del gobierno de Michoacán, anuncia que se recibe ya la llegada de la mariposa este año a partir del 31 de octubre, los santuarios en Michoacán y Edo. De México abren oficialmente a partir del 17 de noviembre. Es importante distinguir entre la llegada de la mariposa y la apertura de los santuarios debido a que usuarios hicieron llegar a esta casa editorial su inconformidad tras haber viajado varios kilómetros para llegar al santuario y encontrar el lugar sin actividades, sin locales para comer y sin personal que atendiera el lugar, tan solo el aviso de que a partir del 17 de noviembre se inaugura. También puedes leer: De Canadá a Michoacán: Mujer corre la ruta de la Monarca para concientizar sobre cuidado Durante la temporada invernal 2018 a 2019 se tuvo una cobertura de 6.05 hectáreas en bosques de Michoacán y Estado de México, lo que representó un crecimiento del 143.95 por ciento, respecto de las 2.48 hectáreas de cobertura registradas en la temporada 2017 a 2018. Además, precisó que fue en el ejido El Rosario donde se encontró la colonia más grande, con una cobertura de 2.46 hectáreas o el 40 por ciento de la superficie total. Cada año, al inicio del mes de noviembre, miles de mariposas Monarca arriban a Michoacán y al Estado de México, procedentes de Canadá y Estados Unidos, un recorrido de más de 4 mil kilómetros que constituye una de las maravillas de la naturaleza más impresionante de Michoacán. También puedes leer: Piden rehabilitar accesos a la biósfera de la monarca; invertirán 2.8 mdp en promoción Aunque los lepidópteros llegan a tierras mexicanas en busca de refugio y alimento durante la temporada invernal, los purépechas y los mazahuas creían que ellas eran las almas de sus difuntos, que durante un breve momento tenían permitido convivir con sus deudos, en coincidencia con la celebración pagano-religiosa de Día de Muertos.